Abierto hace más de una década en los aledaños del estadio de Mestalla, Apicius se posiciona como una de las direcciones gastronómicas más relevantes de Valencia con dos Soles Repsol y un plato Michelin –reconocimiento a la calidad creado en 2017–. Al frente del proyecto se encuentran dos hosteleros apasionados y con una dilatada trayectoria, que forman el tándem perfecto tanto en lo personal como en lo profesional: la alemana Yvonne Arcidiacono, responsable de la sala y la bodega, y el zaragozano Enrique Medina, chef devoto del producto de proximidad y temporada.
Tras su cierre temporal motivado por la crisis de la COVID-19, Apicius vuelve a abrir sus puertas. Y lo hace con más fuerte que nunca y con diferentes medidas para garantizar la seguridad de sus clientes: la sala, de 110 m2 y capacidad para 70 comensales, albergará solo ocho mesas para atender únicamente a 18 personas por servicio con lo que sobrepasa con creces las distancias mínimas pautadas y han desarrollado un protocolo de higiene que está muy por encima de lo que exigen las instituciones. «Ahora la seguridad es la máxima y el espacio amplio es el verdadero lujo», aseguran, y las dos cosas se ofrecerán con la exhaustiva y personal supervisión de los dos propietarios, Enrique e Yvonne.
Por su parte, la experiencia gastronómica será más radical, sin perder su habitual línea de alta cocina natural, ceñida estrictamente a las temporadas y que entronca la esencia mediterránea con la gastronomía de interior adscrita en el ADN del cocinero, oriundo de Zaragoza.