El restaurante de la plaza de Valparaíso de Madrid afronta la temporada con novedades: un nuevo y joven equipo al frente de los fogones, la coctelería y la sala y una terraza renovada, acondicionada para el verano y el invierno
Sagrario Tradición es el proyecto más personal de José Sud, madrileño de 45 años y CEO de Grupo TJC, una empresa española que fabrica mobiliario a medida para marcas de lujo en todo el mundo. Su madre, que desde pequeño lo llevaba a restaurantes mexicanos, le inculcó una pasión por la gastronomía que en el año 2008 lo motivó a involucrarse como socio en el restaurante Tepic, hoy reconocido como uno de los mexicanos de referencia en la capital. En 2020, en plena pandemia, su arrojo lo impulsó a abrir, junto a su socio y amigo Jorge García, su propio restaurante, alejado del circuito, pero con una propuesta culinaria capaz de convertirlo en establecimiento de destino.
Ubicado en la plaza de Valparaíso, un remanso de paz a escasos metros del paseo de la Habana, en Chamartín, Sagrario Tradición hace referencia con su nombre al «lugar donde se reservan y custodian las cosas sacras». Es, por tanto, un restaurante dedicado a preservar la cocina tradicional española; una casa de comidas moderna que rinde culto al producto de mercado a través de elaboraciones caseras hechas como antes, con mimo y paciencia, aunque aligeradas y puestas al día. Para esa noble tarea de salvaguardar la esencia de recetas ancestrales convertidas en tendencia, su propietario ha confiado en dos jóvenes con mucho bagaje, ganas e ingenio: Víctor Prada –a los fogones– y Pedro Escribano –responsable de barra, coctelería y sala–.
SABORES ESENCIALES
Víctor Prada, burgalés de 29 años, ha fraguado su personalidad culinaria a base de viajes y de experiencias en enseñas de la talla de Kuoko 360 donde ha trabajado hasta la obtención del Sol Repsol en abril–, StreetXo, Disfrutar, Dos Palillos y Dos Pebrots, un concepto de revisión de la cocina mediterránea histórica que lo marcó especialmente y que en Sagrario Tradición da continuidad apostando por recetas con alma y de marcado sabor. Mantiene platos emblemáticos del establecimiento como las croquetas de entraña de vaca a la brasa con ali-oli de cecina, más sabrosa que nunca y con un irreverente puntito picante; el guiso de callos; los torreznos o el salmonete, que ha versionado preparándolo al horno con un suculento pil-pil de gambas y ajo asado. Para esta temporada ha incorporado nuevos platos como la molleja de vaca lacada con camarones fritos y pistacho, que ofrece un interesante contraste entre el toque dulce y la melosidad de la carne y el punto salino y crujiente del camarón; el carrillón de cordero a baja temperatura con salsa de miel, anchoa y arándanos o una moderna versión del típico conejo al ajillo madrileño. Platos, todos ellos, que revelan intelectualidad, reflexión y creatividad a partes iguales y que ahonda en sabores esenciales, primigenios.
La propuesta se completa con fueras de carta y guarniciones del día a base de verduras de estación y con un breve pero ineludible apartado de postres caseros entre los que sobresalen la tarta tatín con sabayón de sidra y helado y el flan de yema con nata amontillada. En la zona de barra y en terraza funcionan opciones más informales que incluye, por ejemplo, bao de carrilleras y chocolate al final, bikini de cecina y membrillo picante o fartón de anguila ahumada.
UNA EXPERIENCIA REDONDA
NUEVA TERRAZA ACONDICIONADA
En esta nueva etapa, el restaurante inaugura una nueva terraza, vestida con elegancia y acondicionada para el frío, el calor y la lluvia, que completa los espacios disponibles en Sagrario Tradición: la zona de barra, con mesas altas y una propuesta más sencilla para una comida más informal, y el comedor, donde además de la carta de restaurante próximamente podrá disfrutarse de un menú degustación.