Los paisajes de la región valona son un escenario de fondo magnífico para celebrar el Día de los Enamorados pasando una agradable cita al aire libre.
Simbología, dulzura y aventura: estas son las tres propuestas del sur de Bélgica para pasar el 14 de febrero de una forma especial.
La región de Valonia es, sin duda, una tierra de romance. Y no solo por sus bombones de auténtico chocolate belga, que son el broche final a una cita perfecta. Más allá de su gastronomía, este territorio sureño de Bélgica es un enamorado de los enamorados y se presenta como telón de fondo para infinidad de citas en plena naturaleza, una de sus gemas más preciadas.
Un paseo simbólico
La elección más infalible es ‘el sendero del amor’, una ruta de poco más de 6 kilómetros en Frasnes-lez-Anvaing, cerca de la ciudad de Tournai. Este camino es especial porque conforme se avanza en la trayectoria se encuentran varias obras o esculturas permanentes hechas por estudiantes, todas vinculadas al emblema del amor.
A lo largo del camino, por ejemplo, se encuentra un puente con ladrillos de colores en los cuales hay inscritos nombres de parejas que están enterradas juntas en el cementerio que se encuentra delante. Para que los nombres no se desvanezcan, están recubiertos con resina.
En el sendero tiene también referencias al amor literario, con unos atriles que están pensados y colocados para que los amantes se reciten textos el uno al otro. Más adelante también hay una escultura de un cohete repleta de deseos y mensajes que han dejado los enamorados. Se hizo con la idea de simbolizar el envío de dichos deseos al espacio.
Una de las últimas paradas de la ruta es una obra con botellas que contienen escritos - algunos secretos- emulando el hito de la botella en el mar. El sendero está repleto de otras referencias, también a la figura mitológica de Cupido, tan presente cada 14 de febrero del calendario.
Un paseo endulzado
Además de esta mágica excursión que puede convertirse en un recuerdo imborrable, Valonia tiene un sinfín de otros paisajes naturales como los alrededores del castillo de Vêves, en cuyos jardines se han pedido la mano infinidad de parejas valonas. Además, para llegar a la cima de la fortificación o a su llanura - desde donde se ve el castillo desde un asombroso plano picado -se puede hacer con una agradable y plana caminata desde Celles, uno de los pueblos más bonitos de Valonia; lo que se convierte en un paseo romántico para avivar cualquier historia de amor.
Un paseo aventurero
Para las parejas que buscan aventuras y quieren deshacerse de lo clásico, la cita perfecta es la excursión hacia el lago Nisramont. Es una ruta complicada, pero con un premio valioso: las vistas al extenso lago que da nombre al itinerario, en pleno corazón de las Ardenas, rodeado de bosque. Además, como se trata de un trayecto complicado que no está al alcance de todos, es una zona poco concurrida donde se puede disfrutar de un encuentro a solas el Día de San Valentín.