A tan solo 40 kilómetros de Lisboa, Setúbal combina historia, naturaleza y biodiversidad. Su entorno único, marcado por el Estuario del río Sado, ofrece una experiencia perfecta para quienes buscan explorar paisajes impresionantes y conectar con la fauna local.
Con el auge del turismo activo y las escapadas a entornos naturales, cada vez más viajeros buscan destinos que les permitan reconectar con la naturaleza mientras disfrutan de actividades al aire libre. En este contexto, Setúbal, situada a tan sólo 40 kilómetros de Lisboa, destaca como un lugar que combina a la perfección la belleza de sus paisajes con la riqueza de su historia.
Su entorno privilegiado ha sido testigo de siglos de evolución, donde el pasado y el presente coexisten armoniosamente. Las aguas del Sado, rodeadas por vastos paisajes de marismas y colinas verdes, han contribuido a forjar la identidad de Setúbal, convirtiéndole en un destino que invita a descubrir tanto su historia como su impresionante biodiversidad.
Un viaje al pasado y a la biodiversidad del Estuario del Sado
El Estuario del río Sado es una de las principales áreas naturales protegidas de Setúbal. Con su diversidad de hábitats, que incluyen marismas, playas y aguas tranquilas, el estuario constituye un refugio vital para numerosas especies de fauna y flora. Además, es un elemento esencial en la configuración del paisaje de Setúbal, marcando su identidad y ofreciendo a los visitantes un entorno único donde la naturaleza se presenta en su máxima expresión.
Y un lugar emblemático para conocer sus raíces históricas es el Moinho de Maré da Mourisca, un molino de mareas que, tras su restauración en 1995 por el ICNF (Instituto para la Conservación de la Naturaleza y de los Bosques), ha mantenido su estructura original y sirve como testimonio del ingenio humano adaptado a la fuerza de la naturaleza. Este molino, activo hasta los años 60, ofrece a los visitantes la oportunidad de conocer de cerca cómo funcionaban las unidades de molienda utilizadas en tiempos pasados.
Además, en su interior, se organizan a lo largo del año diversos talleres y eventos, con actividades educativas que permiten a sus visitantes profundizar en el mundo de la ornitología y conocer las especies que pueblan el estuario. Además, estos talleres brindan una experiencia única de conexión con la naturaleza, donde los participantes pueden disfrutar de un contacto directo con el entorno mientras aprenden sobre la importancia de conservar estos hábitats naturales.
Un rincón privilegiado para el avistamiento de aves
Por otra parte, su ubicación privilegiada permite a quienes lo visitan disfrutar de vistas panorámicas del estuario, mientras exploran el entorno natural que lo rodea y, especialmente, las aves que lo visitan en diferentes momentos del año. Esto convierte al Moinho de Maré da Mourisca en uno de los puntos más destacados para la práctica del avistamiento de aves en el municipio.
Desde el observatorio, se pueden observar una gran variedad de especies que habitan la zona, como flamencos y garzas, dependiendo de la temporada. Este espacio ofrece una vista privilegiada de las marismas y el estuario, permitiendo a los observadores disfrutar de la serenidad del entorno mientras aprenden sobre la biodiversidad local.
Delfines y senderos en un paraíso natural
Pero el Estuario del río Sado no solo es un lugar privilegiado para el avistamiento de aves, sino también un destino ideal para quienes desean contemplar una de las pocas comunidades de delfines - o golfinhos- residentes en Europa. Los paseos en barco que navegan por el estuario permiten ver, con suerte, a estos delfines salvajes en su hábitat natural.
Además, los diversos senderos que recorren la reserva permiten a los visitantes adentrarse en su belleza intacta, ofreciendo recorridos que cruzan marismas, áreas protegidas y miradores con vistas panorámicas del estuario. Esta combinación de avistamientos de fauna, senderismo y el contacto directo con un entorno natural único hacen del Estuario del río Sado el destino idóneo para todo amante de la naturaleza.