Con el anuncio de la reapertura gradual de sus fronteras, los principales destinos de Japón se preparan para recibir de nuevo a los visitantes extranjeros. Muchos de ellos proponen nuevas experiencias vacacionales sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, como la isla de Okinawa, donde habitan el 80% de las aves del país, el bosque de hayas virgen situado en la cordillera Shirakami Sanchi o Miyama, “Best Tourism Village” en 2021 por la Organización Mundial del Turismo.
Japón se mantiene firme en su apuesta por el turismo sostenible, que permite conocer la belleza natural del país y sus tradiciones locales de una forma única. A través de las propuestas sostenibles, los visitantes se sumergirán y podrán explorar y disfrutar de entornos naturales, que suponen el 70% de la superficie nipona, y conocer las tradiciones culturales locales como su folclore, arquitectura, artesanía, la fabricación de espadas, la cerámica o el tejido, contribuyendo a mantener vivas estas tradiciones y las comunidades que se ocupan de ellas.
La isla de Okinawa, en el sur de Japón, es un paraíso natural famoso por su flora y fauna. Su parte septentrional está formada por bosques subtropicales de hoja perenne, que han sido declarados Patrimonio Natural de la Humanidad. Okinawa alberga más del 80% de las especies de aves del país y la ciudad de Kin cuenta con 270 de ellas. Además, en esta ciudad los guías locales, con años de experiencia en el estudio de las aves, organizan itinerarios a lo largo de los ríos donde se pueden observar algunas de estas especies.
Bosque de hayas en la cordillera Shirakami Sanchi
Miyama, Mejor Pueblo Turístico en 2021
En lo más profundo de la campiña japonesa, al noroeste de Kioto, se encuentra el antiguo pueblo de Miyama, distinguido en 2021 como uno de los "Best Tourism Villages" por la Organización Mundial del Turismo (OMT). Los visitantes quedan impresionados por sus 40 cabañas tradicionales con techo de paja. La sostenibilidad está conectada con la comunidad, que tradicionalmente ha trabajado junto a la naturaleza, no contra ella. Aquí los visitantes pueden participar en actividades ligadas a la protección del medioambiente, como la artesanía de bambú o talleres de agricultura ecológica.
Todas estas propuestas de turismo sostenible no sólo ayudan a preservar el entorno y a revitalizar las comunidades locales, también fomentan que los viajes sean transformadores para la vida de quien los realiza.