El Purim, una suerte de carnaval celebrado en Israel, es la festividad más animada del calendario judío. Con un origen histórico-religioso –se conmemora la intervención de la reina Ester para proteger al pueblo judío de la persecución perpetrada por Amán en la antigua Persia hace más de 2.400 años–, Purim se ha convertido hoy en día en la excusa perfecta para disfrazarse y pasar dos días llenos de diversión.
Uno de los lugares donde la celebración tiene mayor importancia es en la ciudad de Holón, al sur de Tel Aviv, donde se celebra el Adloyada Holon Purim Parade. Miles de personas participan en este desfile, que tiene un tema diferente cada año. Estudiantes, grupos de gimnastas, acróbatas y malabaristas, grupos de danza y conjuntos musicales, grupos de teatro callejero y otros particulares marchan por las calles de la ciudad israelí en un desfile que incluye, también, enormes carrozas coloridas. Estas recuerdan a las fallas valencianas y representan figuras conocidas como el presidente Trump, los Beatles, Olaf y Elsa de Frozen, o Mary Poppins.