TURISMO NACIONAL

Poza de la Sal una historia ligada a las salinas

Redacción | Miércoles 24 de junio de 2020

Considerada por Azorín “como la verdadera esencia de Castilla” y a la que definió como el “corazón de la tierra de Burgos” la comarca de La Bureba, situada al noroeste de esta provincia que pertenece a la comunidad de Castilla y León, está formada por una gran llanura rodeada de altas montañas, páramos, montes y ríos que contrastan con los campos verdes y amarillos de cereales orientados hacia el Ebro y que se convierten en viñedos si dirigimos nuestra mirada a La Rioja.

La historia y el nombre de Poza de la Sal, que junto con Frías y Oña forman el territorio de la Mancomunidad de Raíces de Castilla, están estrechamente ligados a las explotaciones de sal que permitieron su desarrollo histórico y económico durante siglos.

La presencia de esta codiciada roca propicio un asentamiento humano continuado que se inicia con el hombre del Neolítico, alrededor de 3000 años a.C. y prosiguió con los autrigones, tribu prerromana que hacia el año 350 a.C. moraba en el asentamiento conocido como Salionca o Salionica y por supuesto, el Imperio Romano que lo tomó el siglo I d.C. pasando a ser conocida como Flavia Augusta. Con toda seguridad, fue este hecho el que propicio un importante impulso en la explotación de las salinas, introduciendo nuevos métodos de obtención y extracción de salmuera.

Ya en el siglo IX existe un núcleo de población conocido como Poza ubicado en el propio terreno salinero y que contaba con un monasterio benedictino dedicado a los Santos Justo y Pastor, las iglesias de Santa Eufemia y San Millán y una primera fortificación, siendo el Alfoz de Poza uno de los que integraría más adelante la Merindad de Bureba.

Debido a su importancia económica Poza se convirtió un foco de atracción para la comunidad judía durante el medievo y hasta su expulsión, señalando la tradición la ubicación de la sinagoga en la conocida como Casa de Abid o Casa de Abril.

Patrimonio monumental de Poza de la Sal

Nuestra primera parada, antes de dejarnos atrapar por el casco urbano, son las SALINAS. Encajado en el fondo del diapiro, fenómeno geológico que provocó un importante yacimiento salino en el subsuelo, y ocupando una gran extensión, se encuentra el Salero de Poza. La cuenca salinera se dividió en valles, zonas independientes de producción, y granjas, propiedades, que integraban los distintos tipos de instalaciones destinadas a la producción de sal.

De vital importancia para la Corona, pues siempre tuvo propiedades en las salinas, quedó claro con el monopolio sobre la venta de sal establecido por Felipe II en 1564 y que perduró hasta 1868, momento en que se produce la caída de la monarquía de los Borbones con Isabel II. Anteriormente, la distribución de la sal se vio beneficiada con la fundación de la Cabaña Real de Carreteros por parte de los Reyes Católicos y que perduró hasta 1836, favoreciendo notablemente el transporte y la seguridad en la red de caminos.

Es en la época del reinado de Carlos III cuando se inicia la construcción de la Casa de Administración de las Reales Salinas que se finaliza en 1789 y que estuvo en uso hasta 1868. Posteriormente se inician las obras de La Magdalena y Trascastro, dos de los tres almacenes que hoy todavía es posible ver. Unos años más tarde pasa a manos del concejo municipal y se convierte en escuela en 1880, uso que mantiene hasta los años setenta del siglo pasado, momento en que es abandonada durante casi cuarenta años hasta que se rehabilita como Casa de Cultura.

Desde 2003 acoge en su sótano el Centro de Interpretación Las Salinas, un elemento fundamental de gran valor turístico, científico y educativo que permite conocer el carácter geológico, etnográfico e histórico de este Bien de Interés Cultural como Sitio Histórico. Este centro expositivo cuenta con un aula didáctica y distintos elementos divulgativos como reconstrucción de estructuras, maquetas, infografías, paneles explicativos... que lo convierten en el espacio museístico más completo y visitado de la localidad.

Ese periodo de esplendor de las Salinas llega a su final a partir de finales del siglo XIX, hasta que en la década de los setenta del siglo XX el trabajo de extracción de la sal desaparece complemente. En la actualidad, las Salinas se han convertido en testigo y recuerdo de una actividad que supuso el sustento de muchas familias durante siglos.

La mejor manera de hacernos una ideal real de las dimensiones que las salinas tuvieron en el pasado es realizar la ruta Las Salinas de Poza, una excursión con salida y llegada en Poza de la sal y que nos lleva a los almacenes de la Magdalena y de Trascastro y al Castillo.

