¡Ya se puede viajar a Japón!
Desde el pasado 10 de junio viajar al país nipón es una realidad. En una primera fase de reapertura del país al turismo internacional, los viajeros deberán hacerlo en paquetes turísticos guiados y no será necesario ningún tipo de cuarentena o aislamiento a la llegada. Así, sus ciudades se preparan para recibir de nuevo a los turistas internacionales ofreciendo una amplia oferta que se adapta a todas las necesidades: lugares históricos, como la ciudad de Nara; bahías de una belleza extraordinaria como Matsushima; santuarios sagrados para el sintoísmo como Ise-jingu o sus ciudades principales: Tokio y Kioto.
El archipiélago de Japón, integrado por más de 6.000 islas, alberga infinidad de destinos turísticos imprescindibles para descubrir y vivir una experiencia única. La tradicional ciudad de Nara, la bahía de Matsushima, Ise, Tokio o Kioto, son solo algunos de ellos.
Nara, un paseo entre ciervos y templos
Destino histórico por excelencia, pues fue la primera capital de Japón, sorprende a los visitantes por los habitantes atípicos que se encuentran en ella: los sagrados ciervos shika. Dentro de la inmensidad del Parque de Nara, estos animales pasean tranquilos mientras esperan que turistas y locales les ofrezcan las shika-sembei, unas galletas que se venden en los alrededores del parque especiales para ellos. Pero esta localidad situada al este de Osaka ofrece mucho más a quienes se aventuran a conocerla. Con un vasto patrimonio cultural y legado histórico, en Nara se halla el Gran Buda en el interior del templo Todai-ji, la estatua de bronce de este tipo más grande del mundo, alcanza los 15 metros de altura y 300 toneladas de peso estimado, el santuario Kasuga Taisha, uno de los lugares más sagrados de Japón, el templo Horyu-ji, el edificio de madera más antiguo del mundo, y, también, el templo Hokki-ji, compuesto por una pagoda de tres pisos, estos últimos Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Bahía de Matsushima, una de las tres vistas más bellas de Japón
La belleza natural de las 260 islas que conforman la bahía de Matsushima la han distinguido como uno de los tres paisajes escénicos más bellos de Japón. Desde sus frondosos bosques de pinos japoneses de Thunberg o pinos rojos japoneses, hasta su patrimonio histórico, como el Zuigan-ji, el templo zen más importante de la región de Tohoku, esta zona de la prefectura de Miyagi se erige como un imprescindible en un viaje a Japón. Para contemplar su increíble naturaleza, Matsushima ofrece infinidad de alternativas, como son los cuatro miradores denominados Matsushima Shidaikan (Ogidani, Tomiyama, Otakamori y Tamonzan) o los cruceros, con dos líneas de ferri que recorren su bahía y permite observar la pintoresca escenografía desde un punto diferente.
Ise, hogar de Amaterasu, la diosa del sol
Si hay un lugar sagrado en Japón ese es Ise. Esta ciudad de la prefectura de Mie alberga el santuario Ise-jingu, corazón sintoísta y sitio de peregrinación, al menos una vez en la vida, para los japoneses. Una visita a este lugar de consagración a Amaterasu Omikami, la diosa del sol, envuelve al visitante en una atmosfera mística que lo hará conectar con el espíritu de Japón. Una emoción que ya se vive en el acceso al santuario mientras se cruza el puente Uji, totalmente construido en madera, y se atraviesan las dos puertas torii ubicadas en cada extremo que representan la entrada y salida del mundo secular al divino. Una vez visitado el santuario, la calle de Oharaimahi y la plaza de Okage Yokocho atraen a los visitantes con la gran variedad de puestos de artesanía, recuerdos y de comida, donde se encuentran los platos típicos como los fideos udon de Ise y el granizado.
Un mundo de contrastes, Tokio y Kioto
La capital japonesa es uno de los destinos imprescindibles en cualquier viaje al país, más si es la primera vez en suelo nipón. Desde Shibuya, Ginza, Akihabara a Odaiba, los distritos de Tokio complementan lo futurista con lo tradicional sin salir de esta megalópolis. Para degustar la mejor comida japonesa del país basta con visitar uno de sus más de 200 restaurantes con Estrella Michelín repartidos por toda la ciudad. Otros de los atractivos tokiotas se encuentran en Shibuya, el famoso cruce de mismo nombre, por donde pasan 2.500 personas cada vez que cambia el semáforo siendo el más transitado de todo el mundo, y la estatua de Hachiko, el perro fiel más conocido del mundo. Los amantes de la tecnología y la electrónica no pueden perderse Akihabara y los de la moda, Harajuku y Shibuya.
El otro destino japonés imprescindible es Kioto. La antigua capital de Japón invita a los visitantes a viajar atrás en el tiempo, perderse entre sus templos, santuarios y jardines milenarios, como los de Kiyomizu-dera, Kinkaku-ji (Pabellón de oro) o el cercano bosque de bambú de Arashiyama. La que en su día fue capital del país y residencia del emperador alberga algunos de los atractivos culturales más importantes de Japón y declarados Patrimonio Mundial de la UNESCO, como el santuario Shimogamo-jinja, del siglo VI y uno de los más antiguos del país. Una visita a esta urbe se puede completar acercándose a la cocina de Japón por excelencia: Osaka, a tan solo 50 kilómetros de distancia.