Con unas impresionantes vistas de San Rafael y rodeado de auténtica frondosidad mediterránea, el hotel rural Can Lluc constituye toda una bomba de oxígeno dentro de la Ibiza más auténtica.
A solo diez minutos del centro de la isla en medio de un paraje que invita a la desconexión plena, las diferentes opciones para relajarse son una de las mejores cartas de presentación de este oasis en plena naturaleza.
El yoga más personal, con el Mediterráneo como telón de fondo
Dos días por semana, Can Lluc se convierte en el mejor escenario para la meditación. Todos los lunes y sábados a las 11 de la mañana, Donna Sami se encarga de dirigir una serie de ejercicios donde controlar la respiración y conseguir la relajación absoluta. Clases incluidas en la propia estancia para los clientes del hotel, con una increíble panorámica desde la terraza de este agroturismo.
Pero además, para quienes quieran adaptar a sus gustos las diferentes técnicas del yoga, también existe la opción de contratar una o varias sesiones. Se trata de clases privadas, enfocadas a trabajar las emociones tomando consciencia del cuerpo y mente. Todo para conseguir una actitud positiva y proactiva ante la vida, donde el silencio forma parte de este entorno privilegiado.
Tratamientos a la carta para los más exigentes
También con acceso exclusivo para los clientes del hotel o bajo previa petición, Can Lluc ofrece un sinfín de variedades para el cuidado de uno mismo. El jacuzzi y la sauna finlandesa son parte de los servicios más demandados.
Personal cualificado de Ibiza Massage se encarga de llevar a cabo todo tipo de tratamientos en medio de un espacio con filosofía Zen, donde conectar con la naturaleza más pura.
Chocolateria, peeling a base de café o sal, masaje con piedras calientes o con velas son solo algunos de los tratamientos más exclusivos. A estos se unen otros clásicos como los masajes faciales, rituales para parejas o aromaterapia con aceites esenciales.
Germaine de Capuccini, May Star, OPI, CREATIVE o Australian Gold son algunas de las marcas con las que trabajan Lucas Prats y Tina Soriano, propietarios de Can Lluc.
Un gimnasio que respira la filosofía Ibiza
Con vistas al impresionante valle de gran valor ecológico que rodea Can Lluc, los aficionados a la bicicleta, la cinta elíptica o las mancuernas también tienen la posibilidad de practicarlo en el gimnasio del propio hotel.
Unas instalaciones acristaladas que se funden con el jardín de este agroturismo, donde también se puede realizarjogging y senderismo por los alrededores.
Además, la finca cuenta con una ruta propia para pasear, de menos de un kilómetro de longitud, que comienza en la parte baja del terreno y se adentra en los bosques que la rodean. Un entorno inigualable que cuenta con unas preciosas vistas de l´Atalaya de Sant Josep y de la Bahía de San Antonio. Para los momentos de descanso, la zona está habilitada con agradables zonas de picnic.
Los más aventureros podrán disfrutar además de diversas excursiones por la isla blanca, tanto en mountain bike, como en kayak, así como recorridos libres con guías y monitores.