Solo 220 establecimientos en Europa, 40 de ellos en España, han conseguido acceder a Preferred Hotels & Resorts, plataforma turística especializada en el gran lujo, que cuenta con un programa de fidelización con más de tres millones de miembros
Las Terrazas de Abama, el exclusivo complejo de residencias vacacionales ubicado en Abama Resort, en Guía de Isora, Tenerife, acaba de culminar su proceso de afiliación a Preferred Hotels & Resorts, dentro de la colección Preferred Residences, pasando a formar parte de un selecto catálogo que integran más de 700 establecimientos en 85 países de todo el mundo, 220 de ellos en Europa y unos 40 en España.
Con su integración en Preferred, Las Terrazas de Abama, que está gestionado por My Way Meaningful Hotels con los mismos servicios de un hotel de cinco estrellas, refuerza su posicionamiento en el sector de lujo y tendrá visibilidad ante un gran número de clientes de todo el mundo que eligen sus estancias en función de las ventajas que ofrece la pertenencia al programa de fidelización ‘I prefer’, con más de tres millones de miembros.
Preferred Hotels & Resorts es una empresa de origen norteamericano cuya alta exigencia para la afiliación de hoteles y residencias vacacionales constituyen la clave de su éxito, habiéndose convertido en una referencia global por su capacidad de ventas, marketing y comunicación en el sector turístico del gran lujo.
Las Terrazas de Abama están formadas por 150 residencias de uno, dos, tres o cuatro dormitorios, organizadas en torno a cinco líneas, que disponen de terrazas privadas que van de 28 a 123 metros cuadrados, muchas de ellas con piscina privada. Sus suites cuentan con vistas espectaculares al océano Atlántico, a la isla de La Gomera y a los jardines subtropicales que rodean el complejo.
Todo eso por no mencionar al restaurante Melvin by Martín Berasategui, el último que el multipremiado chef vasco ha inaugurado en la isla con Diego Dato al mando de sus fogones. El nombre escogido para el establecimiento no ha sido casual. Se trata de un tributo a Melvin Villarroel, el arquitecto boliviano que proyectó esta área turística otorgándole personalidad propia y con el propósito de que perdurase en el tiempo con el máximo respeto posible al entorno.