La economía colaborativa ha conquistado el turismo a nivel mundial. Cada vez son más las personas que alquilan apartamentos privados durante algún viaje. Además del auge de este fenómeno por parte de los viajeros y los anfitriones, organismos como la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia se han mostrado en contra de las prohibiciones que siguen manteniendo algunas comunidades y ciudades. Sin duda, cada vez son más los países con leyes a favor de la economía colaborativa. Wimdu, la mayor plataforma de alquiler de apartamentos privados, ha seleccionado los cinco mejores destinos para este 2017.
Londres (Reino Unido)
Desde hace varios años, Reino Unido ha convertido la economía colaborativa en una prioridad y su objetivo es posicionar al país como centro mundial de la sharing economy. Además del alojamiento, la capital británica es una de las más partidarias del uso del transporte compartido. En este sentido, el 91% de las plataformas de financiación alternativa consideran que la regulación existente es adecuada y apropiada. La Ley de Desregulación de 2015 flexibilizó las normas de permisos de planificación en Londres y consideró que el alquiler a corto plazo de una propiedad es razonable y los propietarios pueden alquilar a corto plazo hasta 90 días al año. Además, el alquiler privado produce exenciones fiscales, ya que el gobierno introdujo dos asignaciones libres de impuestos de 1.000 libras para los ingresos de propiedad y comercio para cualquier comerciante individual. A nivel empresarial, el sector ha fijado alianzas con el objetivo de promover los negocios de sharing economy y subvenciones para startups.
Varsovia (Polonia)
El Gobierno polaco se ha opuesto a cualquier regulación que intente obstaculizar el desarrollo de la economía colaborativa en el país. Además, ha mantenido reuniones con plataformas para recopilar información acerca de las barreras burocráticas que dificultan su desarrollo y muchas de estas empresas están creando una asociación en el sector.
Roma (Italia)
Italia ha propuesto recientemente una ley sobre la economía compartida. Este proyecto incluye una definición clara de este sistema y requiere una inscripción de todas las plataformas que trabajen en este sector. A nivel fiscal, se han introducido tasas de impuestos más justas, de forma que los ingresos personales derivados de las plataformas de economía compartida por debajo de 3.000 euros no se gravan y los impuestos pagados se reducen en un 56,5% para las personas que ganan menos de 10.000 euros.
Budapest (Hungría)
En Hungría, las plataformas de home-sharing se incluyen en la legislación como “otro servicio de alojamiento”. La normativa fue creada antes de la llegada de la sharing economy para regular los movimientos vacacionales en torno al Lago Balatón, que actualmente cuenta con más de 1.500 apartamentos y 600 casas registrados en la web de Wimdu. En 2015, el Ministerio de Economía húngaro expresó que no era necesario cambiar la legislación para dar respuesta a las nuevas plataformas de la economía colaborativa.
Madrid (España)
En la Comunidad de Madrid está permitido alquilar viviendas turísticas por un periodo inferior a cinco días, a pesar de que antes no se reconocía. Al tratarse de una ciudad turística que acoge eventos multitudinarios, algunos como el World Pride, que recibirá este año más de tres millones de visitantes, hará que el alquiler de apartamentos turísticos se convierta en una necesidad básica. Durante los meses de junio y julio la oferta hotelera en la capital será incapaz de abastecer la demanda y la sharing economy favorecerá a una mayor estabilidad en los precios, frente a las subidas desorbitadas que hacen algunos hoteles cuando se celebra un macro evento.