Un nuevo año que irrumpe en nuestras vidas y resignifica las prioridades: si el tiempo de disfrute es el bien más preciado y el reencuentro un momento anhelado por todos, las terrazas constituyen el territorio simbólico de tales placeres. Ya sean de bares o restaurantes, urbanas o marítimas, con vistas a la naturaleza o alzadas a incontables metros del suelo, se han convertido en el lugar más deseado por los españoles: codiciar una terraza y encontrar mesa en ella es el nuevo lujo; no moverse de allí y defender la conquista, ya es cosa de expertos. Esta idea ha motivado la última campaña de Schweppes, firmada por la agencia creativa La Despensa, que bajo el claim ‘
Así se consigue el vaso de Sanz i Vila
Pedir Schweppes Pink (bajo en azúcar y elaborada a partir de grosella natural, es el último y más exitoso lanzamiento de la marca), ya sea sola o combinada, y ver la puesta de sol desde la terraza de alguno de los locales que conforman la guía son los únicos requisitos para conseguir el último objeto de deseo de la firma: una versión limitada y exclusiva de su icónico vaso swimming (en cristal, de 50 cl) diseñada e intervenida por el artista Pau Sanz i Vila (Denia, 1990). Licenciado en Bellas Artes, pintor, ilustrador y diseñador gráfico, Pau es el partner elegido por razones que tienen que ver con su técnica (su obra se basa casi íntegramente en el uso exclusivo de tres colores: azul, rosa y amarillo, estos dos últimos coincidentes con las referencias best seller de la marca: Pink y Original), con la frescura de su estilo (centrado principalmente en la cultura pop y en el uso de lápices, tintas y acrílicos) y con lo imparable de su trayectoria: ha expuesto en ferias como ARCO, Mulafest o MARTE y colaborado con infinidad de marcas comerciales.
«Trabajé en la ilustración que hoy aparece en el vaso de Schweppes justo en el momento en que pudimos comenzar a salir, poco a poco, al exterior. Recuerdo que yo permanecí en casa, quería aprovechar para seguir avanzando con la tranquilidad de los días anteriores, pero a través de la ventana veía a mis vecinos haciendo deporte, alguna terraza de bar que comenzaba a tener de vuelta a sus clientes y vida, mucha vida en las mismas calles que días antes habían estado llenas de un silencio que nunca había conocido en mi ciudad», comenta Sanz i Vila. «Si algo debemos destacar de este año es precisamente esa vida, esos pequeños trozos que forman la normalidad que tan poco valorábamos mientras soñábamos con cosas que finalmente no llegaron, sueños que ya hemos aprendido a dejar de necesitar. La ilustración que he realizado para Schweppes muestra todo eso, todo aquello que vi desde mi ventana durante las primeras semanas y lo único que necesito vivir de ahora en adelante».
La línea P de norte a Sur
Se ha hablado mucho del cielo de Madrid, el mismo que da lugar al eslogan más popular de la ciudad, y sin embargo ningún local se había postulado aún como abanderado de la línea rosa que en verano aparece (más visible que nunca, de hecho, por la escasa contaminación) en torno a las nueva y media de la noche. Ahora son varios los establecimientos capitalinos que animan a descubrir y a disfrutar de ese momento, entre los que se encuentran Arzábal, Patio de Leones, Casa Suecia o Selvático y clásicos del ocio tardío como Ramses, Fortuny o La Terraza de Marta Cariño; esta última es el nuevo espacio que el grupo Factoría Cariño acaba de abrir en el rooftop del hostel Generator Madrid, junto a la plaza de Santo Domingo, y que con sus dos niveles y preciosas vistas, constituye una de las citas indispensables de este verano.
En la costa levantina, la más cercana a la capital, invitan a bajar el ritmo de la rutina y a centrarnos en alargar lo más posible los buenos momentos varios locales con alma de beach club que se reparten entre Valencia, Alicante y Castellón (algunos ejemplos son Zensa Lounge, en Dénia, Mandarina Club en Castellón o el Marina Beach en Valencia), mientras que en las Islas Baleares, también bañadas por el Mediterráneo, resultan imbatibles las terrazas mallorquinas de Social Club y Café La Lonja, la ibicenca Somiart y Paput en la siempre deliciosa Menorca. Por su parte, Málaga domina el sur concentrando la activación en terrazas de sus diferentes localidades, municipios y rincones con encanto (Puerto Banús —Astral Bar, Lounge La Habana—, San Pedro de Alcántara —Finca Besaya, NH Lounge San Pedro— o Nerja —en su blanco y semiescondido hotel Mena Plaza) y en la propia ciudad portuaria, donde destaca la terraza de aire ascético y chill out Alcazaba, ubicada en la última planta del hostel homónimo y con impresionantes vistas a la Alcazaba de Málaga, al Castillo de Gibralfaro y cómo no, a la línea rosa del atardecer.
El noreste comprende Pamplona y Cataluña, con cuatro locales en las provincias de Girona, Lleida y Tarragona y siete solo en Barcelona. Aquí no podía faltar Mirablau, situado estratégicamente en las laderas del Tibidabo y conocido como ‘el Panorámico’ de la ciudad gracias a la diversidad de espacios que acoge, cada uno orientado a un ambiente y a un momento de consumo diferentes pero todos con vistas de 360 grados sobre la Ciudad Condal.
El recorrido finaliza en el norte de la Península, con protagonismo de Asturias (en Gijón, Abba Playa y en Salinas, parroquia del concejo de Castrillón, en Ewan Food) y Cantabria: aquí destaca la terraza BNS (acrónimo de Buenas Noches Santander), considerada la más famosa del verano santanderino por su oferta de mixología y sus privilegiadas vistas sobre la playa de El Sardinero. Igual que la tarde dará lugar a la línea rosa, la noche invitará a seguir probando el resto de referencias de la gama Mainstream de Schweppes, encabezadas por la icónica y siempre infalible tónica Original y todas ellas aptas para consumo solo o mezclado. Difícil, en suma, abandonar cualquiera de estos lugares y reflexionar en ellos sobre el valor del presente, por lo que pueda venir.