Viernes 23 de octubre de 2015
Ya es Navidad y en Jamaica se pueden ver, como prácticamente en el resto del mundo, personajes y decoraciones navideñas de tradición anglosajona. Sin embargo, los jamaicanos también celebran en esta época del año otro ritual muy particular cuyo origen no es tan claro: el Jonkonnu.
Los desfiles de personajes enmascarados en Jamaica se remontan casi cuatro siglos atrás, al menos según los testimonios escritos existentes: ya en 1700 el naturalista irlandés Sir Hans Sloane describía cómo unos personajes disfrazados con aterradoras máscaras adornadas con cuernos de buey y colmillos de jabalí desfilaban bailando de casa en casa. Si bien a lo largo de los siglos las máscaras y disfraces han ido adoptando un aspecto más alegre y menos atemorizante, hay importantes elementos que han perdurado, como los cuernos o los sombreros en forma de casas o barcos.
Son precisamente estos elementos, comunes a otros desfiles similares en otras zonas del Caribe y las Antillas, los que apuntan al origen africano de esta fiesta. Y es que son muchos los países de África Occidental, desde Senegal a Angola, en los que se pueden encontrar celebraciones similares con fines tanto de entretenimiento como religiosos. La influencia de estas tradiciones africanas habría calado en los habitantes de la isla a través de las distintas oleadas migratorias forzosas durante la época colonial.
Precisamente el calendario festivo de los colonos europeos habría propiciado la celebración del Jonkonnu coincidiendo con la época navideña y el Año Nuevo. Así, durante los siglos XVII y XVIII los propietarios europeos de las grandes plantaciones jamaicanas habrían permitido a los esclavos celebrar este tipo de eventos para aplacar su creciente malestar –y sus ansias de revuelta– por sus paupérrimas condiciones de vida.
Con el paso de los siglos, el Jonkonnu de Jamaica ha ido incorporando numerosos elementos de clara inspiración europea e incluso india –a consecuencia de la llegada de inmigrantes procedentes de la India en el s. XIX–, pero tanto gran parte de los personajes como la música y los bailes de este desfile de máscaras continúan presentando numerosos paralelismos con celebraciones similares que todavía perduran en los países de la costa oeste de África.
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