Ubicado entre dos mares, en el emblemático edificio diseñado hace 44 años por el arquitecto Fernando Garrido y conocido como ‘el OVNI de La Manga’, Collados Beach es un establecimiento de recreo único en la zona que aúna relax, diversión, coctelería, un servicio de primera y una sólida propuesta gastronómica asentada en el producto local.
Este verano, el complejo ofrece distintos paquetes para pasar el día en su piscina y sus camas balinesas frente al mar y ofrece una carta de regusto Mediterráneo en la que sobresalen los arroces y la lubina de la encañizada de San Javier.
Casi al final de La Manga, donde el mar Menor abraza al ‘mayor’ después de 24 kilómetros de separación, emerge, semiescondido entre palmeras y perfectamente mimetizado con la paleta de colores que dibujan el litoral murciano, Collados Beach: un oasis de deslumbrante blancura donde perderse y perder la noción del tiempo gracias al privilegiado entorno natural que lo arropa, a sus cuidadas instalaciones y a una oferta hostelera de nivel, que destaca tanto por un producto de primera perfectamente ejecutado como por lo esmerado de su servicio.
Grupo Collados
Collados Beach, que alberga un restaurante, una barra de copas y un beach club, está situado en el kilómetro 18 de uno de los destinos más turísticos del Levante español. Pero su propuesta supera con creces lo esperable en un lugar tan concurrido y popular como es La Manga. Y es que detrás del proyecto se encuentra una saga de hosteleros de pura raza, y eso se nota en cada detalle del complejo. Arturo Trujillo es el patriarca de la familia al frente del Grupo Collados, una empresa de origen granadino (proceden de La Puebla de Don Fadrique) que nació hace 35 años con la apertura de Collados La Sagra, un complejo hostelero situado a en los pies de la segunda montaña más alta de Andalucía, en una de las fincas de extraordinaria belleza natural que actualmente alberga un restaurante, un hotel rural más un puñado de románticas cabañas de estilo nórdico y un observatorio astronómico.
A la edad de 19 años, Arturo, que iba para militar, entabló amistad con el famoso arquitecto italiano Tobia Scarpa (diseñador del primer modelo de lámpara Flos, entre otros hitos) con quien viajó por Europa, aprendió idiomas, visitó los mejores comedores de la época y adquirió, el gusto por la arquitectura, la decoración y las buenas formas. Con ese savoir faire en la mochila, en 1985 levantó, junto a su mujer Isabel y sus cuñados Amancio y Matilde, el complejo de La Sagra, donde por proximidad «venía mucho público murciano», lo que contribuyó, algunos años después, al desembarco del grupo en Murcia. Primero abrieron La Sagra Agridulce, en la zona de la Universidad (hoy convertido en Clandestino Coffee); después, Collados Roda, en el complejo Roda Golf & Beach Resort, y en 2008, Collados Beach: un paraíso a orillas del Mediterráneo que dirigen el hijo de Arturo, Jose Antonio Trujillo, y su mujer, María del Mar López, y que desde hace dos años cuenta con el respaldo de Grupo Orenes, uno de los principales referentes del sector de ocio integral en España que en los últimos años está apostando fuerte por la hostelería.
Emblema arquitectónico
El edificio en que se ubica Collados Beach, un icono de aspecto futurista conocido como ‘el OVNI de La Manga’ y enclavado en el espacio protegido de las Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar, fue construido en 1976 por el arquitecto jienense Fernando Garrido, autor también del club Náutico de Santiago de la Ribera. Durante décadas fue la residencia de verano de Agustín Cotorruelo, predecesor de Vicente Calderón al frente del Atlético de Madrid y ministro de Comercio entre 1973 y 1974, y su esposa, la murciana María Luisa Soubrier, quien aún acude con frecuencia a recordar anécdotas como la de que la bóveda agüereada que cubre el chalet fue diseñada para «poder ver las estrellas antes de dormir». La piscina, estilo César Manrique, y la terraza, de sinuosas formas blancas que imitan dunas y que se funden con la arena de la playa, fueron añadidas en 2008.
Relax, diversión y cocina
Collados Beach es un refugio de relajación durante el día y un punto de encuentro para divertirse y tomar unas copas al caer la tarde. Cuenta con un centenar de hamacas (50 en la playa y otras tantas rodeando la piscina) y seis camas balinesas y ofrece todos los servicios propios de beach club: toallas, vestuarios, carta de hamburguesas, sándwiches, pizzas y snacks y diferentes paquetes para pasar la jornada. Por ejemplo, el alquiler de una hamaca para disfrutar de 11 a 20 h de sus instalaciones cuesta 15 € por persona mientras que en la cama balinesa se puede optar por la experiencia Beach Experience (60 € por pareja incluyendo dos cócteles y aperitivo), la Champagne Day Experience (130 € para hasta cuatro personas con aperitivo y botella de champange incluida) o la Feel the mood (150 € con bebida y almuerzo para dos en el restaurante), entre otras opciones. Cualquiera además puede acercarse a su barra de coctelería (con una quincena de recetas clásicas, destilados premium y una buena selección de referencias de champagne por botellas) y, por supuesto, sentarse en su restaurante con vistas al mar, donde se sirve una cuidada propuesta gastronómica de inspiración mediterránea y base en el producto de proximidad.
Al frente sus fogones se encuentra el cocinero murciano Francisco Sánchez Madrid, con experiencia en otros restaurantes del Grupo Collados y últimamente, en Odiseo, junto al prestigioso chef alicantino Nazario Cano. Como las propias instalaciones, la cocina de Collados Beach se fusiona con el entorno al ensalzar con sencillez y un claro dominio de las técnicas y los tiempos los cultivos murcianos y, muy especialmente, los pescados y mariscos de la zona de San Javier, procedentes de sus atuneras y de sus encañizadas naturales, donde se crían las lubinas que protagonizan algunas de las elaboraciones estrella de Fran.
Respecto a la carta, destacan en los aperitivos la sardina ahumada con pimiento asado, las salazones del Mar Menor (mojama de atún, hueva de mújol y semisalazón de atún rojo en aceite de lima), los mariscos frescos de San Javier y los quesos de cabra artesanales de Collados Quesería, en La Sagra. De la huerta sobresalen la parrillada de verduras del campo de Cartagena, las ensaladas de langostinos y de perdiz de tiro en escabeche y los gazpachos de tomate, fresón, cereza y mango, un clásico del Grupo Collados cuyo éxito los ha llevado a empezar a comercializarlos envasados. Entre los principales merecen especial atención los huevos revueltos con foie y trufa de la Sagra, la lubina a la bearnesa o al corte sobre quinoa tostada, crema de coliflor y romesco y los arroces secos y melosos, especialmente el caldero del Mar Menor que aquí, haciendo honor a la especialidad, se prepara con lomo de lubina en lugar de mújol. Completan la propuesta una esmerada carta de sushi y el servicio en mesa, capitaneado por el italiano Giovanni Morabito, que ha trabajado en el restaurante José Carlos García de Málaga (una estrella Michelin) y en Saddle, entre otros.
Con capacidad para ente 50 y 300 personas en sus diferentes espacios al aire libre o techados, Collados Beach es además el escenario perfecto para celebrar desde una idílica boda de inspiración ibicenca frente al mar hasta un cumpleaños especial, un congreso o una presentación de empresa.