El pintoresco pueblo Ouchi-juku, que teletransporta al visitante al periodo Edo; las increíbles panorámicas de las montañas Shiga Kogen y sus ancestrales bosques de cicutas, alerces y abedules; los divertidos macacos de nieve de Jigokudani o el paraíso de nieve y aguas termales de Gujo, son algunos de los atractivos que ofrece Japón para disfrutar al máximo de los meses más fríos del año.
Impresionantes parajes cubiertos de nieve que albergan algunas de las mejores estaciones de esquí del planeta, famosos y coloridos festivales llenos de simbología, e infinitas opciones para quienes que no practican deportes invernales. Japón tiene mucho que ofrecer para los visitantes en cada una de las estaciones, descubre algunos de los planes imprescindibles en los meses más fríos del año.
Ouchi-juku, el pueblo postal que se conserva desde el periodo Edo
En la prefectura de Fukushima se encuentra Ouchi-juku, un entrañable y pintoresco pueblo de posta que se ha conservado a la perfección desde el periodo Edo (1603-1868). Famoso por las hileras de casas con tejados de paja en su calle principal; en invierno, con la caída de la nieve, el pueblo se convierte en una postal de cuento que enamora a quien la visita.
Ouchi-juku supone viajar en el tiempo hasta el año 1640, cuando el pueblo se convirtió en un punto de parada en la concurrida ruta Aizu Nishi Kaido que utilizaban los samuráis del norte en sus peregrinaciones a Edo (actual Tokio). Así, hoy en día, el magnífico estado de conservación de esta localidad y sus alrededores, donde no hay carreteras asfaltadas ni cableado que contamine la estampa, permite que quienes llegan a sus calles se puedan imaginar a los samuráis caminando a su lado. Los edificios tradicionales de Ouchi-juku están protegidos y en sus interiores se puede contemplar cómo era la vida local en el periodo Edo. Muchos de ellos poseen las tradicionales chimeneas japonesas irori, utilizadas para cocinar y calentarse, así como utensilios de la época.
Pero si hay algo por lo que destaca el invierno japonés, es por sus festivales de nieve. Celebrados a lo largo de todo el país, destaca el Festival de la Nieve de Sapporo, uno de los más famosos y que atrae a miles de visitantes cada año, pero también hay otros más pequeños que se celebran en las ciudades y pueblos del norte de Japón, como el de Ouchi-juku. El segundo fin de semana de febrero, esta localidad recrea una versión reducida de este festival donde se colocan velas y linternas de nieve por las calles de la ciudad. Esto unido a sus edificios cubiertos de polvo blanco hacen de Ouchi-juku una postal inolvidable. Durante el festival también se celebran concursos de disfraces del periodo Edo, actuaciones de tambores taiko y concursos de comer fideos soba. La especialidad del pueblo son los negi-soba, fideos que se comen utilizando un puerro en lugar de los tradicionales palillos.
Las montañas Shiga Kogen, en la prefectura Nagano
La isla de Honshu (la principal de Japón) alberga muchos otros paisajes invernales que dejarán sin habla a quienes estén dispuestos a adentrarse en los caminos menos conocidos del país. Ejemplo de ello se encuentra en las montañas Shiga Kogen, en la prefectura de Nagano. Con más de 2.000 metros de altitud y cubiertas de ancestrales bosques de cicutas, alerces y abedules, durante el invierno este escenario se transforma en una impactante obra de arte de la naturaleza blanca y brillante cuando las ramas de los árboles se cubren de escarcha y nieve. Los visitantes podrán recorrer alguna de las zonas que normalmente están fuera de los límites, disfrutar de las impresionantes vistas de las montañas y conectar con la belleza natural del invierno en Shiga Kogen si lo hacen acompañados por un guía. Este parque natural es hogar de la emblemática cabra antilopada de Japón, del armiño y santuario de los macacos de nieve.
Con opciones para todos los gustos, los más aventureros podrán subir a la cumbre del monte Neko (en la montaña de Sugadaira en Shiga Kogen), uno de los lugares más fríos de Honshu y desde donde podrán descender 3 kilómetros con sus esquís o tablas de snowboard. Para los menos aventureros, las montañas Shiga Kogen también ofrecen opciones más tranquilas para contemplar los paisajes mediante motos de nieve o teleféricos. Si el día está despejado, se dibujan panorámicas de los Alpes del Norte, el Monte Fuji y el Mar de Japón como telón de fondo.
Los macacos de nieve de Jigokudani (prefectura de Nagano)
Jigokudani, literalmente ‘Valle del Infierno’, y sus alrededores están formados por unos escarpados acantilados que dieron nombre a la zona. Con temperaturas que alcanzan los -10ºC y nevadas intensas durante los días más duros del invierno, Jigokudani tiene mucho que ofrecer, pero quizá lo más conocido sean sus macacos de nieve. Estos monos son los residentes más famosos de la zona y atraen la curiosa mirada de los turistas que se desplazan a observar cómo se sumergen y entran en calor en los onsen (fuentes de agua termal) durante los meses más fríos. Desde que la revista estadounidense Life los publicó en su portada en 1970, estos primates se han convertido en una atracción natural para los visitantes que llegan a Japón.
Gujo, paraíso de nieve y onsen en la prefectura de Gifu
No solo en la parte norte de Honshu se encuentran los paisajes nevados japoneses, en la prefectura de Gifu se ubica Gujo un pequeño tesoro del país que alberga numerosos resorts para disfrutar de la nieve y de las mejores aguas termales. Situado al norte de la ciudad de Nagoya (prefectura de Aichi), los amantes de los deportes invernales encuentran en esta localidad su paraíso. Además, el río Nagara ofrece la posibilidad de combinar las actividades en la nieve con rafting en sus aguas. Una vez se haya disfrutado de la nieve, Gujo permite disfrutar de un maravilloso baño relajante y reparador en sus muchos onsen al aire libre (rotenburo) mientras se contempla el cielo nocturno.
El invierno es una época perfecta para conocer una versión distinta de Japón, explorar la belleza y divertimentos de sus cadenas montañosas y sumergirse en las culturas y tradiciones propias de la estación.