La capital balear invita a realizar un recorrido por una selección de heladerías que elaboran su producto de forma totalmente artesanal combinando los sabores más tradicionales con innovadoras creaciones capaces de sorprender a los más golosos.
Para comer en cucurucho, tarrina, copa o batido. Solos para degustar su sabor en su máximo esplendor acompañados de toppings, siropes, fruta fresca, cremas o frutos secos. En todas las medidas, adaptados a intolerancias alimentarias y para todos los públicos. Algunos incluso laureados en certámenes de prestigio mundial. Los helados son una propuesta culinaria que admite los ingredientes más inverosímiles, prueba de ello es que cada vez se incorporan más sabores y texturas.
Palma puede presumir de contar con una arraigada tradición heladera, con establecimientos en los que conviven los sabores de toda la vida con novedosas creaciones a base de productos locales, como el trampó, las almendras, los higos o la ensaimada.
Un gélido itinerario por cinco heladerías palmesanas para derretirse
Afamada por ser una de las catedrales de la restauración en la capital balear, fue fundada -tal como rezan los azulejos de sus paredes-, en el año 1700. Es la cafetería más antigua de la ciudad y se alza como uno de los lugares más famosos de Palma, no solo por la calidad de sus especialidades, sino por ser el lugar preferido de personajes de la talla de la Reina Emérita Doña Sofía. Sillas y lámparas clásicas y mesas de mármol en un local que sirve unos helados dignos de homenaje, como el de avellana o el de fresa. Propuestas que los entendidos acompañan sabiamente con sus deliciosas ensaimadas y pastas caseras. Merece mención especial su helado de almendra, cuya calidad alcanzó durante muchos años tanta fiabilidad que llegó a ser recetado por los médicos como una propuesta ideal para los enfermos por las cualidades analgésicas del hielo –buenas para las inflamaciones-, y la materia prima, la almendra, digestiva y de gran aporte energético. En la actualidad continúa elaborándose de la misma forma que hace 300 años.
Se trata de una de las heladerías míticas de Palma que lleva deleitando a los paladares de locales y visitantes desde 1950, año en que fue fundada por Francisco Aznar i Consuelo Domenech, un matrimonio alicantino que llegó a capital balear desde Alicante. Este comercio emblemático dispone de una carta con más de 50 sabores, algunos tan originales como el de natillas con ensaimada o el de queso fresco con naranja, y pueden acompañarse con dulces típicos mallorquines como los deliciosos quartos, las magdalenas y la coca de la padrina (de naranja). Otros gustos han llegado a su oferta a través de de sus viajes, como el de, incorporado después de su visita a Francia;el de tarta inglesa después de viajar a Italia o el de sacher, por su ruta por Austria.
Esta heladería de esencia italiana que se hace llamar ‘El laboratorio del gelato italiano’ tiene como principal objetivo conseguir experiencias sensoriales en sus clientes. Para ello elaboran sus helados con un porcentaje superior al 55% en frutas, con una cremosidad e intensidad que los colocan en el pódium de los imperdibles en la capital balear. Una explosión de sabor que llega en variedades como la auténtica panna cota, coco con virutas de dulce y fresco coco de Sri Lanka, azafrán con sésamo o la especialidad de la casa, el Cremino Rivareno, que une chocolate blanco, avellana y nata intercalando capas de crema de gianduia.
Palma cuenta con varios locales de esta cadena de heladerías que elabora helados naturales con leche y cremas frescas de vacas felices y frutas maduradas al sol. Su máxima en la preparación de los productos es la máxima excelencia. De hecho, ha sido galardonada en importantes certámenes heladeros y concursos nacionales, como el Gelato World Tour del año 2014 en el que quedó en cuarto lugar como ‘Mejor Helado del Mundo’ con su ‘Sorbete de naranjas de Sóller, hierbabuena y cardamomo’. Una variedad que impactó al jurado por originalidad y sabor. Además, su maestro heladero Carlos Enríquez figura en el ranking mundial de heladeros artesanos y ocupó la plaza 47 a nivel mundial y a nivel nacional la número 2.