La ciudad de interior, pequeña y cuidada, se encarama sobre el Duero que han cantado los poetas, cuyos versos resuenan confundidos con el rumor del agua, música que invita a vivir y a disfrutar de su belleza tranquila y de los ecos de su esplendor medieval que cantara el Romancero. ‘La bien cercada’ y ciudad del Románico, cuyo centro histórico y los barrios que constituyeron su arrabal medieval acogen, junto a la magnífica catedral y al castillo, la mayor concentración urbana de edificaciones de estilo románico que podemos hallar en la península con más de veinte templos, su puente de piedra, los recintos amurallados y varios palacios y casas.
Zamora y el Duero son inseparables. Fuente de riqueza para la ciudad en otro tiempo, hoy es uno de sus pulmones verdes y sus márgenes, un espacio de ocio privilegiado para los zamoranos. Paseo por el Duero es un original recorrido por el río en su tramo urbano en el que historia, cultura, paisaje y naturaleza van de la mano. Una visita guiada que incluye algunos ejemplos de su románico más sorprendente y desconocido como las iglesias de Santa María de la Horta, San Claudio de Olivares o Santo Tomé y permite también admirar el tesoro excepcional de la espectacular biodiversidad del río, las impresionantes panorámicas de la ciudad histórica o descubrir el atractivo y desconocido mundo de las aceñas, azudes, puentes, viejas fábricas y tradiciones artesanales.
En la Zamora de hoy, los vestigios de su esplendor medieval conviven con la elegante arquitectura modernista
También podemos conocer una Zamora distinta joven y fresca que acoge murales y grafitis en muros y lienzos de edificios hasta ahora sin uso. Todos están reunidos en Graffitiza, una aplicación descargable que los ubica en el plano de la ciudad, hay más de 25.
Y también acoge rutas literarias como la del poeta Claudio Rodríguez, que recorre los puntos que más se relacionan con su vida y desde luego con el río Duero.
La vieja ciudad y la nueva
En la Zamora de hoy, los vestigios de su esplendor medieval conviven con la elegante arquitectura modernista de algunos edificios y con interesantes muestras de arquitectura contemporánea ofreciendo al visitante, sobre la realidad viva de sus piedras, fiel testimonio del paso del tiempo y de la mudanza de las modas y costumbres.
Seductora, Zamora convida a pasear plácidamente por sus calles, a asomarse al río o a acercarse a escucharlo, a mirar y asombrarse con la historia y las leyendas de la ciudad del Romancero, a entrar en sus numerosos templos y a recogerse ante sus viejas piedras para dejar volar el espíritu. Y cómo no, a caer en la tentación y buscar los placeres del paladar en la sugerente oferta de aromas y sabores locales.
Elevándose junto a la muralla, contigua a los restos del Castillo, la catedral de Zamora es una excelente muestra del arte románico tardío, cuyo emblema es su original cimborrio, cubierto de escamas. Es uno de los llamados ‘Cimborrios del Duero’, curiosas cúpulas ‘gallonadas’ que para algunos denotan una influencia bizantina y, para otros, francesa y lombarda.
Junto a la seo, el Castillo de la ciudad y sus jardines bordeados de almenas, mirador privilegiado sobre el Duero y galería al aire libre para la obra del artista zamorano Baltasar Lobo, uno de los grandes escultores europeos del siglo XX, cuyo Museo encontramos en la Casa de los Gigantes, junto al acceso a los jardines.
Zamora, tanto la capital como la provincia, permite disfrutar de un magnífico y variado patrimonio natural
En el marco incomparable que su condición de ciudad del Románico le otorga, por lo menos se debe visitar también La Magdalena, San Ildefonso, Santa María La Nueva, y Santiago Del Burgo, Zamora despliega una variada e interesante oferta cultural.
