“Soy un fotógrafo y realizador especializado en la música en directo, que en 2009 aparecí con una cámara en un garito y convertí hacer fotos a músicos en mi forma de vida.”
Esa sería la tarjeta de presentación de Javier Massieu, cuyo fotolibro “La música que he visto”, se presenta como preámbulo al International Jazz Day Madrid.
Empecé con la fotografía porque sin beber me aburría en los conciertos
Con este artista hemos podido conversar, principalmente de fotografía, pero, evidentemente, también de música, de su libro y de los efectos colaterales de todo esto.
Y para empezar…
¿Cómo sería una fotografía de ti mismo?
Reposada, apoyado en la barra de un bar, mirando a cámara, con la vista algo cansada de llevar mucho tiempo trabajando o quizás de haber tenido que madrugar. Siempre a color.
¿Fotógrafo o reportero gráfico?
Creo que fotógrafo. Para mí el reportero gráfico prima la parte documental sobre la artística. Yo veo una gran diferencia entre cuando tengo que ir por un medio o cuando voy por mi cuenta. Supongo que depende de cada día.
En 2009 empieza como afición lo que se acabaría convirtiendo en su trabajo. Todas las noches, cámara al hombro, recorría los garitos y las salas con música en directo…
¿Empezaste con la fotografía para entrar gratis a los conciertos?
Jajaja, no. Empecé con la fotografía porque sin beber me aburría en los conciertos. Lo de entrar gratis vino después, pero muchísimas veces el concierto en si me da igual, voy a lo que haya o a lo que me pille cerca. A veces entro 3 minutos y me salgo.
Por cierto ¿cuántos conciertos has podido ver a la largo de tu vida?
No he echado cuentas, pero muchísimos, diría que cerca de 1000 al año durante 6 años, y menos de 1000 otros 6. Pensé en apuntarlos pero me pareció un coñazo terrible al tercer día y llevar 15.
¿Y cuál ha sido el que más te ha impactado y por qué?
No sabría decir un concierto exacto que me haya marcado a ese nivel. Sin tener nada que ver con el jazz, estar fotografiando a Iron Maiden me hizo pensar “mi yo de 16 años estaría orgulloso”. Luego los conciertos de artistas fuera de forma pasados los 70 me impactan, sobretodo el que la gente vaya a verles.
¿Quién te falta por fotografiar y a quién no fotografiarías nunca?
Te diría que Maluma, pero llegaría tarde, jaja.
He podido ver cerca de 1000 al año durante 6 años, y menos de 1000 otros 6
Me hubiese gustado fotografiar a gente más icónica de los 70 y 60, pero en esa época. Como digo los ancianos que giran fuera de forma me dan mucha pereza. Así que haya podido y no haya hecho me da mucha mucha rabia Roy Hardgroove y Gil Scott. No pude ir a sus últimos conciertos aquí.
¿Trabajas o te diviertes?
Dentro de que me gusta mi trabajo, para mi divertirme es irme a escalar o irme a la montaña. Me encanta hacer fotos y las disfruto, pero al final cuando lo haces por trabajo trabajo, como quien dice, tienes una presión detrás por tener algo. Disfrutaba mucho haciendo fotos en la calle al no tener esa presión, pero al final me la ponía yo, así que casi no hago.
Llegamos a “La música que he visto”, el fotolibro que salió a la venta hace unos días y que hace su presentación oficial el día 28 de abril, siendo el pistoletazo de salida del International Jazz Day Madrid 2021…
¿Por qué sacar ese libro ahora?
Porque siempre he pensado que detrás de mis fotos hay una historia que muchas veces no se cuentan, que la escena que fotografía apenas tiene difusión y los elementos que la construyen son bastante volátiles. Pensaba que de alguna manera hacer un libro que cuente cómo es la escena cosificaría esa volatilidad y daría valor a lo que cuento.
¿Ese ha sido el resultado para ti de la crisis de la pandemia?
Bueno, eso, la calistenia y una separación.
Siempre he pensado que detrás de mis fotos hay una historia que muchas veces no se cuentan
En la parte más dura del confinamiento me dio la vida poder escribir y recordar estos tiempos. Charlar con amigos y olvidarnos de esa puta mierda de año hablando de tiempos mejores fue genial.
¿Qué es lo que más te ha costado a la hora de sacar el libro adelante?
Los pies de foto. El libro como tal lo escribí, sin exagerar, quitando las transcripciones, en 5 días. Pero los pies de foto, que habrá 200, han sido una pesadilla, porque además hay que moverlos cuando se mueven las fotos. Ordenarlos, y corregirlos, ha sido lo peor. Hay tres erratas, pero jamás nadie lo sabrá.
