Las patatas fritas es un plato popular que tiene una gran aceptación en la región francófona de Bélgica, donde es una parte intrínseca de su cultura culinaria y se usa como acompañamiento en la mayoría de sus platos con carne.
Los soldados americanos descubrieron las patatas fritas en su ofensiva en Europa durante la Primera Guerra Mundial. Estaban ubicados en la actual Valonia, la región francófona de Bélgica, y como el idioma de la región es el francés, las bautizaron de forma ‘errónea’ – nombre con el cual todavía se conocen hoy en día – como french fries.
En Bélgica, y en la parte valona también, las patatas son una especie de religión y forman parte intrínseca de la cultura gastronómica del país y la región.
Aunque la elaboración de este acompañamiento destaca por ser fácil de elaborar y tener poca variedad de recetas, en las cocinas belgas y valonas tienen algunos tips muy sencillos para conseguir que las patatas fritas tengan un sabor genuino y delicioso. Por ejemplo, el tubérculo no se fríe una vez es recién cortado: se deja secar y se pre cocina durante seis minutos. Tras este primer contacto con el aceite, las patatas se dejan volver a secar para luego, cocinarlas en la freidora durante tres minutos más.
Cuatro platos de la gastronomía belga donde las patatas son indispensables
Como snack o como acompañamiento del guiso principal, las french fries tienen una importancia capital en la gastronomía valona. Aunque son platos sencillos y fáciles de cocinar, su sabor –y el hecho que estén acompañados con patatas fritas– les convierten en un must de esta cocina centroeuropea: