Dos carreras míticas del ciclismo de élite, la Flecha Valona y la Lieja-Bastoña-Lieja, volverán a disputarse en la región del sur de Bélgica el 21 y el 25 de abril, respectivamente.
En Valonia, durante el mes de abril, se respira un ambiente impregnado de ciclismo. La región es territorio ciclable durante todo el año, pero la celebración de la Flecha Valona (el 21 de abril) y la Lieja-Bastoña-Lieja (el 25 de abril), dos de las carreras de más reconocimiento y prestigio del circuito UCI World Tour, convierten la primavera en la estación ciclista por antonomasia de la región. Debido a la pandemia, este año no habrá público.
El recorrido de la Flecha Valona empezará en Charleroi -ciudad que ya ha acogido la salida en 14 ediciones anteriores- y culminará 193 kilómetros después en la exigente y decisiva colina del Mur de Huy: el que será el ganador de la 83ª edición de la Flecha Valona, deberá cruzar la meta tras haber completado los 1.300 metros ascendentes del Mur de Huy, con un desnivel de más del 9% y rampas de hasta el 26%.
La Lieja-Bastoña-Lieja, conocida también como La Decana (se fundó en 1892) se considera una de las carreras ciclistas más espinosas del calendario, por sus más de diez pendientes y la incidencia del clima en la carrera. La colina más emblemática de este trazado de 259 kilómetros es Côte de La Redoute (prácticamente a la mitad del recorrido), que presenta una subida de 2.000 metros con pendientes de hasta el 20%. Al transcurrir en abril y en una zona como la de las Ardenas, el frío, la lluvia y en ocasiones la nieve, se han convertido en un protagonista más.
Valonia, tierra ciclista para los más exigentes
Siendo el escenario de dos grandes pruebas ciclistas, la región del sur de Bélgica es un destino para conocerlo encima de dos ruedas a través de sus senderos más vertiginosos. Para todo deportista que busque una aventura más auténtica, diferente a la que ofrece un tranquilo paseo cicloturista, en Valonia hay tres localizaciones claves.
La primera es la ciudad de Houffaize, también conocida como la capital del monutain bike belga. Tras haber organizado 16 Copas del Mundo, ha convertido en atractivo turístico el trazadp que fueron itinerarios mundiales. Conocido como circuito de BTT negro, para alertar de su dificultad, es un recorrido que exige mucho físicamente, con 560 metros de altitud variable a lo largo de 22 kilómetros.
La tercera ‘parada’ es en el valle de la Burdinale, donde se hay una excursión señalizada de 37 kilómetros en la cual las costas se suceden hasta alcanzar la cima, hecho que la convierta en una ruta apta para ciclistas experimentados. El itinerario transcurre entre senderos y caminos entre parcelas.