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La nueva añada de Malabrigo, uno de los vinos más top de Bodegas Cepa 21

Redacción | Miércoles 24 de febrero de 2021

Cepa 21 es una bodega boutique asentada en el corazón de la Ribera del Duero que apuesta por elaborar vinos modernos, asentados en la tradición vinícola de la zona, pero acordes con las tendencias actuales. Su nombre, de hecho, es toda una declaración de intenciones, ya que sus tintos son vinos de pura cepa, fieles a la variedad y al terroir del que proceden, y están diseñados para sorprender y deleitar al consumidor del siglo XXI.

Malabrigo, una de sus referencias más emblemáticas, es un 100 % Tempranillo envejecido en barricas nuevas de roble francés que procede del pago del mismo nombre. Se trata de una finca muy singular que se caracteriza por su suelo arenosoarcilloso y por una climatología privilegiada y única en la zona, con contrastes térmicos extremos que permiten maduraciones prolongadas del hollejo y aportan cuerpo, fruta y complejidad al vino. Para José Moro, presidente de la bodega, «es un vino muy atractivo, con una personalidad arrolladora, y una auténtica joya que nos hace descubrir con cada añada matices propios de la variedad».

La añada 2016 fue una añada de equilibrio y matices. Las temperaturas frescas del inicio de la primavera y las abundantes lluvias retrasaron levemente la brotación del viñedo mientras que en verano las temperaturas fueron ligeramente superiores a las normales. El mes de septiembre fue especialmente seco pero las reservas de agua del suelo acumuladas mantuvieron un rendimiento óptimo de la planta sin que esta sufriera estrés, «el justo para activar la madurez de la uva y para que podamos percibir matices que en otras añadas no están tan presentes», explican.

A la vista, el vino tiene presencia en la copa y un color rojo cereza cubierto con ribetes rubí. Es un color vivo, no muy degradado pese al tiempo en botella, que caracteriza a los Tempranillo de Cepa 21. Se recomienda paciencia una vez servido en la copa para que se abra y evolucione mostrando todos sus matices. Su nariz es intensa y compleja; enseguida empiezan a aparecer recuerdos a especias y flores secas sobre una potente base de frutos negros maduros típicos de la variedad. La personalidad de la parcela está muy marcada, aunque presenta también sutiles notas de madera que aportan riqueza y equilibrio al conjunto. En la boca es rotundo pero amable, de gran volumen, con un tanino muy maduro y pulido, de paso amable y sedoso y un postgusto largo y persistente. Es un Ribera de extraordinaria calidad y presencia, «un vino simplemente espectacular» –en palabras de para José Moro– que merece la pena disfrutar sin prisa.

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