Roger Chen, precursor de la alta cocina oriental en nuestro país, inaugura en Lagasca un nuevo concepto de restaurante enfocado al día a día, al tardeo y al público joven a través de una propuesta desenfadada, asequible y centrada en la cocina asiática callejera con especial protagonismo a los noodles, el finger food y las bento box
Esta nueva enseña eleva a nueve los establecimientos en Madrid del Grupo Zen, que acaba de inaugurar también Asia Gallery Lagasca –la versión más relajada y moderna del mítico chino de lujo del hotel Palace– y un Zen Asian Bistró en Bretón de los Herreros que replica la oferta del pionero del grupo, Asian Bistró Pozuelo
Grupo Zen es actualmente uno de los sellos de restauración con mayor presencia y prestigio en Madrid. Nació de la inquietud, el carácter visionario y la pasión por los viajes y los buenos restaurantes de Roger Chen, empresario y cocinero de origen chino que se educó en Holanda, estudió Telecomunicaciones y aprendió de sus padres y abuelos, también hosteleros, un oficio al que decidió dedicar su vida. Su primer proyecto en nuestro país, Zen Pozuelo, fue toda una revolución en 1997, ya que apostó por una decoración de autor completamente alejada de la de los orientales al uso, por un servicio de alta escuela y por una propuesta culinaria de primer nivel que introducía en el léxico culinario de los españoles vocablos como noodles, dim sum o soft shell crab. Actualmente el grupo cuenta con nueve establecimientos especializados en cocina panasiática –china, tailandesa, japonesa y vietnamita, principalmente– que ofrecen desde el lujo más absoluto hasta propuestas más frescas y desenfadadas como la del nuevo Zen Noodle Shop.
Cosmopolita, inquieto y con un gran olfato para los negocios, a Roger Chen no le amedrenta una crisis. En 2011, con el país aun recuperándose de la sacudida económica de 2008, abría en el Bernabéu un gigantesco comedor de 2.000 m2 equipado con exquisitas con antigüedades traídas de China –Zen Market, temporalmente cerrado por las obras en el estadio– y ahora, en mitad del oleaje causado por el coronavirus, se aventura a inaugurar nada más y nada menos que tres nuevos locales en la capital. Zen Noodle Shop está ubicado en el número 80 de la calle Lagasca, en pleno barrio de Salamanca y justo enfrente del nuevo Asia Gallery, y responde a un concepto informal y desenfadado de restaurante asiático con el que busca acercarse a un público más joven que el del icónico chino de lujo y a la gente que vive, trabaja y va de compras por la zona y busca comer algo rápido y asequible a mediodía o por la tarde.
Su propuesta culinaria se inspira en la cocina asiática callejera y está muy enfocada a los noodles, los baos, los dumplings y el sushi. «En general, a todo lo que se pueda comer con las manos o con palillos», explica su autor. La carta, disponible de 13:00 a 23:00 h, incluye una selección de aperitivos entre los que se encuentran ensalada de medusa, ensalada de oreja de madera, rollitos vietnamitas, dumplings Siu Mai de cerdo y shiitake y Ha Gau de langostinos, baos de cerdo ibérico y de pato crujiente de cerdo al vapor, costillas de cerdo con pimienta de Sichuán o langostinos con mayonesa picante; una sección de especialidades japonesas con niguiris, rolls, tataki de solomillo de ternera y tartares de salmón y de atún; y una buena variedad de platos calientes para compartir como cerdo agridulce –clásico pero actualizado con producto ibérico–, ternera Sichuán caramelizada, Bok Choy, Chow Mein salteado con marisco, pollo de corral con jengibre o pato laqueado con sus crepes, verduras y salsa hoisin .
A mediodía y por las tardes (de 13:00 a 20:00 h) se ofertan además cinco tipos de noodle bowls –beef noodle soup con huevo y verduras, Won Toon noodle soup, tallarines salteados estilo cantonés, fideos vermicelli estilo Singapur y Pad Thai de langostinos– y seis opciones de bento box.
Zen Noodle Shop es un espacio alegre y divertido que lleva la firma del estudio de interiorismo madrileño Nebo Studio –autor también de los restaurantes Asia Gallery Lagasca y Green Tea Zurbano, entre otros–. Dispone de dos zonas diferenciadas, una de ellas de estética urbana, con mesas altas y bajas, ladrillo visto, neones y grafitis, y una más íntima y cálida con listones de madera y sillas de terciopelo, así como de una pequeña terraza exterior.
En esta atmósfera, propicia para alargar la sobremesa y disfrutar del afterwork –uniéndolo incluso a la noche–, funciona una carta de coctelería con clásicos de sabores exóticos, cítricos y afrutados –Margarita, Caipiriña de fruta de la pasión, Moscow Mule, Daiquiri de fresa, Cosmopolitan, etc. – que maridan a la perfección con la cocina asiática.