El restaurante Berlanga cumple un año posicionado ya como una dirección imprescindible de Madrid donde encontrar las recetas levantinas más tradicionales, un lujo ahora que tenemos el mar más lejos que nunca. Se trata del proyecto más personal de José Luis García-Berlanga –hijo de Luis García-Berlanga, uno de los principales referentes del séptimo arte en nuestro país–, cuya creatividad desarrolla también como cocinero autodidacta, faceta en la que se ha centrado en los últimos años.
SOBRE TODO, DEL MAR
Ubicado en una de las calles más gastronómicas de la capital, la avenida de Menéndez Pelayo, esta primavera Berlanga se convierte en una fantástica opción en las inmediaciones del Retiro, tanto para una comida formal como para una picaeta, como dicen los valencianos –suerte de aperitivo con el que abrir boca antes de las comidas principales.
La nueva carta de Berlanga, operativa en horario de tarde-noche –de 20 h a cierre, fijado actualmente en las 23 h–, incide en su filosofía original: un recetario levantino que se apoya en la mejor despensa mediterránea, pero desde un punto de vista más desenfadado y que apuesta por formatos como el pincho, la ración y la media ración. El producto de calidad, tratado y presentado de forma sencilla, es el protagonista absoluto. Así, de la lonja del puerto de Burriana (Castellón) llegan pescados y moluscos de temporada: salmonetes (de pequeño tamaño, sabrosísimos) y boquerones fritos, uno de sus platos emblemáticos desde la apertura; coquinas de buen tamaño preparadas en sartén, con ajo y aceite; rabas frescas de calamar de potera; puntillitas de calamar; sepionet y clóchinas, preciados mejillones del Mediterráneo –se crían únicamente en aguas de Valencia–, más pequeños que los normales y de sabor más intenso.
Además, la carta propone varios pinchos, como el de ensaladilla rusa –bien ligada, con la patata en trozos más grandes de lo habitual–, el de steak tartar –para probar una de las grandes recetas de la casa, con carne de calidad extra cortada a cuchillo y un aliño clásico (yema de huevo, salsa Perrins, mostaza de Dijon, etc.), el de sobrasada mallorquina con huevito de codorniz o el de ropa vieja; tres ensaladas generosas (César, verde y de tomate de temporada) y variedad de raciones populares –con posibilidad de media ración en muchos casos–, tanto del mar como de la tierra.
SOBREMESAS Y TARDEOS
Berlanga, un restaurante íntimamente ligado a la cultura y esa tradición tan nuestra de la tertulia en torno a una mesa, quiere reforzar con esta carta más informal la franja de tarde y cena temprana, en la que la oferta de bebida es muy importante. Se sirven cervezas de grifo y tercios (no faltan las marcas valencianas), variedad de vermús, una selección de finos y generosos, gin-tónics y cócteles clásicos, para sacarle el máximo partido a las tardes de primavera. Berlanga ocupa un amplísimo local, que se completa con una apetecible terraza con vistas al parque, recién renovada y ampliada; además, en pocas semanas se sumará una segunda en la entrada trasera del local, que da a la calle Lope de Rueda (número 60), lo que aumentará considerablemente el número de plazas disponibles al aire libre.