Si hay algo por lo que se caracteriza Lisboa es por la cantidad de influencias y culturas con las que ha convivido desde su nacimiento hasta la actualidad. En este sentido, aunque la capital portuguesa destaque por su ajetreo, animada vida y amplia oferta de ocio. La realidad es que su historia también alberga multitud de misterios que pasan desapercibidos por muchos de los viajeros que la visitan.
Con el objetivo de conocer la parte más misteriosa de la capital portuguesa y descubrir sus leyendas, Turismo de Lisboa propone una ruta perfecta para disfrutar de una escapada durante el puente de Todos los Santos y conocer la cara más oculta de la ciudad de Lisboa.
Rua das pedras negras, un homenaje a la diosa Cibeles
Ubicada en pleno centro de Lisboa, la Rua das Pedras Negras recibe este nombre por el color de su pavimento en la Lisboa romana. Una calzada tintada en color negro que conectaba con uno de los lugares más emblemáticos de la Lisboa del siglo II D.C., el templo de Cibeles. La Rua das Pedras Negras ha permanecido en la topografía de la ciudad desde el principio de sus tiempos hasta la actualidad, aunque hoy no cuenta con el color característico que le otorga su nombre.
En la actualidad se pueden atisbar algunas aras romanas del antiguo templo de Cibeles en el palacio de la Independencia, residencia original de los condes de Almada y antiguamente conocido como Palacio de Almada. Ubicado junto a la Plaza de Rossio, este emblemático edificio cuenta con diferentes episodios mitológicos en su fachada y en su interior que nos transportarán de lleno a la historia de una de las calles más misteriosas del centro de la ciudad de Lisboa, que rinde homenaje a la diosa Cibeles o Madre Tierra.
Catedral de Lisboa, una atracción clave en la historia de Lisboa
También conocida como Catedral de Sé, esta emblemática construcción de estilo románico se remonta a mediados del siglo XII. Aunque hasta finales del siglo XIV, la Catedral de Lisboa se conocía como la Iglesia de Santa María la Mayor y no fue hasta esa fecha cuando se empezó a reconocer como catedral. Entre su esencia románica y gótica, la catedral de Lisboa alberga un tesoro muy preciado en su interior: los restos de San Vicente, patrón de la ciudad.
Cuenta la leyenda que, tras la muerte del Santo, el rey Alfonso Henriques mandó trasladar sus restos hasta la ciudad de Lisboa. El traslado se llevó a cabo con la ayuda de una barcaza y esta fue custodiada por dos cuervos que no se separaron de la embarcación, hasta su atraque en la capital lusa. A raíz de esta leyenda, los cuervos se incorporaron al escudo de la ciudad de Lisboa.
Iglesia de Santo Domingo, la eterna superviviente
Alfama es como un laberinto de calles empedradas que conectan entre sí, subidas y bajadas de infarto que representan el lado más antiguo de Lisboa. En este tradicional barrio se encuentra la Iglesia de Santo Domingo, durante siglos, el templo religioso más grande de Lisboa.
La Iglesia de Santo Domingo ha superado diversos episodios que la posicionan como la eterna superviviente de la ciudad. Una atracción que quedo prácticamente destruida tras el catastrófico terremoto de 1755, aunque fue reconstruida a principios del siglo XX.
En verano de 1959 este templo religioso volvió a sufrir un fatal episodio, un incendio de tremendas dimensiones que tardó más de seis horas en apagarse destruyó parte del edifico. Actualmente la iglesia luce una belleza de contrastes, ya que todavía mantiene el aspecto calcinado e imágenes medio fundidas tras la catástrofe. La Iglesia de Santo Domingo también fue lugar de culto para la inquisición, donde celebraban sus actos públicos de fe, enunciaban condenas y enviaban a la hoguera a los infieles.
La torre de Ulises en el Castillo de San Jorge, un homenaje al fundador de Lisboa
Son muchas las historias y leyendas que existen sobre el origen de Lisboa, que se remonta a la época de dioses y héroes en la Grecia antigua. En este sentido, se dice que el héroe griego Ulises fue el creador de la ciudad de Lisboa, y esta es la razón por la que se le ha otorgado su nombre a unas de las 11 torres del Castillo de San Jorge, ubicado en la colina más alta de la ciudad.
Sobre la actual capital lusa, yacía una mujer mitad serpiente que aterrorizaba a todos aquellos que se acercaban a sus dominios. Fue entonces cuando Ulises decidió embarcarse en la aventura de comprobar si este mito era cierto o no. La mujer serpiente se enamoró perdidamente del héroe griego, y Ulises también fingió su amor con el objetivo de abastecerse con provisiones de la zona. Antes de marchar, el héroe subió una colina donde actualmente yace el Castillo de San Jorge y se dio cuenta de la belleza del paisaje que tenía a sus pies. Fue a partir de ese momento cuando mandó a sus hombres construir la ciudad de Lisboa.
Mirador de Penha de França, una panorámica de la Lisboa menos turística
Para finalizar la ruta y tomar un respiro disfrutando de las mejores vistas, el mirador de Penha de França es una parada obligatoria. Este enclave es uno de los menos conocidos de la ciudad y está ubicado junto a la Iglesia de Nossa Senhora da Penha de França, que comenzó a construirse en 1597. La iglesia quedó destrozada tras el terremoto de 1755, aunque la imagen de Nuestra Señora quedó intacta tras la catástrofe, según cuenta la leyenda.
Desde este mirador podrás conocer la cara menos turística de Lisboa, aunque con mucho encanto, destacando algunas zonas como el Alto de São João, los barrios de Olivais, Chelas y Marvila.