La puesta de sol es uno de los momentos del día más bellos y perseguidos para fotografiar. Contemplar ese instante desde una barca, después de haber atravesado un estrecho canal, que se abre paso entre arrozales para desembocar en un impresionante lago, y poder ver ese mágico momento, en el que sol va desapareciendo ante nuestros ojos y escondiéndose en el horizonte, mientras la espectacular luz del atardecer se refleja en el agua, solo es posible en el Parque Natural de la Albufera.
Es una de las puestas de sol más hermosas del Mediterráneo. Un momento increíble para recoger en una fotografía o en un video. Un espectáculo de gran belleza al que se puede asistir a solo 10 kilómetros de la ciudad de Valencia.
Se puede observar como el sol se funde en el horizonte, escuchando el sonido de la olas que mecen suavemente la barca, en un entorno rodeado por la exuberante naturaleza y fauna del parque natural, gracias, en este caso, a los barqueros/guías de Visitalbufera, quienes dirigen sus embarcaciones mientras explican curiosidades, que no son pocas, de este emblemático humedal.
En una embarcación típica albuferenca vamos a recorrer este maravilloso paraje natural
Todo comienza en un pequeño embarcadero del Saler. Desde allí parte la barca que nos conducirá hasta el lago. Una embarcación típica albuferenca, en la que vamos a recorrer este maravilloso paraje natural, un hábitat único, con su propia flora y fauna. Además nos adentraremos en los lugares donde trascurre y está ambientada la novela ‘Cañas y barro’, (1902) del célebre escritor valenciano Vicente Blasco Ibáñez, convertida con éxito en serie de televisión en 1978. Un relato costumbrista que retrata con gran precisión la realidad social valenciana de principios del siglo XX.
Empezamos la ruta… la primera parte del itinerario transcurre a lo largo de un angosto camino fluvial, de aguas verdosas. La calma es absoluta y el silencio sólo se rompe por el ruido del motor de la embarcación o el sonido de las aves que habitan en este entorno.
Tras la vegetación de ambos lados del canal, por el que viajamos, se encuentran las grandes zonas de arrozales (los denominados tancats de la Albufera) que tanta importancia han tenido siempre para Valencia, y ahora además estos campos de arroz en los que el cultivo ha fallado se convierten en espacios de alimentación y descanso para las aves migratorias.
Seguimos… poco a poco avanzamos por el cauce del agua, mientras podemos ver peces que saltan, aves volando cerca de nuestras cabezas o posadas en los árboles que nos rodean, también alguna barraca típica de la huerta valenciana,… para por fin llegar a lo más esperado de esta bonita travesía… desembocar en un inmenso y hermoso lago, el más grande de estas características en España, (aunque en el último siglo ha visto reducida notablemente su extensión), donde aún se pueden ver antiguas embarcaciones con velas y un largo palo, la llamada «percha», para poder moverse por sus aguas…
Llegada al lago… por fin, llegamos al centro del lago, unos minutos antes de la puesta de sol, justo para disfrutar del sublime espectáculo… Se apaga el motor para detener la barca y, en silencio sobre las tranquilas aguas, poder contemplar la belleza del atardecer en toda su plenitud.
La primera parte del itinerario transcurre a lo largo de un angosto camino fluvial, de aguas verdosas
Es cuando comienza un fantástico baile de colores… el cielo parece arder con sus tonos rojos y naranjas, y tras las montañas del interior se van vislumbrando los últimos rayos que se reflejan en las apacibles aguas de la Albufera… Un gran momento.
Expliquemos algunas cosas…
El Lago de la Albufera, uno de los ambientes más importantes y esenciales del Parque Natural, tiene una superficie de 2.100 hectáreas. El agua de la Albufera es dulce, ya que proviene de los arrozales que la rodean, que son alimentados por los ríos Júcar y Turia. Esta laguna vierte sus aguas al mar a través de varias golas, canales artificiales controlados por compuertas, que atraviesan el bosque de la Dehesa que separa la Albufera del Mediterráneo.