La siguiente parada es el CASTILLO DE LOS ROJAS, situado en la cima de un vertiginoso macizo rocoso en el borde oriental del diapiro. Su estratégica ubicación le permitía controlar por el oeste la puerta natural de entrada a la villa y a La Bureba desde el páramo y tener el control sobre todo el territorio salinero, y por el este, dominar visualmente toda la cuenca burebana.

Construido probablemente en el año 1192 bajo el reinado de Alfonso VII de Castilla fue utilizado como prisión. Por orden de Carlos I aquí tuvieron el “honor” de ser alojados entre el 22 de enero y el 19 de mayo de 1528 los embajadores de Francia, Milán, Florencia, Inglaterra y Venecia pertenecientes a la Liga Clementina, así como Ricardo Cuper, Procurador de los corsarios ingleses que asaltaron y tomaron la noche del 10 de marzo de 1525 en Belém (Lisboa) la nao “Espíritu de Gracia”, propiedad de mercaderes burgaleses.

Su eminente función defensiva se puso de manifiesto en la Guerra de Independencia, concretamente en el enfrentamiento entre las tropas francesas dirigidas por el General Palombini y la guerrilla con Francisco Longa y Juan de Mendizábal a la cabeza y que ha sido recordado como la “acción de Poza”.

De camino al pueblo nos encontramos con las ruinas del PALACIO DE LOS MARQUESES y la MURALLA, así como los restos de las ermitas de SANTA CECILIA y de SAN JUAN. De norte a sur se conservan lienzos de la muralla y una torre de planta cuadrada que sigue el característico modelo defensivo musulmán. En el piso superior se conserva una cubierta de bóveda de cañón con restos de pinturas probablemente del siglo XIV.

Nos adentramos en el CASCO URBANO, declarado Conjunto Histórico Artístico, para impregnarnos de su auténtico aroma medieval. Un carácter éste que se ha mantenido a lo largo de los siglos conservando unos rasgos muy especiales que lo definen y que derivan de su emplazamiento y del uso de determinados materiales. Constituye un claro ejemplo de adaptación a unas características topográficas muy peculiares, pues el caserío se asienta sobre la ladera oriental del macizo calizo sobre el que se levantó el castillo. Fruto de estos factores ha llegado hasta nuestros días un casco histórico laberíntico de calles angostas y empinadas con casas apiñadas que se apoyan unas en otras, y que al igual que la muralla, no necesitaron cimentación pues se asientan directamente sobre conglomerados del terciario. Esta peculiaridad se aprecia en el interior de la Casa de Administración de las Reales Salinas, en la puerta de la Fuente Vieja de la muralla y en el exterior de muchas viviendas.

La arquitectura popular de Poza se caracteriza por presentar aparejo de mampostería o sillería en las plantas bajas, adobe y entramado de vigas de madera en los pisos superiores y el enlucido de las fachadas con yeso, pues este material también fue explotado en Poza de la Sal a nivel local. Testimonial es la presencia del ladrillo, quizá recuerdo del trabajo en el pasado de alarifes mudéjares. El resto de las viviendas se completan con zaguanes empedrados que distribuyen el espacio, y junto a ellos las cuadras; en los pisos superiores las habitaciones y en lo más alto, la cocina, cuyo elemento más importante es la amplia campana sobre el fogón, estructura de ladrillo, y en torno de la cual se colocaban los bancos de madera. Algunas casas presentan otro elemento típico de las construcciones norteñas, la solana, galería corrida orientada al sur o al este y construida en el piso más alto.

Dentro del casco urbano es destacable la Cátedra de Latinidad que se remonta al siglo XVII y que estuvo ubicada en un edificio que aún hoy existe en la calle de El Dómine, calle que recibe el nombre del preceptor que regentaba dicha cátedra.

El PATRIMONIO RELIGIOSO de Poza de la Sal lo forman la iglesia parroquial de los SANTOS COSME Y DAMIÁN, declarada Monumento Histórico-Artístico y cuya construcción comenzó probablemente a finales del siglo XIII. Numerosas reformas la modificaron y enmascararon su origen gótico temprano. En el interior destacan el Retablo Mayor, barroco del siglo XVIII obra de los hermanos Cortés del Valle; el Retablo de la Virgen del Rosario, obra del imaginero flamenco Mases Amrique, oficial de Vigarny; el Retablo de San Andrés obra atribuida a Simón de Bueras y realizado a mediados del siglo XVI, el coro alto a los pies de la iglesia realizado en el año 1766 y el órgano que data del siglo XVII.

El santuario de NUESTRA SEÑORA DE PEDRAJAS, es una ermita de una sola nave y cúpula de media naranja. En el camarín sobre la sacristía, están recogidos algunos de los exvotos que a lo largo de los siglos han depositado los fieles como testimonio de su devoción. Y, por último, el convento de SAN BERNARDINO DE SIENA, fundado a mediados del siglo XV por fray Lope de Salazar y Salinas.

