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Apulia el tacón de la bota italiana

Giovinazzo (Foto: Danilo Bragazzi).
Redacción | Viernes 17 de enero de 2020

Apulia, lo que conocemos como el ‘tacón de la bota italiana’, es una región que cautiva por su belleza innata, su historia, su gastronomía, sus playas de ensueño…,se trata de una zona fascinante y desconocida de Italia. Situada al sur en un lugar estratégico, con 800 km de litoral. Una hermosa costa bañada por dos mares, la parte oriental por el Mar Adriático, y la parte occidental por el Mar Jónico, con un clima suave durante todo el año.

Los dos mares ofrecen múltiples oportunidades para quienes deseen practicar deportes en contacto con la naturaleza, o amen la emoción de explorar el fascinante y misterioso mundo del mar con su rico fondo marino, muy atractivo para practicar buceo. Además de sus maravillosas playas donde practicar surf durante todo el año.

La característica más destacada de su costa son sus impresionantes acantilados de roca blanca que se alzan sobre el mar cristalino de Salento, sus interminables playas de arena con aguas poco profundas perfectas para los niños, concentradas sobre todo en la provincia de Taranto, y las sorprendentes calas que se abren paso entre las rocas de Gargano.

Una hermosa costa bañada por dos mares, la parte oriental por el Mar Adriático, y la parte occidental por el Mar Jónico

Pero Apulia no es sólo mar… es una región con una maravillosa naturaleza que para conocerla son ideales las excursiones en bicicleta.

Por ejemplo la naturaleza es la auténtica protagonista del Parque Nacional de Gargano y del Murge, con la salvaje Foresta Umbra, las salinas y los lagos. También la reserva marina de Torre Guaceto, los profundos barrancos de Laterza y los grandes sumideros de Altamura, que, con sus paisajes evocadores caracterizan el interior de la región…

Antiguamente casi toda Apulia debía estar cubierta por la maquia mediterránea, un ecosistema formado por árboles y arbustos de hoja perenne. Uno de los hábitats más bellos e interesantes es el Gargano, la “espuela de Italia”, un gran promontorio que avanza en el mar Adriático y culmina en el monte Calvo.

Se supone que en la época romana el promontorio era en su totalidad un maravilloso bosque, del que hoy quedan limitados testimonios, los más importantes de los cuales son de pino carrasco en la costa, de roble en los valles y a media cota, y de halla en las zonas más elevadas. Un aspecto de excepcional interés de la flora gargánica lo aporta la presencia de árboles de dimensiones colosales.

Un medio totalmente peculiar, dominado por el factor “salinidad”, son las salinas de Margherita di Savoia, obtenidas de la transformación del antiguo lago de Salpi, situado junto al sur del Gargano, y caracterizadas por inmensos estanques de evaporación y pintorescos pilones de sal.

En las grandes cuencas se concentran numerosísimas aves: anátidas, zancudas y limícolas. Interesante es el encuentro entre las especies marinas, como el ostrero y la gaviota, y especies palustres como el chorlitejo, la avoceta, la garza real y la cigüeñuela.

Viaje a la Historia

Para aquellos que quieran hacer un viaje a la historia, Apulia ofrece una amplia gama de sitios que hablan de los orígenes antiguos de esta tierra: desde la Prehistoria hasta la Magna Grecia, desde la edad imperial hasta el Renacimiento, las glorias del barroco de Lecce y de Salento.

Los trullos, como los de Valle Itria, ofrecen un bello testimonio del pasado rural de la Región mientras numerosos castillos surgen a lo largo de las costas del sur, recordando los tiempos en los que mercancías y peligros llegaban del mar.

La característica más destacada de su costa son sus impresionantes acantilados de roca blanca

Los amantes de la tradición y la música popular no pueden dejar de visitar el territorio en el período de ferias y fiestas de los pueblos que, en verano, se mueven de una localidad a otra de la región.

Muy interesantes son los atractivos artísticos y paisajísticos de numerosas localidades interiores, a menudo marcadas por la presencia de testimonios insignes. Merecen una visita los centros del Monte Sant’Angelo, en posición panorámica sobre los relieves gargánicos; Lucera, en Capitanata, con los restos del anfiteatro romano; Troía, con su catedral románico-pullesa (siglos XI-XIII), adornada con un magnífico rosetón. En la zona de la Murge recordemos Canosa, con su catedral (siglo XI); la aislada y bellísima mole octogonal de Castel del Monte, construido por Federico II, situado en una magnífica posición panorámica; Ruvo de Apulia, con una de las catedrales románico-pullesa (siglo XIII) más significativas, Gioa del Colle y su poderoso castillo (siglos XI-XIII); Altamura, con su catedral románico-gótica (siglos XIII-XIV); Grottaglie, notable centro de la artesanía de la cerámica; Manduria (murallas megalíticas y necrópolis).

