Cuando pensamos en Perú lo primero que se nos viene a la mente es Machu Picchu, sin lugar a dudas. Probablemente después muchos pensarán en el Amazonas, las líneas de Nasca, el Lago Titicaca o en su maravillosa gastronomía, que ha llevado al país a lo más alto. Pero hoy queremos sorprender con dos lugares increíbles donde los viajeros pueden vivir una experiencia inolvidable. Tanto si te gustan los animales o si eres un fanático de la naturaleza… Traemos dos conjuntos de islas que conquistaran al viajero...
Visitar las Islas Palomino es un plan perfecto para realizar desde Lima. La singularidad de la visita está marcada por la gran población de lobos marinos que habita el lugar. ¿Y lo mejor de todo? ¡Podrás bañarte con ellos! La posibilidad de disfrutar de un baño en las frías aguas, al lado de los inofensivos mamíferos marinos, convierten la visita en un recorrido inolvidable.
En el circuito de las Islas Palomino se pueden ver una serie de islas, entre ellas se encuentran la isla San Lorenzo, El Frontón, Cavinzas y Palomino. El circuito inicia en el puerto del Callao y en la ruta se aprecia una gran variedad de aves marinas que dan la bienvenida a todos los visitantes.
Se trata de un área natural protegida por el Estado y es el único lugar en el país donde se puede realizar esta experiencia. Diversas empresas ofrecen un tour completo que incluye todos los requisitos de seguridad, guía, snack y traje de neopreno para compartir un momento de mar en el hábitat de los lobos marinos.
Pingüinos en Perú. Esta vez vamos en dirección sur, específicamente a Paracas en Ica para disfrutar de las Islas Ballestas y sus sorprendentes habitantes, así como un espectacular panorama y escenario natural de la vida marina en el Océano Pacífico.
Desde esa zona podrás disfrutar de la biodiversidad marina con especies como el pingüino de Humboldt, lobos marinos y una gran variedad de aves como los pelícanos, flamencos y piqueros. Prepara tu cámara porque las formaciones rocosas forman parte de la espectacular vista en medio del océano. Estas montañas sólidas poseen arcos y túneles formados por la propia naturaleza. Además, durante la excursión podrás observar la figura del Candelabro, un geoglifo de 1.80 metros de largo ubicado en una colina de arena.