Caminando por Poza de la Sal nos encontraremos diferentes rincones con encanto como la PLAZA VIEJA, centro de reunión de los pozanos y lugar donde se celebra el mercado semanal y dos ferias anuales; la PLAZA NUEVA, construida a raíz de la sugerencia de Doña Juana de Rojas y Córdoba, V Marquesa de Poza, durante una de sus visitas el año 1660; el AYUNTAMIENTO construido en el año 1595 y situado en la PLAZA DE LA VILLA, los LAVADEROS, ABREVADEROS Y FUENTES, todos ellos construidos en el siglo XVIII y que constituyen una de las obras civiles más importantes y peculiares de la villa y el ACUEDUCTO ROMANO, que junto con algunos de los manantiales de este conjunto y la calzada que inicia aquí su trazado han sido consideradas obras relacionadas con Flavia Augusta y con la explotación romana del Salero.

Fiestas de Poza de la Sal

Poza de la Sal celebra a lo largo del año varias fiestas como son San Marcos, San Isidro, Santa María Magdalena, las fiestas patronales de San Cosme y San Damián y Santa Cecilia. Pero por encima de estas, destaca la Fiesta del Escarrete o Desajarrete que tiene lugar el 3 de febrero. Declarada de Interés Turístico Regional el acto principal es una danza tradicional en la que antiguamente los protagonistas eran las parejas que habían contraído matrimonio ese año, en la actualidad está abierta a cualquier pareja joven que conozca la danza, y animales domésticos que simbolizaban la prosperidad del nuevo hogar. Participantes, vecinos y visitantes se congregan en la Plaza Nueva donde forman un círculo, en el centro sitúan a los animales anclados al suelo y los mozos y mozas danzan alrededor de los mismos con una mano en jarra y una espada adornada con cintas de colores y una escarapela en la otra. En el pasado se daban toques a los animales, de ahí el nombre de “desjarretar”, pero hoy, únicamente bailan alrededor de los mismos. Para acabar, todos juntos bailan la Jota de Bodas alrededor del pollero.

A estas celebraciones hay que añadir también el Festival Nacional de Charangas y la BTT Infierno Pozano puntuable dentro del Círculo Provincial de BTT.

Cuna de Feliz Rodriguez de la Fuente

Un 14 de marzo de 1928 Poza de la Sal vio nacer al que es, sin duda alguna, el personaje más reconocido de esta localidad. Este naturalista y divulgador ambiental, pero sobre todo defensor y amante de la naturaleza acercó a los hogares españoles de la década de los setenta la fauna de este país, pero sobre todo supo inculcar a toda una generación amor y respeto. En 1965 comienzan sus colaboraciones con Televisión Española y es en 1974 cuando se inicia la emisión del programa que le dio fama y reconocimiento, “El Hombre y la Tierra”. Los que tuvimos el privilegio de disfrutar con su trabajo tenemos grabado a fuego en nuestra memoria la sintonía de ese programa que conseguía reunir a familias enteras delante del televisor. El destino quiso que un 14 de marzo de 1980 encontrase la muerte en un accidente de avión en Alaska, a donde se había desplazado con sus colaboradores para grabar la Iditarod Trail Sled Dog Race, la carreta de trineo con perros más importante del mundo.

Para descubrir el entorno natural que cautivo al “Amigo de los niños”, como así era conocido Félix Rodríguez de la Fuente desde Poza es posible iniciar tres rutas de senderismo: Poza/Castil/Abajas/Páramo/Poza, ruta circular de 24 kilómetros; Poza/San Andrés/Páramo/Poza, ruta circular de 12 kilómetros y la Ruta por la Vía Verde.

Pedanías de Poza de la Sal

Lences de Bureba y Castil de Lences son las dos pedanías que forman parte del municipio de Poza de la Sal. Lences que cuenta con buenos ejemplos de casas blasonadas, la iglesia parroquial románica y un puente medieval. Castil, presenta un caserío perfectamente conservado con un curso de agua que discurre por el centro del pueblo y con la iglesia de Santa María de estilo románico burebano, casas de piedra y manantiales y el Monasterio de la Asunción, fundado en 1282 por Doña Sancha de Rojas y Velasco.

Comer y dormir en Poza de la Sal

La oferta hostelera de Poza de la Sal no es muy numerosa como corresponde a un pequeño pueblo. Podemos elegir entre el Hotel Rural Casa Martín que además ofrece el servicio de restaurante y donde es posible degustar diferentes platos representativos de la cocina castellana como el lechazo asado, las carnes rojas, la morcilla y el chorizo de elaboración propia, sin olvidarnos de sus postres caseros y la Casa Rural Salionca. Oferta hostelera que se verá ampliada muy pronto con la apertura de Hostal Gari, un mesón – hostal rural.

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