Verano, vacaciones y viajes van de la mano. A pesar de que cada temporada hay destinos que repiten en el ranking de los más solicitados, los viajeros frecuentes, que están siempre a la búsqueda de destinos inexplorados, sitúan en el podio algunos nuevos que durante años han logrado mantenerse impermeables a la masificación turística. Según la agencia de viajes de lujo Atlántida Viajes, el caso más reciente es el de Etiopía y Laos.
Etiopía, un país todavía poco conocido por los españoles, cuenta con un patrimonio cultural extraordinario, que va desde las iglesias de Lalibela hasta Gondar, conocida como la Camelot de África. Un caso parecido es el de Laos, otro de los destinos más novedosos para el mercado español actualmente, ya que conserva la autenticidad de un país del que, por lo general, se sabe poco y puede presumir de un capital humano increíble, paisajes de una belleza absoluta, templos para ver en primera persona la realidad del budismo y una notable infraestructura hotelera.
Francesc Escánez, director de Atlántida Viajes, ha afirmado: “Como si de una página en blanco se tratara, cada año nos presenta nuevos destinos que, por un factor u otro, se convierten en predilectos de los viajeros. En lo que va de año, hemos identificado, además de Etiopía y Laos, una alta demanda para Islandia, Croacia y Grecia, a nivel europeo; para Sudáfrica y Tanzania en África, principalmente para un turismo centrado en los safaris; y, en el continente asiático hemos visto un auge en los viajes a Maldivas, Japón y Camboya, con stopover en Dubái o Abu Dhabi.”
Sería un error generalizar acerca de lo que buscan los viajeros en sus vacaciones, pero en función de la experiencia de Atlántida Viajes, la combinación perfecta para muchos de ellos abarca cultura, gastronomía y relax en playas con encanto.
España es un país en el que las personas reservan sus vacaciones con poca antelación —se habla en muchos casos de reservas con menos de un mes de margen para el inicio del viaje—, aunque la agencia ha percibido que, paulatinamente, esta tendencia se está modificando y las personas que viajan cada año, con tal de evitar pagar de más y quedarse sin alojamiento en su hotel predilecto, acostumbran a reservar con un mínimo de tres meses de antelación.