De notable atractivo turístico son también algunas ciudades costeras: Barletta, con su insigne catedral románica del siglo XII; Monopoli, dominada por el castillo del siglo XVI, con las ruinas de la ciudad prerromana de Egnazia; Otranto, con su característico centro urbano antiguo, donde se alza la hermosa catedral (siglos XI-XII). En las cercanías de Bari, recordamos finalmente, Bitonto, cuya catedral del siglo XIII, constituye quizá el mejor ejemplo de la arquitectura románico-pullesa.

Las provincias de Apulia

Bari

La capital. Situada aproximadamente a la mitad de la costa adriática pullesa, al margen de la fértil Tierra de Bari, está constituida por dos partes distintas: la antigua, un intricado dédalo de calles, ocupa una pequeña península entre las ensenadas del viejo y del nuevo puerto; la moderna, se desarrolla hacia el interior y a lo largo de la costa según una ordenada estructura urbana cuadriculada. Centro de probable origen ilírico y ciudad próspera bajo los griegos, fue un importante municipio de Roma. Sometida luego a la dominación de los godos, fue más tarde disputada por bizantinos y lombardos y saqueada y destruida varias veces. Conquistada por los sarracenos en el 840, pasó en 875 al emperador de Oriente, que la hizo sede de un gobernador general. En 1071 cayó en poder de los normandos a manos de Roberto Guiscardo, compartiendo desde aquella fecha los destinos del Reino de Sicilia (llamado después de Nápoles y de las Dos Sicilias). Fue unida a Italia en 1860.

Apulia ofrece una amplia gama de sitios que hablan de los orígenes antiguos de esta tierra

Entre los monumentos: la catedral, del siglo XI, románico-pullesa, con un interior rico en notables obras de arte; la basílica de San Nicola, de los siglos XI-XII, románico-pullesa, de interesante fachada, con la famosa silla episcopal de mármol, de 1098, en su interior; el castillo, de origen medieval, modificado por Federico II en el siglo XIII; la iglesia de San Gregorio, del siglo XI, de estilo románico.

Poblaciones de interés de la zona: Andria, Barletta, Molfetta, Bisceglie, Bitonto, Trani, Alberobello, Terlizzi, Minervino Murge, Castel del Monte.

Brindisi

Se halla situada en la costa adriática, a 13 metros sobre el nivel del mar, en la península Salentina; extiende su parte más antigua sobre el promontorio que divide en dos una ensenada marítima bien protegida, mientras que la parte moderna, caracterizada por una estructura regular, se ha desarrollado detrás de la primera.

Antiguo centro mesapio, creció en importancia tras su romanización, siglo III a. C., Brindisium, y se convirtió en la principal escala romana para Oriente, unida a la capital por la Vía Apia. Tras la caída del Imperio de Occidente sufrió la dominación de los godos, luego de los bizantinos, los lombardos (ducado de Benevento) y de nuevo los bizantinos, además de numerosas incursiones de los sarracenos. En 1071 cayó en poder de los normandos, por obra de Roberto Guiscardo, uniendo desde entonces su suerte al Reino de Sicilia (llamado después de Nápoles y de las Dos Sicilias) y manteniendo su importancia como centro portuario. Fue unida a Italia en 1860.

Entre los monumentos destacan: la iglesia de San Giovanni al Sepolcro, del siglo XII, románica, el Castillo Suevo, originario del siglo XIII, la iglesia de Santa Lucía y de la SS. Trinitá, de origen románico, con cripta de los siglos VIII-IX, adornada con frescos, la iglesia de San Benedetto, del siglo XI, reformada después, con hermoso claustro del siglo XVI, el Duomo, de origen románico, reconstruido en el siglo XVIII, con pavimentos de mosaico, las Columnas romanas, de los siglos I-II d.C., el Palazzo Montenegro, del siglo XVII. A 2 kilómetros, la iglesia de Santa María del Casale, del siglo XIII, románico-gótica, con frescos de inspiración bizantina.

Poblaciones de interés de la zona: Oria, Ostuni, Marina de Ostuni, (Estación Balnearia), Torre Canne, (Localidad Termal), Fasano, Mesagne di Egnazia, Ceglie Messapico.

Foggia

Se halla situada a 76 metros sobre el nivel del mar, en el Tavoliere delle Puglie, en el centro de una zona densamente cultivada y es importante nudo de comunicaciones por carretera y ferrocarril. El aspecto de la ciudad es casi exclusivamente moderno.

Fue fundada en el siglo XI en una zona pantanosa saneada por los normandos, y siguió siempre las vicisitudes históricas del Reino de Sicilia, asumiendo gran importancia en la era angevina y aragonesa. En 1731 fue casi arrasada por un terremoto, y en 1860 fue unida al Reino de Italia. Desde principios del siglo su campiña ha sido objeto de nuevos saneamientos y de un proceso de modernización de las actividades agrícolas, que han favorecido el crecimiento económico y demográfico.

