La ciudad de Santo Domingo, capital de República Dominicana, es el destino con mayor riqueza cultural del Caribe, ya que conserva todo el esplendor de su época colonial.
Fue bautizada como La Española por el almirante Cristobal Colón, quien puso un pie en esta parte oriental de la isla en el año 1492. El navegante se quedó prendado por la belleza de su paisaje y dejó escrito que “estas son las tierras más hermosas que ojos humanos hayan visto”. No es de extrañar que aún hoy en día, los visitantes queden cautivados por su encanto y maravillados por una capital, cuyo núcleo histórico, la Ciudad Colonial, está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1990.
Santo Domingo transporta al pasado.
Calles adoquinadas, museos y galerías de arte se funden con edificios reconocidos como son la Catedral, la Torre del Homenaje, el Parque Colón, las Atarazanas, el Panteón Nacional o el Alcázar de Colón. Unas calles y edificios que siglos atrás fueron hogar de los conquistadores.
Recorrer sus calles es volver al pasado para respirar ese aire colonial que la identifica como la ciudad más antigua de América.
Alto valor histórico y cultural
Santo Domingo es la primera ciudad establecida en el Nuevo Mundo, construida por Bartolomé y Diego Colón. Los turistas pueden encontrar edificios que datan de principios de 1500. Un claro ejemplo es la Catedral Primada, de estilo gótico adornado con detalles renacentistas de los años 1514 a 1546, que resalta por su valor histórico y cultural. Para conocer de primera mano la rica historia de Santo Domingo hay que hacer una parada en el Museo de Las Casas Reales, lugar que fue sede de la Suprema Corte del gobernador en el siglo XVI.
La capital dominicana es una ciudad delimitada por el río Ozama, que da nombre a la Fortaleza de la urbe y que es otro de los monumentos históricos que forman parte de la historia de República Dominicana.
Construida por Fray Nicolás de Ovando, entre los años 1502 y 1508, sirvió como protección de la ciudad ante los ataques de piratas y conquistadores que querían hacerse con esta parte de la isla. Edificada en su totalidad con piedra, posee un aire medieval y en su interior se pueden recorrer los misteriosos túneles y calabozos donde estuvo prisionero el mismísimo Cristóbal Colón.
También en la Ciudad Colonial podemos visitar la Plaza de la Cultura. En ella se encuentran los principales museos y centros culturales de la ciudad, como el Museo del Hombre Dominicano, el Museo de Arte Moderno o el Museo Nacional de Historia Natural. Aunque, si hay un edificio central notable, ese es su Teatro Nacional, corazón de la expresión artística dominicana de la música, las letras y los espectáculos nacionales e internacionales.
Otros dos lugares de interés turístico en la capital dominicana son el Convento de los Dominicos y el Malecón. En la calle Padre Billini, esquina con calle Duarte, se abre diariamente a los turistas con posibilidad de tours guiados el Convento de los Dominicos. Construido en 1510, fue el enclave perfecto para albergar la primera universidad y donde Fray Antón de Montesinos hizo la primera llamada a los derechos humanos de los indígenas.
En cuanto al Malecón, hemos de destacar que este famoso boulevard marítimo de 14 kilómetros, está reconocido como uno de los siete tesoros culturales por los organizadores internacionales de la Capital Americana de la Cultura en el año 2010. El Malecón es una atractiva avenida repleta de palmeras y barcos junto al mar Caribe reconocida por sus restaurantes, su entretenimiento y sus hoteles cinco estrellas.
Ritmo, deporte, historia y un largo etcétera
En el ámbito del ocio, República Dominicana cuenta también con un legado cultural. Ritmos caribeños a base de merengue, un carnaval histórico con un protagonista ancestro, el reconocido “Diablo Cajuelo”, o un deporte que ha dado verdaderas estrellas, el béisbol.
Que República Dominicana tiene arte se sabe y si no que le pregunten a quienes deciden visitar el país durante la última semana de marzo, haciendo coincidir su estancia con el famoso desfile carnavalero a lo largo de El Malecón y en el que reina el disfraz tradicional del “Diablo Cajuelo”.
De las pistas de béisbol de este país han salido estrellas tan reconocidas internacionalmente como Juan Marichal, el primer jugador en entrar en el Salón de la Fama de Estadus Unidos. Y sí, es cierto, República Dominicana lo tiene todo.