TURISMO INTERNACIONAL

Surcar las aguas de la bahía de Palma

Redacción | Miércoles 19 de agosto de 2020

Ciudad que mira al mar y sede de importantes eventos náuticos internacionales como la regata Princesa Sofía y la Copa del Rey de Vela, sus magníficas playas la han convertido en uno de los lugares más conocidos del mundo. Pero Palma, además de poder disfrutarse recorriendo sus calles y conociendo su esencia, también puede descubrirse desde el mar admirando su belleza desde otro punto de vista.

Las suaves temperaturas y agradable climatología de la capital balear durante la mayor parte del año la convierten en un punto de partida ideal para disfrutar de las actividades náuticas, deportes acuáticos y tradiciones marineras. Entre ellas, destaca la navegación por la bahía de Palma: un privilegio apto para todos los públicos capaz de transmitir una sensación de libertad difícil de olvidar y un plan perfecto para cualquier escapada urbana o vacacional.

Experiencia a bordo del barco más antiguo de la flota española

Palma dispone de un acogedor y familiar puerto de amplias extensiones que actúa como base de operaciones de multitud de empresas que ofrecen la posibilidad de disfrutar de esta experiencia. Una que, sin duda, se alza como una singular opción es subir a bordo del Rafael Verdera, una embarcación de madera de estética rústica y artesanal que actualmente tiene el honor de ser el barco más longevo de la flota española.

Construido en Ibiza, este velero fue botado por primera vez en la mar el 15 de abril de 1841 y se dedicó durante siglo y medio al transporte de mercancías uniendo los puertos del Archipiélago Balear y las islas con otros puertos del mediterráneo occidental como Barcelona, Valencia, Marsella, Nápoles o Argel.

Se trata de un velero restaurado con todo detalle que transporta a un evocador pasado marinero a través de las experiencias que brinda a bordo. Excursiones por la bahía de Palma, sea disfrutando del mar a plena luz del día entre sus límpidas y cálidas aguas transparentes o dejándose invadir por la magia de una puesta de sol inolvidable. Pero siempre vigilados por los imponentes monumentos de la capital balear, como la catedral de La Seu, el Castillo de Bellver o el Palacio de la Almudaina.

Además, durante la travesía se pueden realizar divertidas actividades como nadar, avistar delfines, hacer snórkel, utilizar los dos kayaks y el paddle surf del barco, preparar la comida, tomar el sol plácidamente en la cubierta y, para los más aventureros, colaborar con las tareas propias de los marineros izando velas y manejando el timón dirigiendo un velero histórico.

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