Diferentes rutas, y en especial el Sendero Ibérico Soriano GR-86, permiten descubrir la frescura y los colores de los tesoros naturales de la provincia.
Con poco más de 10.000 kilómetros cuadrados, la provincia de Soria alberga una variedad paisajística y natural que merece la pena descubrir de una forma pausada. Y para ello, una de las mejores alternativas es recorrer las diferentes rutas trazadas con el fin de que cada visitante contemple y respire los diferentes tesoros verdes de Soria. Entre ellas destaca el llamado Sendero Ibérico Soriano, el GR-86, que atraviesa la práctica totalidad de las sierras soriana, desde altas montañas hasta profundos valles, ofreciendo cerca de 1.000 kilómetros de experiencias al aire libre.
Soria presenta un paisaje heterogéneo que abarca desde montes, sierras y valles hasta pastizales de verano y viñedos cercanos a la Ribera del Duero. Bosques y riachuelos; parajes solitarios y espacios naturales protegidos donde se conservan las más variadas especies vegetales y animales.
Un total de 10.306 kilómetros cuadrados de diversidad paisajística se extienden ante los viajeros ávidos de espectaculares panorámicas, salpicando el territorio de importantes ejemplos de Patrimonio Histórico-Artístico, cuyos orígenes se remontan a la cultura celtíbera, y una rica gastronomía tradicional que responde a las exigencias de unas duras condiciones climáticas.
Para descubrirlos, existen multitud de rutas que cruzan la provincia, permitiendo al visitantes alcanzar desde los despoblados más recónditos a las localidades más turísticas, surcando la diversa naturaleza soriana. Entre ellas, destaca el GR-86, más conocido como el Sendero Ibérico Soriano.
Con cerca de 1.000 kilómetros de extensión, dispone de 39 etapas, 6 derivaciones, 6 variantes y 1 ramal, con longitudes comprendidas entre los 6 y 27 km. Es, sin duda, un excelente hilo conductor de la casi totalidad de los espacios naturales sorianos, concentrando una importante oferta de flora, fauna y recursos geológicos, paisajísticos y etnológicos.
Recorriendo el GR-86
Utilizando esta ruta como guía, los visitantes podrán descubrir las comarcas de Soria, diferentes entre sí y cada una con un valor característico. Desde las Tierras de Ágreda, zona que demuestra el mestizaje de culturas que han pasado por aquí a través de la riqueza en patrimonio artístico tanto de Ágreda como de pueblos cercanos, hasta los efectos del clima subdesértico de Soria Este, donde se encuentran, por ejemplo, un complejo mosaico de cultivos cerealistas y de cerros multicolores de yesos, arcillas y calizas.
Otras etapas permiten adentrarle en Tierras Altas y El Valle, área que mezcla huellas de dinosaurio con casas solariegas, praderas de siega, dehesas arboladas de fresnos, robles y rebollos y especies de fauna como el milano real y negro, culebrera europea y aguililla calzada. De incalculable valor para la memoria del viajero son el Parque Natural de Picos de Urbión y la Laguna Negra, a los que también alcanza el Sendero, permitiendo disfrutar de sus ionnumerables panorámicas.
El trazado también recorre las Tierras del Burgo de Osma, pueblo donde la riqueza arquitectónica enamora a los viajeros, así como el Parque Natural del Cañón del Río Lobos, otro gran atractivo de la Soria más natural, y el Monumento Natural de La Fuentona. Sus aguas son tan cristalinas que parecen no ser especial hondas, aunque, en realidad, el manantial tiene una profundidad aproximada de unos cincuenta metros y se prolonga en longitud varios cientos más hasta alcanzar el nivel del agua del río subterráneo con el que está conectada.
Gran parte de la importancia de la vegetación soriana viene de sus bosques. Entre ellos cabe destacar el Espacio Natural del Sabinar de Calatañazor que, al pie de esta hermosa villa medieval, constituye el ejemplo en su especie más espeso del mundo y, en su interior, los amantes de la naturaleza darán con ejemplares que llegan incluso a los catorce metros de altura y cinco de perímetro.
En definitiva, este tipo de recorridos ofrecen una forma especial de viajar, de conocer una región pausadamente y en profundidad, con la posibilidad de percibir lo más inaccesible y genuino, mostrando a su paso la variedad de sus comarcas y el tránsito de una a otra, con sus rasgos comunes y diferenciales.