¿Por qué música negra?
Porque se dio así, no es lo que escuchaba, pero fue una experiencia aquel primer concierto en una sala llamada El Junco, tan cerca del escenario que me enganchó. Además la música afroamericana tiene ese algo de cercanía, de gente normal, digamos, de falta de fuegos artificiales, que te permite vivirla de forma muy cercana.
¿Y por qué solo de Madrid?
Porque al final es un libro muy en primera persona, me gusta hablar de gente con la que hablo normalmente. No he tenido que pedir un solo teléfono para entrevistar a nadie, son todos amigos. Me parece mejor cerrar el objetivo que intentar abarcar algo que desconzoco, hubiera sido otro libro.
¿Este libro es un principio de una nueva ventana que has abierto?
No creo, no lo sé. De momento no me planteo escribir más. De hecho, además del crowdfunding para mi es una inversión importante que sé a ciencia cierta que no voy a recuperar. A día de hoy no me lo planteo.
¿Sales a la calle con deformación profesional? Es decir ¿con la cámara preparada y en cada esquina ves una foto?
Las fotos las veo, pero no las hago. Hubo un tiempo en el que sí, pero al final, llevo 5 años trabajando prácticamente todos los días tirando de un trolley con la cámara. No salgo a hacer fotos, digamos, es un tiempo que no tengo ahora mismo. Eso si, si saco la cámara en un curro y veo una foto, la hago. Así gané el Sony World Photo.
¿Llega a ser una adicción buscar imágenes?
Hubo un tiempo que lo fue, la foto de calle, en especial la no narrativa. Veía formas y líneas todo el rato, era agotador.
¿Madrid es fotogénica?
Por supuesto. Todo es fotogénico, todo el mundo entero digamos. Quizás no sea exótico, pero supongo que para un japonés Japón tampoco lo será.
¿Sí o no a las selfies? ¿Y a Instagram? En resumen ¿qué son las redes sociales para ti?
Las redes sociales son un entretenimiento donde veo memes y humor básicamente, y un escaparate. No estoy muy adicto la verdad. Para mi es o un trabajo o un muestrario de humor negro o absurdo. Creo que las redes sociales tienen muchísimo peligro, especialmente para las profesiones liberales. Si a mí que me va genial me da ansiedad cuando veo a alguien que le va bien, ¿qué le pasará a alguien que le vaya mal y me vea a mí? Intento ser lo menos fardón posible, intento pensar que lo yo percibo como éxito para otros puede ser un reflejo de su fracaso, sin ser éxito lo mío y sin ser fracaso lo tuyo. Hay un capítulo sobre esto de hecho.
Llega 2015 y Javier con una fotografía no musical, y contra 78.000 participantes más, consigue ganar el prestigioso Sony World Photo…
¿Qué supuso eso para ti?
Fue un “ole tu polla”. Yo soy autodidacta básicamente, siempre me he sentido muy fuera del mundo de la foto convencional. Entonces, cuando de repente, un autodidacta gana un premio internacional de ese calibre haciendo una foto aleatoria un día cualquiera en un descanso de un trabajo, te permite pensar que realmente puedes vivir de ellos. El premio en si es anecdótico, pero sí que es verdad que fue un chute muy importante a todos los niveles.
Ganar el prestigioso Sony World Photo fue un chute muy importante a todos los niveles
Magnum Photos es una agencia internacional de fotografía, con oficinas en Nueva York, París, Londres y Tokio…
¿A qué te suena Magnum?
A que de pequeño estaba gordo por comerlos y a una de las mejores experiencias de mi vida, cuando estuve en NY con Chien Chi Chan haciendo un curso en su sede, y con Nikos Economopoulos en Atenas y La Habana. Magnum me ha enseñado mucho a través de sus fotógrafos y también es genial que una agencia se preocupe de generar pasivos a los fotógrafos para que puedan centrarse en “hacer sus mierdas”. Un sueño sería pertenecer a Magnum, pero es un sueño, ni siquiera trabajo en esa dirección.
Y para ir terminando ¿Cómo ves la vida en estos momentos que estamos pasando en blanco y negro o en color?
Yo veo todo a color siempre. Si hay fotos en blanco y negro en el libro es porque los colores eran una mierda. Soy muy colorista, me gusta lo que aporta el color a la foto y me gusta, dentro del metalenguaje de la fotografía, jugar con los colores.
Y si queréis conocer mejor su obra, o parte de ella, aquí tenéis su Facebook, seguro que os vais a encontrar alguna imagen conocida de algún personaje reconocido…
Ese es Jaime, el hombre detrás de la foto, el que empuja la cámara…