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Regalar vino por Navidad, selección para estas fiestas de Bodegas Alta Pavina

Redacción | Jueves 17 de diciembre de 2020

Ubicada en la localidad vallisoletana de La Parrilla, a dos kilómetros del río Duero, Bodegas Alta Pavina es el fruto de la búsqueda de la autenticidad y la pasión por el vino de los hermanos Diego y Hugo Ortega, propietarios también del grupo hotelero Fontecruz. Su proyecto bodeguero es una apuesta absoluta por la implantación de la variedad Pinot Noir en un terreno hasta ahora dominado por la Tempranillo.

Con motivo de estas fiestas navideñas, Alta Pavina ha diseñado tres estuches, disponibles por tiempo limitado. Cada uno está integrado, a su vez, por tres referencias de la bodega. El primero de ellos, ‘Los tintos Alta Pavina’ , incluye una botella de la añada 2016 del monovarietal Citius –situado entre los mejores Pinot Noir tanto dentro como fuera de nuestras fronteras–, una de Pago La Pavina 2017 –un coupage 80 % Cabernet Sauvignon y 20 % Tempranillo– y una de Pavina Red 2017 –Tempranillo y Pinot Noir, esta segunda variedad en mayor proporción–.

El segundo estuche, ‘El trío de Pinot Noir’, está formado por una botella de Citius 2016 (100 % Pinot Noir), una de Pavina Rosé 2020 (un rosado “de granja”, también 100 % Pinot Noir) y una tercera de Pavina Red 2017 (coupage de 75 % Pinot Noir y 25 % Tempranillo).

Por último, ‘Un paseo por Alta Pavina’ incluye un tinto, un rosado y un blanco: Pavina Red 2017 (Tempranillo y Pinot Noir), Pavina Rosé 2020 (100 % Pinot Noir) y el monovarietal de Verdejo Pavina White 2020.

Los hermanos Diego y Hugo Ortega son los artífices de Bodegas Alta Pavina, un proyecto vinícola pionero y único en nuestro país que apuesta por la Pinot Noir, una variedad de uva francesa elegante, delicada y muy difícil de cultivar en España –tanto es así, que se la denomina ‘la uva del diablo’ por la finura de su hollejo y su gran sensibilidad a los agentes externos–. Alta Pavina se ubica en Valladolid, en plena Ribera del Duero, donde esta uva ha encontrado un microclima idóneo para su desarrollo y su máxima expresión gracias a un trabajo concienzudo y meticuloso.

Con una filosofía de bodega boutique, Alta Pavina apuesta por producciones pequeñas, atentas a la autenticidad y con un nivel de detalle artesano. Su producción se rige por la práctica de una viticultura absolutamente manual y muy selectiva y por la mezcla de la tradición con las más modernas técnicas de vinificación. Además de las 18 hectáreas de Pinot Noir, la bodega posee otras 17 hectáreas de viñedo, principalmente de Tempranillo y Cabernet Sauvignon.

La producción anual de la bodega alcanza hoy en día 200.000 botellas en total (esperan llegar al medio millón en los próximos cinco años) y un 50% de sus ventas procede del mercado internacional donde tienen presencia en 22 países, entre ellos, Estados Unidos, Canadá, China, Japón, Reino Unido, Italia, Austria, Suiza, Escandinavia, Países Bajos, Rusia, Panamá, Perú, México y Kenia. Su objetivo a corto plazo es abrir mercado en Dubái, Colombia y Brasil y crecer en España, donde por el momento están presentes en las ciudades y comunidades «más cosmopolitas o con mayor índice de turismo internacional». Y es que «la Pinot Noir es aún bastante desconocida en nuestro país, es una uva para auténticos amantes del vino, para paladares viajados y conocedores: cuando ya lo has probado todo, al final de todo, siempre está la Pinot Noir», cuentan los hermanos Ortega.

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