Llena de contrastes, la comarca más occidental del País Vasco ofrece desde parajes donde atravesar ríos, riberas y cascadas, a caminos rurales y cumbres montañosas, pasando por bosques o parques naturales.
La comarca de Encartaciones, a 15 minutos al suroeste de Bilbao, brinda asombrosos escenarios naturales para los amantes del senderismo. Numerosas rutas que pueden recorrerse en diversos marcos que harán disfrutar a los visitantes de la naturaleza vasca más auténtica. Llena de contrastes, ofrece desde aquellas que atraviesan ríos, riberas y cascadas, a senderos y caminos rurales, pasando por las que se adentran entre praderas y cumbres montañosas, bosques o parques naturales. Algunas de las más representativas son:
El itinerario circular de 13,5km de media montaña permite conocer la primera villa de Vizcaya, Valmaseda, así como el entorno del monte Coliza, que, con sus 879 m de altitud y sus 360 grados de panorámica sobre los valles circundantes, constituye el pico más conocido y emblemático de la comarca.
Con salida y llegada en la plaza San Severino, se debe llegar al barrio de Pandozales, donde el senderista contemplará caseríos, viñas de chakolí y la ermita de San Isidro de Labrador. El trayecto se prolonga durante 6,5 kilómetros en ascensión entre hermosos paisajes poblados de coníferas hasta llegar al Monte Coliza, desde donde se llamó durante siglos a Juntas Generales con hogueras y toques de cuerno. De ahí, que sea considerado uno de los cinco montes bocineros de Vizcaya. Coronado por la ermita románica de San Sebastián y San Roque, constituye una frontera natural entre Valmaseda, Arcentales y el Valle de Mena (Burgos).
Ubicado en las faldas del monte Baljerri, en la sierra de Ordunte, el hayedo de Baljerri es el más extenso de Vizcaya y sin duda, uno de los tesoros paisajísticos del municipio de Carranza. El itinerario comienza en el barrio de Lanzas Agudas, tras llegar en coche hasta la parte más alta del pueblo, donde se encuentra la casa rural Gailurretan.
La primera parte del recorrido consiste en un ascenso progresivo, dejando el barrio a la izquierda y con vistas panorámicas del valle. Tras los primeros 1,8 km, se llega al hayedo. Desde allí, todo el sendero es llano y fácil. Los alrededores quedan circundados por majestuosas hayas, saltos de agua que cruzan el hayedo y el susurro de la naturaleza. Una ruta sencilla de casi 8km perfecta para ir en familia con niños.
Otro de los lugares queridos por los amantes del senderismo es el Pico La Cruz, que se halla sobre los Montes de Triano dominando el recogido valle de Galdames. De 802 metros de altitud, está coronado por una característica formación rocosa, presidida por una reproducción, aunque a escala más reducida, de la legendaria cruz que corona el monte Gorbeia (1481 m). Bajo la misma, existe otra reproducción más: el funicular de la Escontrilla, y que hace la función de buzón montañero.
Aunque la cumbre está constituida por una mole de caliza blanca, su acceso no presenta dificultad alguna especialmente por el collado S que la une a Gasterantz (801 m). En sus faldas se encuentran las cuevas de Arenaza, con pinturas rupestres, que resulta ser uno de los yacimientos más importantes del País Vasco.
Las antiguas explotaciones de mineral de hierro transformaron por completo la fisonomía de los pueblos y paisajes de la zona, como demuestran las panorámicas que asoman a cada paso, hoy en proceso de renaturalización.
Esta ruta circular, de 12km, es ideal para disfrutar de una jornada relajada de senderismo. Con inicio y final en el Centro de Información de la Vía Verde de los Montes de Hierro, consta de dos trayectos diferenciados: el primero recorre un tramo de la Vía Verde a través de dos de sus túneles más conocidos, hasta el acceso hacia la ferrería de El Pobal (Musques). Se desciende entre bosques de pinos, sin llegar a la propia ferrería, aunque sí merece la pena una parada, ya que se trata de un recorrido por las entrañas de la historia de Vizcaya, dado que el hierro modeló durante siglos el paisaje, la vida y el carácter de esta tierra.
Antes de llegar al Barbadún, y dejando el margen del río a la derecha, se encuentra la llamada Ruta de la Ferrerías. Esta ruta permite ver varias ferrerías, molinos y otros vestigios industriales junto al propio río, algunos de más de cinco siglos de antigüedad. Para finalizar, solamente queda enlazar de nuevo la Vía Verde y regresar hasta el punto de inicio.