Del gran acervo cultural que nos llega desde Perú, la música criolla y afroperuana es uno de los legados artísticos más importantes de todos. Su origen es el resultado de la convivencia histórica entre nativos peruanos, esclavos africanos y colonizadores españoles. La relación entre estas tres culturas propició que del choque de las singularidades autóctonas de cada grupo surgiera una evolución común con características importadas de cada lugar dando como resultado la música criolla, motivo de orgullo para todos los peruanos.
La gran popularidad de este arte llegó a su punto más alto en 1944, al declararse el 31 de octubre como el Día de la Canción Criolla en el Perú. Desde entonces, los peruanos suelen reunirse cada año para bailar, cantar y celebrar su música por todo lo alto, acompañando la jornada con manjares de su exquisita gastronomía. Vale la pena resaltar que el vals peruano, la marinera, el festejo y el tondero son distintos tipos de género musical englobados en la música criolla peruana.
El vals peruano, por ejemplo, se remonta a los valses vieneses de la Europa del siglo XVIII. A través de las letras, los peruanos expresaban sus penas y alegrías. El tondero, por su parte, deriva de la música gitana y española en cuanto al baile y el canto, mientras que en sus coros puede apreciarse una gran influencia africana. Y el festejo es la danza tradicional proveniente del negro criollo. Tuvo su origen en los esclavos africanos, por ello, no es de extrañar que sus letras narren las costumbres, alegrías y sufrimientos de la comunidad de aquella época.
Pero si hay un género que destaca por encima de los demás, es la marinera. Su popularidad es tal que en 1986 fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial por el entonces Instituto Nacional de Cultura del Perú. Es la expresión musical del sentir popular, libre y espontáneo. Este género posee variantes en la costa, sierra y selva del Perú, entre las que podemos citar la marinera limeña, la norteña, la puneña, la arequipeña y la serrana.
Entre los músicos más importantes de estos géneros destacamos a Chabuca Granda, por ser cantautora de valses criollos y ritmos afroperuanos llevando al mundo entero el arte peruano con ‘La flor de la canela’ y a Óscar Avilés, también conocido como ‘La Primera Guitarra de Perú’, por su virtuosismo en la guitarra y la composición musical tradicional peruana.
Con el paso del tiempo, la evolución de la música criolla ha ido experimentado nuevos horizontes con intérpretes tan populares como Eva Ayllón, quien actualmente es considerada una de las máximas exponentes de este género musical y reconocida a nivel mundial.
Es importante resaltar que hablar de música criolla y afroperuana es hablar del cajón, uno de sus principales instrumentos. Su importancia ha ido evolucionando durante estos años hasta declararse en 2018 el Día del Cajón Peruano el 2 de agosto. Creado por esclavos africanos durante los últimos años de la era colonial, fue popularizado mundialmente por el maestro Paco de Lucía. Este instrumento de percusión posee la forma de una caja rectangular, con un agujero redondo por uno de sus lados y una gran particularidad es que el músico se siente sobre él para ejecutar su sonido. Es utilizado en diversos géneros musicales, desde la música criolla, hasta el jazz y el flamenco español.
Escuchar, bailar y cantar música criolla y afroperuana no es solo una forma de trasmitir el legado artístico de Perú, sino también una técnica para mejorar la actividad cerebral, corporal y social de las personas. Algunos beneficios probados que derivan del disfrute de esta música son la disminución del estrés y ansiedad, sensación de bienestar y felicidad por la secreción de endorfinas y dopaminas o unión social con amigos y familiares.
Y es que la música criolla es alegría, pasión, sentimiento e historia. Un ritmo de influencias mixtas con origen en Perú que perdura en el tiempo y que se intenta transmitir a las nuevas generaciones con el objetivo de no olvidar esta expresión folclórica.
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