La capital de Uruguay es el cielo para los amantes del cuero y el papel. Los libros más raros, los clásicos, los antiguos, los de cualquier género, todos los que puedas imaginar se pueden encontrar en los rincones de Montevideo. Si bien no hay un número exacto de estos templos dedicados a suministrar todas las historias de tinta y papel hay un constante movimiento en el sector.
Según Álvaro Risso, presidente de la Cámara Uruguaya del Libro “se podría afirmar que hay más de 60 librerías activas” un número nada desdeñable que sitúa a Montevideo como una de las ciudades con más locales per cápita del mundo. Además, en el mes de abril se suma a la lista la única librería flotante del mundo. Hasta el día 21 del mismo mes estará en el puerto de Montevideo el buque ‘Logos Hope’ con más de 5 mil libros en su interior.
Cuando entras en una librería de verdad lo sabes. No huele a ambientador, ni hay una música discotequera en el ambiente. Al dar ese paso los cinco sentidos despiertan automáticamente. Se escucha el susurro de las páginas al pasar de una a otra, el tacto es sutil al rozar los lomos de los libros hasta dar con ese volumen que enciende el alma, la vista no es capaz de abarcar la perfecta montaña de títulos que te llaman para formar parte de su universo. Pero especialmente se dispara el olfato. Al inspirar hondo y dejarse inundar por el peculiar olor que desprenden sus hojas casi puedes saborear la historia que está esperando tras sus cubiertas.
En Montevideo puedes disfrutar de esta increíble sensación en cada esquina. Porque la capital de Uruguay es una de las ciudades más libreras per capita del mundo. Hasta tal punto están comprometidos con la literatura que el segundo viernes del mes de noviembre celebran la Noche de las Librerías. Una iniciativa conjunta con el Centro Cultural España que fue ampliamente aceptado por el público montevideano.
Además, hasta el próximo 21 de abril el país charrúa contará con la mayor librería flotante del mundo. El buque ‘Logos Hope’ contiene más de 5 mil libros diferentes a bordo y estará atracado en el puerto de Montevideo abierto al público todos los días de la semana salvo el lunes.
Esta no es la primera vez que el barco va hasta Uruguay, hace 20 años ya estuvo en la capital del país austral y en Fray Bentos, dejando con la boca abierta a todos aquellos que se adentraron a descubrir los tesoros escondidos en los camarotes del buque.