Entre los monumentos: Catedral, originaria del siglo XII, reconstruida en estilo barroco; iglesia del Calvario, de los siglos XVII-XVIII; Villa Comunale, parque público; Palazzo Alpi, con arco románico aplicado del Palacio de Federico II; iglesia de San Francesco Saverio, con fachada neoclásica. A 10 kilómetros, restos de Arpi, antiguo centro de la Daunia.

Poblaciones de interés de la zona: Margherita di Savoia, (estación termal, salinas), islas Tremiti, San Severo, Cerignola, Manfredonia, San Giovanni Rotondo, Pugnochiuso, Peschici.

Lecce

Se alza a 49 metros sobre el nivel del mar, en la península Salentina, a una decena de kilómetros de la costa adriática. Su centro histórico, de aspecto típicamente barroco y de estructura varia tortuosa y pintoresca, se halla encerrado en el perímetro de las murallas del siglo XVI, sustituidas después por amplios paseos arbolados.

La naturaleza es la auténtica protagonista del Parque Nacional de Gargano y del Murge, con la salvaje Foresta Umbra

Antiguo asentamiento mesapio, se convirtió en un importante municipio romano con el nombre de Licea; tras la caída del imperio de Occidente, la ciudad sufrió la dominación goda, luego la bizantina, que duró casi hasta la mitad del siglo XI, cuando toda Apulia cayó en poder de los normandos; desde entonces, feudo varias veces de diversas señorías, siguió la suerte del Reino de Sicilia (llamado después de Nápoles y de las Dos Sicilias) hasta la unificación con Italia, producía en 1860.

Entre los monumentos: el anfiteatro romano del siglo II d.C.; el teatro romano, de la misma época; la iglesia de los Santos Niccoló y Cataldo, originaria del siglo XII, con fachada barroca, con el antiguo claustro del siglo XVI; el Duomo, originario del siglo XII, reconstruido en estilo barroco, al pie del impresionante campanario, (siglo XVII), con el vecino Seminario, siglos XVII-XVIII); la iglesia de la Santa Croce, siglos XVI-XVII, uno de los ejemplos más significativos del barroco de Lecce, que puede ostentar otros destacados ejemplos, como las iglesias de Sant’Angelo, Santa Chiara, San Matteo del Carmine, etc.; además de numerosos edificios civiles, entre los que destaca el Palazzo del Governo, de rica fachada del siglo XVII. A 2 kilómetros, excavaciones de Rudiae, ciudad mesapia y romana.

Poblaciones de interés de la zona: Otranto, Gallipoli, Santa Cesara Terme, Leuca, Castro Marina, Galatina.

Taranto

Se halla situada a 15 metros sobre el nivel del mar, en la parte más interna del golfo del mismo nombre, y se compone de dos partes: la ciudad vieja, asentada sobre un istmo cortado por dos canales, que ponen en comunicación la laguna interior del Mar Piccolo con el Mar Grande, se caracteriza por calles angostas y sugestivas; la ciudad nueva se extiende sobre tierra firme hacia Levante, con planta triangular y una estructura urbanística regular. Las dos partes se hallan unidas por el famoso puente giratorio.

Fundada, según tradición, en el siglo VIII a.C. por colonos espartanos, se convirtió, en los siglos siguientes, en una de las más florecientes ciudades de la Magna Grecia, a menudo en lucha con las poblaciones indígenas (mesapios, peucetios, lucanos) de los alrededores. El año 272 a.C., como consecuencia de la derrota del aliado Pirro, rey de Epiro, fue reducida a la obediencia de Roma. Tras la caída del imperio Romano, sufrió la dominación goda y luego la bizantina, lombarda, sarracena y de nuevo bizantina, hasta que, en 1063, cayó en poder de los normandos por obra de Roberto Guiscardo, siguiendo a partir de entonces, la suerte al Reino de Sicilia (llamado después de Nápoles y de las Dos Sicilias) hasta la unificación con Italia, ocurrida en 1860.

Entre los monumentos de su capital Bari está la catedral, del siglo XI, románico-pullesa, con un interior rico en notables obras de arte

Entre los monumentos recordemos: el Duomo, siglos X-XI, varias veces reformado; la iglesia de San Domenico Maggiore, siglos XI-XIV, reformada; el castillo aragonés, siglo XV, todos ellos en la ciudad vieja. En la ciudad nueva: Villa Peripato, parque, panorama sobre el Mar Piccolo. Una gran obra arquitectónica es el puente “Aldo Moro”, que cruza el Mar Piccolo, con una longitud de 1.400 metros.

Poblaciones de interés de la zona: Martina Franca, Massafra, Grottaglie, Manduria, Riva dei Tessali (estación balnearia), Castellaneta Marina (turismo balneario).

Para descubrir las maravillas que la naturaleza le ha dado y conocer su historia y tradición eligiendo una manera distinta de moverse, una excursión en bicicleta es ideal. Las rutas son muchas y variadas, en plena naturaleza, pedaleando por los senderos del Parque de Gargano o del Murge, descubriendo los muchos restos que cuentan la historia de esta tierra, o entrando en su interior para descubrir una forma de vida lejos de la agitación de las grandes ciudades.

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