En Chequia no todo son paisajes bucólicos, castillos de ensueño o ciudades históricas, este país también brinda emociones intensas que nos hacen sentir más vivos que nunca. Se puede descubrir la República Checa deslizándose por tirolinas, escalando vías ferratas, pedaleando por la montaña, remando en una piragua, o saltando al vacío desde un puente, y este es un viaje sólo es apto para valientes. ¿Quién se anima?
Las emociones forman parte de todos los viajes, conocer nuevos destinos hace que el corazón lata más deprisa y se prepare para gozar descubriendo otros horizontes. Y si hay algo que no falta en la República Checa son sorpresas en cada recodo del camino. En este país centroeuropeo todos los perfiles de viajero son bienvenidos, el que se detiene observando los pequeños detalles de la arquitectura, el que se entretiene de museo en museo, el que saborea con placer cada bocado, y, también, el que busca adrenalina. Y lo mejor es queen Chequia no hay por qué renunciar a nada, combinar la práctica de deportes activos con la visita a ciudades o monumentos es una elección más que acertada.
Deslizarse por tirolinas, escalar vías ferratas, pedalear por la montaña, remar en una piragua, o saltar al vacío desde un puente, un viaje para valientes
Como sus facetas culturales y naturales son bien conocidas, esta vez nos detendremos en las actividades deportivas más excitantes que se pueden practicar en el transcurso de este verano, y de buena parte del año. Tras una etapa con grandes dosis de estrés, los próximos desahogos que se sugieren vienen fenomenal para descargar adrenalina y deshacerse de la energía contenida durante largo tiempo.
Domar aguas bravas en piragua
Entre los deportes más apetecibles durante el estío se sitúa el piragüismo, una actividad que permite interactuar directamente con la naturaleza, admirar el entorno de un modo refrescante y obtener nuevas perspectivas paisajísticas desde el agua. El conocimiento tanto del río elegido como de la dificultad del descenso son necesarios antes de comenzar la actividad, se debe saber que en Chequia existen dos categorías: ríos tranquilos (ZW) y ríos salvajes (VW), que se subdividen en otros seis niveles.
El Moldava (Vltava) es el río más demandado para los descensos en piragua, pero hay que recordar que se debe solicitar un permiso administrativo porque la primera parte cruza el Parque Nacional de Šumava. Quienes prefieran una dosis extra de rápidos y de emoción pueden decantarse por uno de sus afluentes, el Sázava. Este río proporciona una experiencia completa, ya que a lo largo de su curso existen empresas para alquilar el material necesario, campings donde dormir y bonitos pueblos donde pasear y darse un capricho gastronómico. La aventura no está reñida con la buena vida. Y si no se consideran tan experimentados como para hacerlo solo, también existen otras propuestas en barca o balsas acompañados de un guía.
Escalada en una vía ferrata
Cada día más de moda, las vías ferratas proporcionan retos difíciles de rechazar por los amantes de la escalada y de la montaña. En Chequia se rigen por el sistema austriaco de evaluación de dificultad, que va de la A a la F, siendo la A la más fácil. Aunque en el país se pueden encontrar para todos los niveles, si ya se han hecho recorrido de alguna vía ferrata y se está en buena forma física, una de las más emocionantes es la de Bechyně, que discurre paralela al río Lužnice, al sur de Bohemia. Se considera una de las más difíciles del territorio (nivel D/E) por su recorrido, con una parte de extraplomos que exige una gran fuerza física, y una subida final de seis metros. Mide un total de quinientos metros, y se suele tardar una hora y media en completarla. Si esta vía ferrata es demasiado complicada, existen muchas otras a partir de un nivel principiante.
Cada día más de moda, las vías ferratas proporcionan retos difíciles de rechazar por los amantes de la escalada y de la montaña
Rutas en bici por la montaña
La bicicleta se ha convertido en una compañera fiel para un amplio abanico de viajeros, ya sea para trasladarse entre los atractivos de una ciudad, para visitar distintos pueblos, o para divertirse realizando los trails más arriesgados por la montaña. En la República Checa todos los visitantes encuentran lo que necesitan, pues existen miles de senderos y rutas cicloturistas, y, también, espacios donde demostrar la habilidad al pedal. Los más apasionados de las dos ruedas y de su modalidad deportiva de montaña tienen la oportunidad de retarse a sí mismos en la espectacular sierrade Rychlebské hory. En este rincón del Este de Bohemia, junto a la frontera con Polonia, se localiza una red de rutas adaptadas, con sendas de piedra y ‘flow trails’ (caminos preparados con curvas, saltos, giros…), accesibles incluso en días de lluvia. Los itinerarios, inmersos en plena naturaleza, son circulares para facilitar la orientación de los deportistas en el terreno. El enorme complejo de Rychlebské stezky es gestionado por especialistas en este deporte, y los ciclistas encuentran allí todo lo que necesitan, ya sea alquiler de equipo, clases, alojamiento, restaurante o rutas.
Un largo paseo en tirolina
Ese momento previo de desasosiego cuando, tras comprobar que los arnés están bien cerrados, y se salta desde la estación inicial para recorrer suspendido en un largo cable más de dos kilómetros es inolvidable. Tanto si la tirolina ofrece un solo vuelo como si hay varias estaciones, resulta una experiencia emocionante. Y una de sus ventajas es que no requiere un estado de forma excelente o tener una edad determinada. Una de las tirolinas más sorprendentes de la República Checa se encuentra en el complejo deportivo Klíny, en la montaña de Krušné hory, y atraviesa a una altura de 150 metros el valle Šumenské údolí. Con una longitud de 2.200 metros es la quinta tirolina más larga de Europa (y la número veinte del mundo).
Salto al vacío, de temor a desafío
¿Quién no ha soñado en alguna ocasión que se caía mientras dormía? Superar ese vértigo saltando desde el puente más alto de la República Checa, desde la torre de la televisión o desde una grúa puede convertirse en la cura definitiva de ese pequeño “trastorno” cotidiano. Si se busca una emoción intensa para las próximas vacaciones el puenting es, sin duda, una de las actividades a tener en cuenta. No hay que olvidar que, además de la excitación que proporciona, las vistas desde las alturas son prodigiosas, un buen incentivo para saltar desde todas las localizaciones posibles del país. Aunque parezca muy arriesgado, es un deporte extremo que apenas ocasiona accidentes y donde todas las medidas de seguridad están contempladas.
Estas son sólo cinco actividades que pueden acelerar el pulso en la República Checa pero para los cazadores de emociones allí esperan muchas más.