Los museos
Una visita al pequeño Museo Catedralicio nos descubrirá una magnífica e imponente colección de tapices flamencos de los siglos XV al XVII llegados a Zamora por donación del Conde de Alba y Aliste en 1608. Historia, cultura y arte se dan la mano en Zamora. Entre los museos, el mayor es el Museo Etnográfico de Castilla y León, un moderno edificio que alberga una importante colección de objetos de gran valor etnográfico y que ofrece interesantes exposiciones temporales. El Museo de Zamora, ubicado en uno de los rincones más sugerentes de la ciudad vieja, el Palacio del Cordón, en la plaza de Santa Lucía, y con una interesante ampliación realizada por los arquitectos Tuñón y Mansilla, acoge una importante sección arqueológica que recorre la historia de la provincia desde el Paleolítico a la Edad Moderna, colección en la que destaca el conocido como tesoro de Arrabalde, espectacular conjunto prerromano de joyas de oro y plata.
El Museo de Semana Santa, uno de los más visitados, conserva y exhibe los grupos escultóricos que desfilan por la ciudad durante la Semana de Pasión. Los treinta y siete pasos que contiene ofrecen la secuencia de la Pasión de Cristo y son obra de conocidos imagineros como Ramón Álvarez o Mariano Benlliure.
Dos teatros, el Principal, joya barroca con cuatro siglos de historia, y el Ramos Carrión, llamado así en memoria del compositor zamorano de zarzuela del mismo nombre, ofrecen una interesante programación a lo largo de todo el año. Excepcional y con gran proyección nacional e internacional tanto por su originalidad como por la calidad de los participantes, es el Festival Internacional de Música Pórtico de Zamora, previo a la Semana Santa y especializado en música antigua religiosa. Las actuaciones tienen lugar en la iglesia románica de San Cipriano en simbiosis perfecta entre arquitectura y música que sirve a su vez para divulgar el rico legado histórico-artístico de la ciudad de Zamora.
Y en el mes de julio, la ciudad acoge el Festival Little Opera Zamora, único en su género, https://www.littleoperazamora.com , donde se puede asistir a óperas de cámara, de pequeño y medio formato, en escenarios históricos de la ciudad.
www.zamora-turismo.com
Lo que une cuerpo y alma….
La gastronomía zamorana tiene su plato fuerte en los productos autóctonos, reconocidos por numerosos marchamos de calidad. El queso zamorano, los garbanzos de Fuentesaúco, las lentejas de Tierra de Campos y los habones de Sanabria, las setas, la ternera de Aliste y Sayago, el lechazo, el chorizo y los embutidos son fruto y resultado del trabajo de una provincia eminentemente especializada en el sector agrario.
La calle Balborraz una de las más antiguas de Zamora y de las más fotografiadas, de pronunciada pendiente
Entre las elaboraciones más conocidas y características de la cocina zamorana, además de las tradicionales sopas de ajo, el arroz a la zamorana, condimentado con oreja, hocico y pata de cerdo, y el bacalao a la tranca son las más populares. Saborearlas, acompañados de un buen vino de alguna de las tres denominaciones de origen presentes en la provincia (Toro, Arribes y Tierra del Vino) al que se suma el de Valles de Benavente, es un lujo al alcance del visitante. Los aromas de la repostería zamorana interpelan al viandante en su paseo obligándole a reparar en los dulces tradicionales: aceitadas, rebojos, amarguillos, cañas zamoranas...
El tapeo o ‘los vinos’ están incluidos en el día a día de Zamora. Encontramos bares con barras repletas de deliciosas tapas y pinchos por toda la ciudad aunque son dos las zonas más frecuentadas: la de los Lobos, en el centro, entre las calles Santa Clara y San Torcuato, y la de la plaza Mayor y la adyacente calle de los Herreros.
Zamora, paisaje natural
Zamora, tanto la capital como la provincia, permite disfrutar de un magnífico y variado patrimonio natural. En la ciudad encontramos extensos parques como el de Valorio que con más de 80 hectáreas es naturaleza viva en plena ciudad y una importante zona de ocio y de práctica deportiva para los zamoranos. Junto a Valorio, el río y su entorno constituyen otro de los espacios naturales más importantes y extensos y acogen distintos parques y zonas con instalaciones deportivas y de ocio.
