El uso de las zonas de formación y salas de reuniones en empresas y los protocolos de seguridad e higiene de estos espacios para evitar posibles contagios, plantean no pocos desafíos en las diferentes fases de la desescalada. Se trata de unos espacios imprescindibles para la actividad de las organizaciones cuyo uso se irá incrementando a medida que se recupere la “nueva normalidad”.
Para mantener este uso sin renunciar a la seguridad, Actiu ha elaborado la guía “Cómo adaptar un espacio de trabajo ante el covid19”, que ofrece una serie de recomendaciones y ejemplos prácticos de rediseño de los espacios para evitar cualquier riesgo de contagio en base a las normas dictadas por las autoridades competentes para la prevención de contagios del covid-19 así como su experiencia en equipamiento de espacios
Además de respetar medidas como una distancia mínima de 2 metros entre trabajadores, reducir la densidad y el aforo, promover una conciencia ecológica, impulsar la transformación digital, disponer de mobiliario ergonómico, mamparas de seguridad, materiales antibacterianos y crear espacios flexibles y polivalentes, la Guía propone protocolos de higiene para los trabajadores y sus puestos de trabajo, señalética que garantice la circulación segura y recomienda nuevas ayudas tecnológicas como cámaras con control de temperatura corporal o sensores que eviten el contacto en zonas de uso compartido.
Espacios de formación y aprendizaje
“Estos espacios son básicos para el sector de educación – comenta Soledat Berbegal, Consejera y directora de reputación de marca de Actiu- pero cada vez son también más habituales e importantes en los entornos corporativos. En todos estos ámbitos se van a adoptar cambios en base a las necesidades de los mismos así como los requisitos post covid”. Según Berbegal, ya se estaba abordando un cambio en el modelo de los espacios educativos, cuando llegó la pandemia. “La idea era pasar poco a poco de espacios a menudo muy rígidos y estáticos, a otros más flexibles, con equipamiento que facilitara la modularidad del espacio y su uso, en los que el aprendizaje por proyectos y la colaboración dotaran a los asistentes de algo más que conocimiento. Ahora los espacios de aprendizaje van a seguir adaptándose con mobiliario polivalente y la combinación de las TIC con actividades presenciales por turnos, aplicando las medidas de aforo, distanciamiento y puntos de higiene recomendadas para todos los espacios colectivos.
Aulas y zonas de formación
Zonas de colaboración y reuniones
La aplicación y cumplimiento de medidas de higiene y seguridad resulta más difícil y compleja cuando se habla de los espacios de colaboración y trabajo en equipo, por los que pasan cada día un número muy importante de personas, en los que cuando finaliza acaba una reunión comienza otra.
Según Soledat Berbegal, un espacio común bien diseñado, “además de proteger la salud, debe favorecer los encuentros creativos, permitiendo la transmisión de ideas entre las personas y posibilitar momentos de desconexión entre tareas operativas que requieren concentración”.
En estas zonas seguiremos encontrando mesas altas para realizar reuniones rápidas, salas de reunión con mesas estáticas y espacios con producto flexible, que son los que más van a cambiar en su uso e interacción. Estos modelos requieren generar una conciencia y buenas prácticas en el uso y en el tiempo de utilización, además de utilizar más los espacios abiertos, crear salas de reuniones con menos densidad y pantallas de apoyo, reuniones más ágiles y producto que permita configurar el espacio.
Zonas de colaboración y reuniones