El pasado 10 de octubre se presentó en la Usina del Arte de Buenos Aires la lista de los 50 mejores restaurantes de Latinoamérica de este 2019, y un total de ocho restaurantes porteños consiguieron entrar en la preciada lista. Ocho lugares que captan la esencia de la ciudad de una manera inigualable.
Tradición, nuevas técnicas, sabores puros y gustos exóticos. El mundialmente conocido chef Dabiz Muñoz, los críticos y periodistas José Carlos Capel y Julia Pérez y el chef madrileño Sacha Hormaechea tuvieron la suerte y el honor de vivir en primera persona la ceremonia, pero también conocer estos restaurantes.
A continuación los restaurantes que han conquistado los paladares más exigentes del mundo…
Don Julio (Nº 4). Nuestra primera parada es el asador más conocido de la ciudad: Don Julio. Una parada must si visitas Palermo Viejo, y un destino en sí mismo para los verdaderos amantes de la carne. Con cortes de todas las partes de la vaca, no puedes dejar de probar el bife de cuadril (filete de lomo) y la entraña (filete de falda), las empanadas de carne de res fritas y las mollejas crujientes. La tradición familiar es el secreto de Don Julio. A los 20 años, Pablo Rivero, hijo y nieto de ganaderos, decidió abrir el que se convertiría en el mejor restaurante porteño de 2019. Productos de alta calidad, un sabor celestial y una hospitalidad envidiable resumen la experiencia en Don Julio.
Mishiguene (Nº 20). La gran masa de población judía en Argentina tiene su representación en Mishiguene. Antiguas recetas creadas a partir de las técnicas culinarias más modernas. Tomás Kalika, chef del restaurante, pasó años aprendiendo lo mejor de la comida del Medio Oriente bajo las órdenes del chef israelí Eyal Shani. Por ello, Kalika se ha decantado por traer a Buenos Aires la cocina ashkenazi, sefardí e israelí. Una explosión de sabores orientales entre los que no te puedes perder el Baba Ganoush con berenjenas asadas al carbón, salsa de yogur, almendras tostadas y tahini; el pastrami cocido a fuego lento; y la receta de su abuela Bubbe’s Varenikes, una bola de masa de patata rellena.
Tegui (Nº25). Un restaurante que no parece un restaurante. Su entrada te desconcertará tanto como su comida te cautivará. Una puerta negra en una fachada cubierta de street art da paso al tercer mejor restaurante de Buenos Aires: Tegui. El “chico malo” de la edición argentina de Máster Chef, Germán Martitegui, trabaja duro para ofrecer platos donde los protagonistas son los productos locales: vieiras, crema de kéfir y quinoa; queso de cabra, kiwicha y cayote; atún de aleta larga, yema de huevo y pan rallado… Todo un festín de productos locales y de calidad.
Chila (Nº 29). Un menú de temporada y cambiante es el punto diferencial de nuestro siguiente restaurante: Chila. El joven chef Pedro Bargero prepara hasta diez menús diferentes que rotan a lo largo de los meses ofreciendo a los comensales una autentica reinterpretación de los sabores argentinos. Chila ejemplifica a la perfección la definición de fine dining: productos de temporada de la más alta calidad, un lugar cuidado al detalle con vistas privilegiadas a Puerto Madero y un servicio de primera. Cabe destacar la merluza negra con alcachofa de Jerusalén; carne curada con yogur y chimichurri; calamares, lechugas y alcaparras o su plato estrella: el Tortellini de río relleno de pati ahumado y pescado pacu, humita de maíz fermentado y aire de uva Torrontés.
El Baqueano (Nº 39). El barrio de San Telmo es nuestra siguiente parada. Formado durante siete años en España, Fernando Rivarola decidió volver a su Argentina natal para abrir El Baqueano junto a la sumiller Gabriela Lafuente. Mano a mano ofrecen una experiencia maridada perfecta. Mientras Rivarola se encarga de buscar pequeños productores especializados en carnes indígenas alternativas, Lafuente busca el vino ideal para cada uno de los platos. Su receta más laureada: carpaccio de llama, quinoa de tres colores, emulsión de ají panca y crocante amaranto.
Elena (Nº 45). Dentro del flamante Four Seasons del barrio de Recoleta se encuentra un restaurante igual de maravilloso. En un ambiente distinguido, el lujoso espacio de dos pisos cuenta con una gran escalera de caracol, muebles de madera y cuero y una cocina abierta con una gran carnicería de mármol. Entrar en él es ya toda una experiencia, pero su comida, te dejará boquiabierto. Las carnes maduradas y los helados artesanales son sus puntos fuertes. No dejes de probar las mollejas a la parrilla, la burrata al salmorejo, el arroz con tinta de calamar y su popular Filete T-Bone seco de 45 días si decides visitar Elena.
Gran Dabbang (Nº 46). Comida argentina con tintes asiáticos. Así es Gran Dabbang. Una original propuesta que consigue traer el sabor del streed food oriental a Buenos Aires. En un ambiente rápido y nada ostentoso encontramos una carta de diez opciones. El protagonismo de las verduras, como en la mayoría de los platos asiáticos, hacen las delicias de los vegetarianos, dando lugar a un menú tan variado como exótico: alcachofa en tamarillo, leche de tigre y mantequilla de maní, pakora de acelgas, curry de cordero ahumado, conejo marinado con cúrcuma o codornices marinadas al estilo rica rica, endibias con guayaba, umeboshi y huacatay.
Narda Comedor (Nº 50). Nuestra última parada nos lleva a un restaurante muy saludable, y desde luego para hablar de él hay que conocerlo: Narda Comedor. La famosa chef Narda Lepes ha creado un espacio donde demuestra que comer rico y de forma equilibrada es compatible. Como cabía esperar, el protagonismo lo tienen las verduras, con productos como la coliflor, la cebolla y las legumbres a menudo acompañadas de carne u otras proteínas para agregar más sabor al conjunto. Ubicado en Belgrano, en un salón luminoso y de decoración simple, con un ambiente amplio y fresco, los productos locales serán tus aliados en la comida.