Alicia Aradilla, un año viajando por el mundo (y dibujándolo)

Alicia Aradilla pintaba desde pequeña… pero por distintas causas acabó estudiando Medicina… aunque después de un viaje se dio cuenta que la vocación es otra cosa, que su trabajo iba a ser su vida…

Una noche llamé a mis padres casi llorando y les dije “voy a cambiar de carrera” y me contestaron “ya lo sabíamos” … se ríe al recordarlo.

Un mes de carrera de Medicina, toda su vida estudiando ciencias, buena estudiante, responsable… dispuesta a seguir esa carrera, porque todo el mundo le decía que Bellas Artes no tenía salida y se metió en Medicina por aquello de la seguridad…

Pero me di cuenta de que existían otras cosas más importantes y cambié de carrera. Estaba estudiando Medicina en Extremadura, me vine a Madrid, estudié Bellas Artes, terminé la carrera y… no encontré trabajo… (entre sonrisas como diciendo que eso era lo esperado) …

Hice un Master en diseño gráfico y gracias a eso encontré trabajo y además empecé con la ilustración digital

Menos mal que hice un Master en diseño gráfico y gracias a eso encontré trabajo y además empecé con la ilustración digital, me gustaba mucho el diseño y he trabajado mucho en agencias de publicidad, pero el tacto del papel tiene algo especial que no tiene el ordenador. Y en la Universidad conocí a mi pareja, a él le encantan los viajes, a mí me gustaba viajar, pero no tanto, pero eso se contagia, empezamos a viajar y fui a una exposición de Delacroix aquí en Madrid, conocía los cuadros, pero no conocía sus cuadernos de viaje, y dije ¡con lo que nos gusta viajar! Y me dijo él que porque no hacíamos algo así. En mi cabeza sonaba muy bonito, pero cuando me puse a dibujar en la calle la primera vez fue un desastre…

¿Por qué?

Porque no es lo mismo hacerlo en casa que en la calle, tienes muchas más distracciones, la temperatura, no estás cómodo, la gente te mira… muy diferente, y al principio llevaba en mi cabeza que iba a hacer algo parecido a los cuadernos de Delacroix que son maravillosos y te sale otra cosa muy diferente, entonces te sientes un poco frustrada, de tal manera que estuve un año sin pintar porque no me gustó el resultado y lo pasé tan mal, que hasta un año después no lo volví a intentar.

Tu pareja, Sergio Alonso, es fotógrafo, ¿tú dibujas los mismos asuntos que él hace en fotografías?

No, de hecho, a mí me gusta mucho el paisaje y los edificios y él se va a fotografía social, en ese aspecto elegimos sujetos muy diferentes…

Pero sería complementario una cosa con otra, porque hacéis los mismos viajes…

Si, pero yo me quedo en un sitio pintando, imagina, me gusta un sitio, la luz, tranquilo, tengo que buscar que sea cómodo, dentro de lo que cabe, y que no molestes a nadie y allí me siento, mientras él se va a hacer fotos. Al cabo de una hora o así, el regresa y seguimos con el viaje.

Ha sido un viaje de un año ¿cuántos dibujos son?

Más de setecientos, han sido trece cuadernos.

En Madrid presentó la exposición TRAVEL SKETCH, una especie de resumen de ese año de viajes por distintos países del mundo, de esos 700 dibujos, de esos trece cuadernos, solo unos setenta…

¿Cómo los elegistes?

Ha sido muy difícil. Obviamente mi estilo de dibujo ha cambiado mucho desde el primer cuaderno al último, porque un año dibujando es mucha práctica, técnicamente vas mejorando, pero qué pasa, siempre digo que lo importante del cuaderno no es el acabado perfecto, porque para hacerlo perfecto te pones en casa con una fotografía y lo haces tranquilamente, lo importante del cuaderno es lo que pasa mientras lo estás dibujando en la calle, porque el cuaderno es como un sistema para que la gente se acerque, para romper el hielo y das pie a muchas situaciones diferentes, entonces cuando pasan esas cosas se va impregnando el dibujo, así que cuando veo ahora los dibujos es como si me estuvieran contando lo que pasó en ese instante, entonces, para mí tienen igual de importancia el primer dibujo que no está tan bien técnicamente como el último, eso lo hizo muy difícil elegir.

¿Cómo ha sido esa evolución? ¿Cambio de estilo incluso?

No, al principio lo que yo tardaba en hacer en una hora, ahora puedo hacer mucho más en ese tiempo porque soy más rápida tomando decisiones. Estaba acostumbrada a tomar decisiones con ordenador y siempre puedes volver atrás, con el diseño digital control zeta y vuelves, pero en la acuarela en el momento que das una pincelada eso se queda ahí…

En la calle estás pintando con las acuarelas…

Sí, pinto con acuarela, aunque en la universidad empecé grabado, y oleo en grandes formatos y abstracción, que no tiene nada que ver con lo que hago ahora, así que imagínate cuando salí a la calle a pintar realidad…

¿Qué tamaño tienen los cuadernos?