La Dehesa del Saler es un espacio protegido, donde se encuentra una rica variedad de árboles, (los pinos son los que más abundan), y un gran número de aves, un espacio de dunas y charcas, con plantas adaptadas a la cercanía del mar. Un ecosistema único.
Historia del Lago de la Albufera… su origen se remonta a la época prehistórica, más concretamente al Pleistoceno. La formación del lago de la Albufera se produjo a partir del hundimiento de, aproximadamente, unos 30 kilómetros de cordón litoral entre Valencia y Cullera.
De tener una extensión inicial de 30.000 hectáreas ha pasado a tener 2.800 en la actualidad. Esto ha sido debido, sobre todo, a la extensión de las tierras de cultivo, sobre todo de arroz.
El lago, como hemos dicho, se comunica con el mar mediante las denominadas golas, que son compuertas que mantienen siempre el nivel del agua en un estado idóneo.
Hasta la segunda mitad del siglo XIX, llegaba prácticamente hasta la ciudad, pero poco a poco se fue secando artificialmente para reconvertirlo en arrozales. En la actualidad hay un complejo sistema de acequias y compuertas que provocan la inundación de los arrozales.
Llegamos al centro del lago, unos minutos antes de la puesta de sol, justo para disfrutar del sublime espectáculo
Es un antiguo golfo marino, reconvertido en lago de aguas dulces, y una de las zonas húmedas más importantes de España. Decir que pertenece a la Lista de Zonas Húmedas de Importancia Internacional (Convenio de Ramsar), y está declarado como área ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves). La zona afectada por esta declaración es el lago de La Albufera, su entorno húmedo, y la barra o cordón litoral (Dehesa del Saler) adyacente a ambos.
En los años 60 se construyeron paseos, urbanizaciones, hoteles, campings, discotecas, un hipódromo y hasta un campo de golf. El proyecto, que por suerte no llegó a completarse, pretendía convertir este espacio de incalculable valor ecológico en la gran zona de ocio de la ciudad. Incluso se llegó a estudiar la posibilidad de construir en esta zona un aeropuerto para la ciudad, pero fue imposible hacerlo por razones técnicas,… ¡menos mal! habría sido imperdonable acabar con un valioso espacio natural como este.
La Albufera… se trata del humedal más emblemático del Mediterráneo. Desde el año 1986 está protegido y declarado Parque Natural. El nombre procede del del árabe, al-buhayra, que quiere decir el pequeño mar.
El perfil de la Albufera es irregular, con un diámetro aproximado de unos seis kilómetros en su parte más amplia. La comunicación del lago con el mar se realiza a través de canales o golas, que se abren o cierran mediante unas compuertas, modificando el volumen de las aguas del lago.
La Albufera comprende seis islotes, llamados matas, que albergan densa vegetación. Estos islotes se denominan Mata del Fang, Mateta de Baix, Mata de la Barra, Mata de l’Antina, Mata de San Roc y Mata del Rey
En cuanto a la actividad desarrollada por los habitantes de este paraje, destaca especialmente el cultivo del arroz, íntimamente ligado a la supervivencia de la Albufera.
En este parque, viven e hibernan diversas especies de aves acuáticas, algunas de ellas en peligro de extinción, tales como el samaruc y el farlet. También es zona de paso de muchas de aves migratorias.
Regreso… el sol ya se ha escondido, la embarcación vuelve a ponerse en marcha para dirigirnos de nuevo al puerto. Realizamos el mismo recorrido que hicimos para llegar, pero en sentido inverso, del lago al canal y del canal al embarcadero. Ahora parece diferente, está anocheciendo y el trayecto por el estrecho canal desprende otra belleza. Con una luz más tenue nos desplazamos sobre un agua que va oscureciendo, vemos durante el camino de vulta patos y algunas aves que parecen buscar un lugar para pasar la noche junto a los arrozales que atravesamos hasta llegar al pequeño muelle.
Llegada... nos bajamos de la barca aún con las sorprendentes imágenes del lago y esa maravillosa puesta de sol en nuestra retina.
Sin duda, un paseo imprescindible de hacer para quienes estén o viajen a Valencia. Por favor Visitalbufera.