Tal como lo denominó Gonzalo Escarpa, el coordinador de estos lunes poéticos, porque esta vez ese primer día de la semana de Ámbito Cultural estuvo dedicado a Aute…
Luis Eduardo Aute es músico y cantautor y director de cine y actor y escultor y escritor y poeta y un sombrero que se alza ante la vida y la luz y la palabra y la poesía. Aute nos ha regalado momentos únicos e inolvidables, nos ha hablado del cine y del amor y de la vida y de la belleza con la elegancia de la sugerencia.
Ámbito Cultural celebró una nueva jornada del ciclo #LunesDeLírica en la sala de Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Callao dedicada, esta vez, a ese artista, en toda la dimensión de la palabra, que es Luis Eduardo Aute en recital-homenaje…
Tras la fiesta del 10 de diciembre en la que los músicos más importantes de España le rindieron todos los merecidos honores, ahora nosotros le regalamos este homenaje absoluto con el alma en un pañuelo y la brisa en la mirada: los poemas y las canciones del artista de Manila en la voz de Cristina Narea, que ha estado al lado de Aute siempre que éste necesitaba un coro y una guitarra, y los creadores que ella ha seleccionado para la ocasión. Escucharemos la voz y la música de Javier Batanero, uno de los miembros de los míticos Académica Palanca; Marta Espinosa, cantautora sólida y poética; Laura Gómez Palma, escritora y bajista que forma parte de la banda de Sabina y Coque Malla; Myriam Quiñones, cantautora peruana comprometida con la trova, y Pamela Montel, creadora múltiple que completa este repóker de artistas. Nos acompañará también Palmira Márquez, directora de la agencia literaria DosPassos y representante del músico.
Y así fue…
Allí estuvimos, un tanto o un mucho emocionados, escuchando a esas y esos artistas que desfilaron ante los micrófonos, que cantaron o leyeron los temas o los poemas de Eduardo, como lo llaman sus amigos, entre los que nos gustaría encontrarnos…
Con el aforo lleno, Aute es mucho Eduardo, o Eduardo es mucho Aute, aunque sea en presencia intangible pero evidente, incluso tuvimos el valor de cantar algunas estrofas como si un coro fuésemos, de dar palmas en otros momentos y de acongojarnos al escuchar algunos versos…
Es de presumir que llevo interpretada
la mitad de la comedia
y, aun en contra de mi voluntad, hago balance:
el terror que me sostiene
es tal, que el resultado del cómputo
se hace inequívoco.
Reconozco mi cobardía
al apoyarme, esta noche, en el dócil recurso
de la escritura. No encuentro otro
mecanismo y, desde hace algún tiempo,
sólo el contacto con la temperatura
de las palabras me protege de la agresividad
glacial que la memoria utiliza
para reprocharme los temores que han tejido
mi biografía.
Es de presumir que la comedia
transite hacia el desenlace
porque el nudo ya se ha planteado en el lugar
común de estos versos.
Esta madrugada empiezo a sentir en el vientre
como un terror estereotipado;
un cierto encoñamiento con la muerte.
Poco más que decir… Quizá una lágrima… Aute… Eduardo… Siempre…