Es tamaño A5… y tienes que pensar que estás viajando y que tienes que cargar con los materiales, así que la caja de acuarelas en muy pequeña, el pincel es de viaje, todo cabe en un estuche diminuto, pensado para viajes, justo la técnica de la acuarela la elegí precisamente por eso, porque no la controlaba nada, empecé con ella hace cuatro años, pero es el único medio que… para empezar utilizas agua que la puedes encontrar en cualquier parte, no como el óleo que necesitas aguarrás entre otras cosas… es muy fácil y pesa poco y pasas los controles de los aeropuertos bien… (se ríe)

Cuando me puse a dibujar en la calle la primera vez fue un desastre…

¿Cuántos países has recorrido?

Diecinueve durante el año.

¿Cuál ha sido el más curioso o llamativo para ti?

Como impactar China e India, porque son culturas muy diferentes a lo que estamos acostumbrado. Y que me hayan gustado mucho Japón e Indonesia, y son países más cómodos para viajar. Y Myanmar e Irán también me han llamado la atención.

¿Te planteas un número de dibujos por país o según vaya surgiendo?

Lo que vaya saliendo, no estaba ni el viaje planeado así que imagina…

¿Cuál es el país que más dibujos has hecho?

India, pero porque estuve dos meses, son dos cuadernos enteros solamente de India. Normalmente iba a mes por cuaderno, entonces… Myanmar, por ejemplo, era muy diferente, me gustó mucho… y la gente, me fijo mucho en la gente, igual que Irán que fue el primer país…

¿Habéis tenido algún problema?

No, nunca nos ha pasado nada malo…

Alguna cosa curiosa…

Muchas – se ríe – siempre digo que cada dibujo es una anécdota… porque además no es lo mismo dibujar en China que en Irán o en Myanmar o en Japón. Abres el cuaderno y pasan cosas diferentes porque la gente es muy diferente… en China sacaba el cuaderno y vienen… no veía lo que estaba pintando al final, en el momento que alguien se para a hacerte una foto vienen y vienen… era un poco agobiante, he pensado que podría haber dibujado sitios turísticos que no los he podido hacer por miedo a la gente que se juntaba alrededor, de hecho una vez vino un policía y creía que me iba ayudar con la gente y se puso a hacer fotos él al cuaderno… Risas.

Siempre digo que cada dibujo es una anécdota… porque además no es lo mismo dibujar en China que en Irán

Anécdotas muchísimas, en India con los niños que se acercaban y querían tocar los dibujos, las pinturas, era muy curioso, pero estaba muy bien porque los fotógrafos saben que muchas veces hay personas que no quieren que las fotografíes y eso con el cuaderno no pasa… Me ha pasado abrir el cuaderno y dibujar una casa y se te acercan y te dan las gracias porque te hayas fijado en su casa, porque no pinto siempre monumentos reconocidos, si me gusta un sitio me paro, me siento, estoy a gusto y pinto… Me pasó, por ejemplo, que, en India, el Taj Mahal está prohibido dibujar dentro y tenía que buscarme la vida, porque quería que ese sitio estuviera en el cuaderno y quería mostrar en los dibujos no solamente el resultado, sino lo que hay detrás y lo que está pasando mientras dibujo, estaba en una propiedad que parecía que era privada, aunque no estaba muy claro, y había tipo con un fusil diciéndome que terminara cuanto antes el dibujo… que presión… dibujar bajo presión con un fusil enfrente… otra anécdota más.

Esto ha sido un año, ¿va a tener continuación?

Es como una adicción, seguir viajando seguro, tan continuado no creo que haya otro año más, pero si habrá muchos más destinos y el cuaderno va siempre conmigo. - Lo dice con una gran sonrisa.

Miles de seguidores en Instagram… ¿Cómo empieza eso?

Mi pareja me dijo por qué no subes los dibujos. Al principio me daba un poco de miedo porque era algo muy personal, un cuaderno de viajes no es una obra acabada con meses de estudio, es algo más íntimo y da apuro…

Además, nunca sabes cómo se va a aceptar…

Eso es, pero le eché un poco de valor, empecé y la repercusión fue muy buena, no he tenido malos comentarios, al contrario, y gracias a eso he conocido a más gente que hacen cosas parecidas, ha sido como construir una comunidad de personas que se dedican a pintar en la calle… no sé cómo explicarlo… he recibido mucho y encuentro mucho en ese terreno.

Las redes son básicas para ti.

Sí, porque a raíz del viaje no solo me siguen gente que le gusta el arte, se han unido gentes que les gusta viajar y por eso, creo, que el perfil de Instagram ha crecido de esa forma, porque las fotografías suelen ser casi siempre las mismas cuando se viaja, incluso desde el mismo sitio con el mismo encuadre, y cuando enseñas algo diferente, como un dibujo, que requiere tiempo la gente lo valora un poco más y llama más la atención y puedo decir que gracias a Instagram puedo vivir de esto…

Cuando en las redes enseñas algo diferente, como un dibujo, que requiere tiempo, la gente lo valora un poco más

Alicia empieza otra aventura, como ella dice, la aventura del autónomo, que a lo peor no es tan grande como ese año viajero, pero también es una buena aventura de la que se siente muy contenta…

¿Entonces tu profesión cual es ahora?

¿Ilustradora de viajes? - dice entre sonrisas - Además organizamos viajes para que otra gente aprenda a hacer sus cuadernos de ese tipo y doy clases online y también tienda online.

A Alicia Aradilla la puedes seguir:

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