Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la Sierra de Tramontana es un paraíso natural que permite la mejor experiencia de turismo activo especialmente en otoño, invierno y primavera, gracias al clima y las cálidas temperaturas de la isla
La Serra de Tramontana constituye una mezcla perfecta entre cultura, patrimonio y naturaleza. Con una superficie de 63.084 hectáreas y picos de más de 1000 metros de altura, este enclave natural se ha convertido en uno de los lugares más emblemáticos de Mallorca, que deslumbra a todos aquellos que recorren sus empedrados senderos.
Existen múltiples rutas para conocer este atractivo turístico, adaptadas a todos los públicos y gustos, donde el visitante puede disfrutar de paisajes extraordinarios mientras practica senderismo.
Para aquellos que estén pensando en una desconexión en plena naturaleza, aquí van algunas propuestas para disfrutar de la isla. El mejor momento: con la entrada del otoño, durante el invierno y la primavera.
Combinando historia, arte y vistas deslumbrantes, el Tren de Sóller, con más de 100 años de funcionamiento, transporta al viajero al pasado. Desde su partida en Palma, el ferrocarril de vía estrecha con vagones de madera pasa por trece túneles, un viaducto y varios puentes. La Estación del Ferrocarril, en Soller, acoge una exposición con obras de reconocidos artistas como Juan Miró y Picasso.
El centro de Soller es el lugar ideal para finalizar el recorrido. Por sus calles se aprecia la impronta modernista e histórica del municipio, donde se levantan casales de emigrantes e importantes edificios como la Iglesia de San Bartolome y el Banco de Soller.
También conocida como GR 221, es la ruta senderista más famosa y mejor conservada de la isla. Permite visitar vestigios históricos, conocer la arquitectura local, descubrir mitos, leyendas, tradiciones y saborear la gastronomía mallorquina.
Ruta literaria de Valdemosa a Pollensa
La Sierra Tramontana ha sido un imán para famosos escritores y creativos. La ruta de Valdemosa a Pollensa ofrece la posibilidad a sus visitantes de conocer la isla de la mano de 49 artistas que basaron sus trabajos en ella.
Ejemplo de esto es George Sand, quien escribió “Un invierno en Mallorca” donde relata sus experiencias con los lugareños y su impresión de los paisajes. En Valademosa se pueden visitar las celdas que ocuparon la novelista y Frédéric Chopin.
Situado en la costa oeste de Mallorca, se encuentra Deyá, un pueblo pequeño con mucho encanto. Hoy, es casa del Museo de Son Marroig, dedicado a la figura del archiduque Luis Salvador, autor de una obra antropológica sobre las Islas Baleares. El reconocido escritor británico, Robert Graces vivió en Deyá desde 1929 hasta su muerte. En la actualidad, su casa Ca n’Alluny permanece abierta al público.
Pollensa es un lugar único al noreste de la isla, donde el paisaje natural de carácter salvaje convive con numerosos edificios. La historia y la tradición de Pollensa la convierten en el sitio perfecto para celebrar importantes iniciativas literarias como El Premio Formentor y Conversaciones de Formentor.