Es un monumento emblemático que ha contribuido a que Madrid sea lo que es hoy, una de las capitales más importantes de Europa.
En 1910 el rey Alfonso XIII, junto a su esposa Victoria Eugenia, inauguraba el Ritz, el primer hotel de lujo de España, de estilo afrancesado, creado a imagen y semejanza de su homólogo en París.
Se trata de un lujoso palacio de la Belle-Époque situado en el famoso Triángulo del Arte de Madrid, un compendio de lujo y excelencia que durante más de 110 años acogió a realeza, personalidades y distinguidos clientes de todo el mundo.
Sus puertas de entrada volvieron a abrirse, después de tres años de renovación, la más ambiciosa y extensa su historia, como Mandarin Oriental Ritz, Madrid, para dar de nuevo la bienvenida a lo grande a sus huéspedes y visitantes.
Una restauración en la que el arquitecto español Rafael de La-Hoz y los diseñadores parisinos Gilles & Boissier trabajaron estrechamente en el nuevo diseño.
Su decoración desprende elegancia y clasicismo, con un toque contemporáneo, aunque el hotel ha preservado su carácter único del estilo Belle-Époque del edificio y el espíritu original concebido por su creador César Ritz.
La restauración ha permitido recuperar la magnífica bóveda central de cristal, que llevaba oculta ocho décadas, así como la altura original de las puertas de acceso (cuatro metros) y la entrada de la calle de Felipe IV con vistas al museo del Prado desde el mismo vestíbulo.
Espacios amplios, muy luminosos, donde el arte juega un papel fundamental, la luz natural invade las estancias y las enseñas de Madrid lucen por todas partes.
Mandarin Oriental Ritz, Madrid, gracias a su ubicación céntrica y privilegiada, sus cinco restaurantes y bares supervisados por uno de los chefs más famosos de España y unas instalaciones de deporte y bienestar de primer nivel, está llamado a convertirse en el hotel más lujoso de la ciudad.
El hotel cuenta con 153 habitaciones lujosamente decoradas, incluyendo 53 espaciosas suites. Esta gran ampliación en el número de suites con un total de cinco categorías diferentes, ofrece a los clientes lo último en alojamiento de lujo urbano.
La más amplia de las habitaciones del hotel, la Suite Real, ocupa casi 190 m2 en la primera planta. Ubicada en el mismo lugar en el que César Ritz la diseñó y en el que, durante más de 100 años, se alojaron realeza y celebridades, la suite cuenta con dos entradas privadas y espectaculares vistas al jardín y al Museo del Prado además de una amplia zona de estar, comedor y cocina. El dormitorio principal es un auténtico oasis de calma con armario-vestidor adyacente y un baño completo con sala de vapor.
Además cuenta con un equipo de mayordomos que vela por las necesidades del huésped.
Además, el hotel Mandarin Oriental Ritz, Madrid es uno de los destinos culinarios más innovadores de España albergando un total de cinco espacios gastronómicos creados y dirigidos por el chef tres estrellas Michelin, Quique Dacosta.
Estos cinco espacios son: Deessa, en el bellísimo Salón Alfonso XIII; Palm Court, situado bajo la impresionante cúpula de cristal; Champagne Bar para los amantes del champagne; Pictura con una barra respaldada por una galería de retratos en la que han participado conocidos artistas y creadores españoles que evoca la pared de un museo, y El Jardín del Ritz, abierto durante todo el año que desprende magia, historia y elegancia.
El relevante papel cultural y social que el hotel siempre ha tenido se ve reflejado en diferentes proyectos con artistas, artesanos, creadores y firmas de diferentes disciplinas a nivel local y nacional.
Un abanico de nácar y encaje blanco del siglo XVII comprado en una subasta en Hong Kong y que está ubicado en la recepción es el nuevo emblema del hotel. Lo acompaña una escultura de Factum Arte que representa el vuelo de un abanico en manos de una bailaora de flamenco, y que abarca toda la pared frontal del mismo espacio reservado a dar la bienvenida y despedir al cliente.
Fueron los parisinos Giller & Boissier quienes, empeñados en mantener la esencia del hotel y fomentar sus puntos fuertes, quisieron integrar en las entrañas del edificio todo lo bueno y lo bonito, no solo de la propiedad, sino del exterior, el Parque del Retiro entre ellos. Fruto de esa inspiración nació la instalación que se encuentra en el techo nada más entrar en el hotel, compuesta por hojas de los árboles del retiro que fueron fotografiando y recreando en materiales como en bronce o níquel. Las hojas en color cobre representan los árboles endémicos de Madrid, y el resto pertenecen a árboles que llegaron para quedarse, un significado que el estudio británico Haberdashery, creador de la obra ‘Remolino del Retiro’, quiso plasmar destacando el hecho de que Madrid es una ciudad abierta que acoge al viajero de paso, o al que llega para vivir en esta ciudad. Y así es como dan la bienvenida en el Mandarin Oriental Ritz de Madrid.
Su reapertura trajo consigo grandes novedades, siendo una de las más destacadas su nuevo Spa y es que, por primera vez en sus 110 años de historia, el hotel más icónico de Madrid estrena un espacio centrado en el bienestar y ejercicio. Un palacio sumergido con destellados dorados y mármol blanco que busca sorprender, pero a la vez envolver cálidamente a todos los clientes en la más absoluta privacidad.
Mandarin Oriental Hotel Group ha colaborado con The Beauty Concept para ofrecer una amplia gama de tratamientos y protocolos exclusivos, así como unas completas instalaciones que incluyen piscina climatizada, duchas sensoriales, baño de vapor, piscina de vitalidad y un centro de ejercicio de última generación equipado por Technogym Artis.
The Beauty Concept en Mandarin Oriental Ritz, Madrid pone a disposición de sus visitantes lo último en relajación y bienestar, con tratamientos personalizados para satisfacer las necesidades del cuidado de la piel del rostro y del cuerpo. La selección de tratamientos se ha elaborado de forma conjunta con el equipo de The Beauty Concept, liderado por Paz Torralba.
Las lujosas instalaciones de fitness y bienestar del hotel ofrecen una maravillosa escapada en la que relajarse y reponerse. El deseo de Mandarin Oriental de crear un spa bajo el jardín representó un auténtico desafío para Gilles & Boissier, cuyo objetivo principal era crear un lugar único para el bienestar, el cuidado y la relajación.
Un bosque da la entrada a los clientes para acompañarlos en este viaje de bienestar. Un guiño al conocido Jardín del Ritz, que ya desde el primer momento invita a soñar.
Para la piscina, buscaron dar la sensación de un espacio olvidado y redescubierto durante la renovación del jardín, como un palacio sumergido en el agua. Una forma de jugar con el pasado y actualizarlo al presente, manteniendo su esencia. Para ello, todas las paredes y molduras de la piscina, de mármol estatuario (un mármol inmaculado veteado en un gris marcado), han sido tratadas para poder sumergirse directamente en el agua.
Además, para resaltar este efecto, trabajaron con el arquitecto y el paisajista creando un tragaluz natural desde el jardín, ubicado sobre la piscina y extendiendo artificialmente esta fuente de luz natural a través de una ranura luminosa que recorre la piscina de 16 metros de largo.
La adición de mosaicos dorados en el fondo de la piscina, en las duchas y en la sauna, así como los diversos detalles en latón cepillado, añaden a la decoración el toque de refinamiento propio de un hotel palacio donde su historia y su legado se hacen presentes.
Mandarin Oriental Ritz, Madrid
Plaza de la Lealtad, 5 - 28014 Madrid
Teléfono +34 91 701 67 67
Email mrmad-info@mohg.com