Zamora, aves y naturaleza es una iniciativa que propone rutas de observación de aves silvestres y de otras especies (mamíferos, anfibios, reptiles, mariposas, libélulas…) en la ciudad y sus alrededores. El propio casco urbano, junto a Valorio y las orillas del Duero es parte de la propuesta que también incluye una ruta por el barrio de Carrascal y otras en el entorno inmediato de la ciudad, hasta un radio de unos 30 kilómetros. Es una propuesta de urban birding, o ‘pajareo urbano’ para ver, observar y conocer mejor a los pobladores alados de Zamora: las omnipresentes cigüeñas, martinetes, cernícalos, jilgueros, martines pescadores… y también, según la estación, a aquellos que están de paso: cormoranes, avefrías... La riqueza de fauna se combina con los atractivos del paisaje en las diferentes épocas del año.
www.zamora-turismo.com/rutasdeobservaciondeaves
Ir de compras
Zamora siempre ha sido un animado mercado y centro de intercambio provincial. La calle Balborraz una de las más antiguas de Zamora y de las más fotografiadas, de pronunciada pendiente, empieza en la plaza Mayor y desciende hacia el Duero entre coloridos y singulares edificios. Debe su nombre a una puerta en la muralla demolida en el siglo XVI, la puerta de la Cabeza, en árabe ‘bab al ras’ y además de tiendas tradicionales y artesanales, su entorno está lleno de nombres de calles que remiten a oficios antiguos.
Hoy, la ciudad cuenta con una oferta comercial diversa y abundante en la que conviven modernos comercios con las tiendas de siempre. En su casco histórico encontramos buen número de establecimientos especializados de productos de la tierra, escaparate perfecto para los productos de la gastronomía zamorana, en las que se pueden adquirir desde recuerdos y guías de la ciudad hasta interesantes muestras de alfarería autóctona o una hermosa manta zamorana.
De la plaza Mayor a la zona moderna de la ciudad transitamos por la zona comercial por excelencia de Zamora, ineludible tanto para visitantes como para lugareños: la de las calles Santa Clara, San Torcuato y aledañas.
Finalmente, y ya en la Zamora nueva, la zona de la Marina y Príncipe de Asturias, junto a la avenida de Tres Cruces y Cardenal Cisneros es otro de los ejes comerciales importantes.
‘Zamora, aves y naturaleza’ es una iniciativa que propone rutas de observación de aves silvestres y de otras especies
Mención aparte merece el Mercado de Abastos de la ciudad, frecuentado por autóctonos y foráneos. De estilo modernista y situado junto a la calle Santa Clara, el edificio merece ser visto. Allí los productos frescos zamoranos son los protagonistas.
Todos juntos
Las dimensiones de Zamora y su amable orografía invitan a pasear por sus calles y a disfrutar de sus rincones con la misma intensidad con la que el Duero llama al visitante a recorrer sus orillas. Accesible, cómoda, segura; adentrarse en las calles y plazas empedradas del casco antiguo es una experiencia cargada de arte e historia para todos los públicos en la que resuenan nombres de reinos y héroes de antaño que alimentan en un escenario ideal la fantasía de grandes y pequeños: el Cid, Viriato, Doña Urraca, el rey Sancho...
La ciudad invita a disfrutar de sus parques y zonas verdes que acogen amplias zonas infantiles y de juegos con el emblemático ejemplo del bosque de Valorio, lugar de recreo de muchos zamoranos.
Sumemos la oferta turística: rutas urbanas, culturales y naturales; actividades de aventura para realizar en familia, instalaciones y zonas deportivas. Y las actividades infantiles en museos, teatros y centros culturales multiplicadas en verano con la oferta del Verano Joven o los conciertos de Jazz en las plazas.
Importantes en el calendario de ocio de los más pequeños, el Festival Internacional de Títeres y Marionetas que se celebra en el mes de mayo y las Jornadas internacionales de Magia, en septiembre, de gran reconocimiento y calidad. Y cómo no, las Fiestas y Ferias de san Pedro son el evento anual para el ocio familiar más popular con un extenso programa de actividades de todo tipo para todas las edades y ferias tan entrañables como la de la Cerámica o la singular Feria del Ajo.
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