GASTRONÓMICAS

Tradiciones gastronómicas mallorquinas para Semana Santa

Panades y coca
Redacción | Miércoles 17 de marzo de 2021

Un año más, la Pascua llega acompañada de tradiciones gastronómicas ancestrales que invitan a degustar los exquisitos bocados típicos de la Semana Santa mallorquina: el “frit”, las “panades”, los “cocarrois”, los “crespells”, los “robiols” y los “confits” .

¿A qué sabe la Semana Santa en Palma? Los primeros rayos de sol de la primavera dan paso a la llegada de la Pascua, época en la que es costumbre preparar deliciosas especialidades para compartir con familiares y amigos. Es tiempo de tradiciones religiosas (que este año de nuevo se celebrarán desde el recogimiento y la oración). Pero lo que no faltará será el culto a la cocina típica de estas fechas, que invita a degustar placeres gastronómicos de receta ancestral y familiar elaborados con los productos mallorquines más auténticos.

Un vía crucis con delicias para deleite de creyentes y heterodoxos

En Palma, las costumbres durante este periodo también están marcadas por el calendario cristiano, al igual que en el resto del país. Es la Cuaresma el tiempo en el que los creyentes no comen carne, lo que inunda sus mesas de recetas elaboradas con pescados (sobre todo el bacalao) y verduras. El sacrificio finaliza con la llegada de la Pascua, que pone fin al ayuno con sabrosas elaboraciones, en especial el Frit de Pascua, una versión del clásico Frit mallorquín, pero que se prepara con carne, sangre, patata, guisantes, pimiento e hinojo en el que en lugar de utilizar carne de cerdo se añade de cordero. El Bar Can Frau, situado en el mercado de Santa Catalina, está considerado como uno de los mejores lugares para degustar un buen frito mallorquín.

También son protagonistas las tradicionales pastas saladas de Semana Santa. Por un lado, las famosas panades: empanadas que pueden estar rellenas de carne de cordero -sobre todo en los tiempos de Pascua, cuando está más sabrosa- o de cerdo, pero también de pescado o de guisantes. Por otra parte, están los cocarrois (un legado culinario árabe con forma de media luna que se elaboran con la misma masa, pero van rellenos de verduras, pasas y piñones). No obstante, tanto panades como cocarrois admiten muchas variedades de ingredientes, por lo que su elaboración puede adecuarse a todos los gustos. Pueden prepararse en casa o encontrarse en hornos y pastelerías de Palma, como por ejemplo el Horno Santo Cristo (con envío a toda la península), Can Joan de s’Aigo o Forn Fondo.

En el capítulo dedicado a los dulces, destacan los crespells: pastas secas con múltiples formas (flores, estrellas, corazones) elaboradas con harina, huevo, manteca de cerdo, aceite de oliva y azúcar. Por su parte, los robiols están elaborados con pasta de harina fina plegada con forma semicircular, cubiertos con azúcar glas y rellenos con mermelada de fresa o albaricoque, cabello de ángel, crema, requesón o chocolate. Muy laureados los crespells y robiols de Fornet de la Soca y Forn des Pont (que pueden pedirse online).

Por último, durante estos días los más pequeños disfrutan con los confits (grandes caramelos de anís con una almendra en su interior). Normalmente, los caperutxes (nazarenos) los reparten a los niños cuando desfilan en procesión haciendo penitencia, pero en esta ocasión se tendrán que comprar en las pastelerías de la capital balear para evitar las aglomeraciones de las celebraciones religiosas en tiempos de pandemia.

Las pastelerías palmesanas venden durante estas fechas estos confites de caperutxa en diferentes tamaños y colores. También ofrecen otras variantes surgidas en los últimos años, como pirulís de colores, collares de caramelo y galletas.

No obstante, aunque estas especialidades son más tradicionales de Semana Santa, son tan típicas de la gastronomía local que pueden encontrarse durante todo el año en Palma. Una forma ideal de disfrutarlas es darse uno de estos caprichos mientras se da un paseo o se toma un café en un horno o panadería de la ciudad.

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