Redacción | Martes 21 de abril de 2020
Ha pasado algo más de un mes desde que esta pandemia llegó casi sin darnos cuenta y con una rapidez increíble, dejándonos con el corazón encogido. Si entonces nos hubieran dicho que íbamos a estar alejados de nuestros seres queridos, sin poder acompañar a nuestros mayores, con nuestra libertad de movimiento reducida, los hospitales colapsados y con falta de equipos de protección, nos parecería impensable.
Pero todas las crisis tienen dos caras: hemos visto una ola de solidaridad y apoyo mutuo dentro de nuestras casas, barrios y comunidades que nos pone los pelos de punta.
¿Y dónde ha estado Greenpeace en todo esto? Greenpeace no es una organización humanitaria, no está preparada ni tiene experiencia para dar respuesta a una crisis sanitaria global. Pero desde la humildad, comenzaron a explorar de qué forma podían contribuir con sus recursos y capacidades allí donde hubiera mayor vulnerabilidad.
Así es como han aportado su granito de arena a la dramática y urgente crisis que nos ha tocado vivir:
- Con el asesoramiento de Médicos sin Fronteras, que está apoyando en la descongestión de los hospitales, han elaborado más de 300 batas que se han destinado principalmente a residencias donde están los colectivos más vulnerables en esta pandemia, las personas mayores. Habilitaron su nave para que personas voluntarias con habilidades de corte y confección pudieran usar sus tres máquinas de costura industriales y elaborar material de protección reutilizando la tela de sus pancartas.
- El voluntariado de Greenpeace está colaborando junto a otras organizaciones en Cataluña para apoyar a profesionales de la atención primaria realizando tests de COVID-19 en residencias de mayores.
- Les comenzaron a llegar demandas de material de protección y, tras hacer un rápido inventario de todo el material que tienen en su Centro de Activismo y que podría servir para mejorar los EPIs, equipos de protección individual, en aquellos lugares de trabajo en primera línea donde no había suficientes, donaron todo el material (mascarillas, guantes, gafas, trajes impermeables, mantas térmicas…) a la Red Sierra Norte Acción CV19, formada por 42 municipios madrileños que están haciendo un fabuloso trabajo de cooperación. Además, han cedido la impresora 3D al equipo de pantallas protectoras creado en esta Red para que puedan seguir produciendo viseras-pantalla que van allí donde más se necesitan.
2019 fue el año del despertar climático, quizás 2020 traiga la oportunidad de despertar en una “nueva” normalidad. La historia ya lo ha mostrado con otras pandemias, un mundo mucho mejor puede florecer tras ellas. Desde Greenpeace no dejaran que paralice el miedo y van a seguir trabajando por un mundo verde y en paz para todas las personas.
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