El Ballet Nacional de España viajó hasta Logroño para compartir con el público riojano la diversidad estilística de la danza española. El día 19 de marzo, el Teatro Bretón de la capital riojana acogió una función del programa cuádruple ‘Invocación’, que interpretaron los más de 40 bailarines y el cuadro flamenco de músicos y cantaores del Ballet Nacional de España.
El programa comenzó con la coreografía de escuela bolera ‘Invocación bolera’, de Rubén Olmo. “Me parece importante que el Ballet Nacional de España tenga una coreografía de escuela bolera de conjunto, porque en el repertorio solo existe una, Danza y tronío, de Mariemma, ya que el resto son coreografías para uno o dos bailarines”, añade Rubén Olmo. “Para crear Invocación bolera me basé en los maestros de la escuela bolera y en lo que me enseñaron mis maestros, pero el resultado es una coreografía de escuela bolera muy personal, con un estilo contemporáneo”, asegura.
La música de ‘Invocación bolera’ es una composición contemporánea original encargada por el Ballet Nacional de España al joven compositor y director de orquesta sevillano Manuel Busto. El vestuario fue diseñado por Pedro Moreno para la obra Fandango del Padre Soler, estrenada por el Ballet Nacional de España en 1988, y ha sido adaptado por el propio diseñador para esta obra.
Ambos creadores firman también la siguiente pieza del programa, ‘Jauleña’, un solo de transición que explora hasta dónde puede llegar la fusión de la danza contemporánea, la danza estilizada y el flamenco. Musicalmente, el flamenco es el germen de una pieza que se puede dividir en dos partes: una granaína, en la que el cello es solista, y un zapateado, donde las guitarras flamencas y la percusión forman parte de la orquesta.
La pieza de danza estilizada, o clásico español, incluida en este programa es Eterna Iberia, un ballet de los más puros dentro de este estilo que Antonio Najarro coreografió para el Ballet Nacional de España en 2019. La capa y el sombrero cordobés, ensalzados por el vestuario diseñado por Yaiza Pinillos, cobran protagonismo en este ballet. La música fue compuesta por Manuel Moreno-Buendía para Eterna Castilla, ballet de Antonio Ruiz Soler estrenado en 1963, y editada posteriormente en forma de suite con el título Celtiberia.
Homenaje a un gran creador del flamenco teatro
La segunda parte del programa fue un homenaje a Mario Maya, un artista que cambió la estética y el concepto del flamenco, pionero en contar historias y retratar al pueblo andaluz a través del movimiento. Buscaba engrandecer la coreografía a través de la dramaturgia, la música y el vestuario, sin perder de vista el sentimiento.
Para recordar al bailarín y coreógrafo granadino fallecido en 2008, Rubén Olmo decidió remontar lo más fielmente posible ‘De lo flamenco’, suite flamenca estrenada por la Compañía Andaluza de Danza (actual Ballet Flamenco de Andalucía) en 1994. Según el director, es uno de los ballets más frescos creados por Mario Maya y presenta un abanico muy amplio de los registros del flamenco, desde el clasicismo hasta el barroquismo y la vanguardia.
El montaje que presentó el Ballet Nacional de España difiere del original, firmado por Mario Maya, Milagros Menjíbar y A. Rueda ‘Toná’, en dos coreografías encargadas a Isabel Bayón y Rafaela Carrasco. La primera, que fue primera bailarina de la compañía de Mario Maya, creó la coreografía ‘Taranto’. Manuela Carrasco, por su parte, firma ‘Romance del emplazado’, sobre los versos de García Lorca, siguiendo la esencia y las maneras del maestro en la soleá del mismo título que Mario Maya coreografió especialmente para Israel Galván.
‘Invocación’ fue el primer programa que estrenó el Ballet Nacional de España bajo la dirección de Rubén Olmo. Tras clausurar el Festival de Jerez el 7 de abril de 2020, ha pasado por escenarios de Madrid, Dubái, San Petersburgo, Santander, Pamplona, Zaragoza, Terrassa, Pozuelo de Alarcón y Albacete. Después de Logroño, viajará a Torrejón de Ardoz (25 y 26 de marzo), Valencia (21-24 de abril), Toledo (8 de mayo) y Granada (17 y 18 junio).