Ibiza es una escala ideal para cruceros. En la pasada feria internacional del sector, Seatrade Cruises Global celebrada en Florida a principios de marzo, se confirmó el creciente interés de las navieras por mantener y/o incluir Ibiza en sus itinerarios y se estima que durante 2018 el puerto de Ibiza (en concreto los pantalanes situados en Marina Botafoch) acogerá más de 150 escalas de cruceros con turistas procedentes de todo el mundo.
Lo cierto es que la llegada a Ibiza por mar es impresionante. Lo primero que llama la atención del viajero es la vista de Dalt Vila, recinto amurallado que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por UNESCO en 1999 por su valor histórico, cultural y arquitectónico de esta fortaleza costera que es una de las mejor conservadas de todo el Mediterráneo.
La escala en Ibiza permite que cada persona pueda disfrutar al máximo de su tiempo, siempre con una propuesta para cada viajero. Sólo hay que poner el pie en tierra y comenzar la aventura eligiendo entre muchas actividades y muy diversas como:
Visitar el Patrimonio de la isla: Dalt Vila, los restos fenicios de Sa Caleta y la Necrópolis fenicio púnica de Puig des Molins.
Disfrutar de playas de aguas cristalinas. Ibiza ofrece 210 km de costas que se pueden disfrutar en cualquier época, gracias a su suave clima mediterráneo. El precioso color turquesa de sus aguas y su transparencia se deben a la Posidonia Oceánica, reconocida también como Patrimonio de la Humanidad por UNESCO.
Conocer el verdadero encanto de Ibiza: el espíritu de sus pueblos. Pequeños pueblos blancos, donde la vida transcurre a ritmo apacible y se sigue disfrutando del entorno rural y las tradiciones de la isla.
Saborear su gastronomía: materia prima de excelente calidad, producto local para recetas tradicionales y únicas como el “sofrit pagès”, el “bullit de peix” o el “flaó”
Hacer “shopping” diferente: la isla es conocida por sus mercadillos hippies, su artesanía y joyería local y la característica moda Adlib, con tejidos naturales y el blanco como bandera