Costa Rica es mundialmente reconocida por su biodiversidad, playas paradisíacas y naturaleza verde, selvática. Entre toda su belleza, sigue guardando rincones escondidos y poco explorados donde los visitantes pueden vivir una experiencia única y auténtica de lo que es conocido como Pura Vida. Estas zonas menos exploradas por el viajero están empezando a ganar notoriedad entre aquellos que buscan nuevos horizontes. Quienes quieran descubrir la Costa Rica menos conocida y virgen, desde el turismo sostenible y la conexión con la naturaleza y sus gentes, a continuación, cinco destinos para salirse del itinerario convencional y dejarse llevar por la autenticidad tica.
El paraíso bohemio y natural: Montezuma
Este pequeño pueblo costero ubicado en la península de Nicoya es celebrado por su esencia bohemia y tranquila, alejada de los grandes centros turísticos. En él se pueden encontrar playas vírgenes como la Isla Tortuga, donde se puede hacer buceo en aguas cristalina, la cascada de Montezuma una vibrante comunidad local. Ideal para aquellos viajeros que buscan una experiencia más relajada contagiados del magnetismo de Costa Rica.
El refugio secreto de los observadores de Aves: San Gerardo de Dota
San Gerardo de Dota es un pequeño pueblo rodeado de bosque, escondido en las montañas del Valle de El General, y famoso entre los observadores de aves. De hecho, aquí es fácil avistar al conocido y llamativo Quetzal, una de las aves más emblemáticas de Costa Rica. Además de ser un paraíso para los amantes del aviturismo, San Gerardo de Dota ofrece senderos que permiten explotar una biodiversidad única, cascadas refrescantes y la oportunidad de desconectar en un entorno natural y tranquilo.
Parque Nacional Chirripó
Uno de los destinos más impresionantes del país es el Parque Nacional Chirripó, situado en la cordillera de Talamaca, perfecto para aquellos viajeros apasionados del senderismo y la aventura. Además, resulta uno de los lugares menos saturado, en comparación con otras rutas populares. El cerro Chirripó se erige como el punto más alto del país, con 3,820 metros sobre el nivel del mar y los visitantes pueden llegar hasta la cima, que prometen unas impresionantes vistas, disfrutando en el camino de la gran diversidad de flora y fauna que les rodea.
Aventura y cultura local: Turrialba y Pacuare
Turrialba es una localidad en la región central del país que ofrece una experiencia auténtica, que pueden ir desde actividades culturales hasta actividades de aventura. Aquí uno puede vivir múltiples experiencias en conexión con lo natural y su comunidad, desde visitar el volcán Turrialba hasta hacer rafting en el río Pacuare, que ha recibido reconocimientos internacionales por su belleza escénica y su importancia como destino de aventura por ser considerado uno de los mejores ríos del mundo para practicar rafting en aguas bravas, según la National Geographic Adventure. Cerca de Turrialba se encuentra el Monumento Nacional de Guayabo, uno de los sitios arqueológicos más importantes de Costa Rica con gran valor cultural, histórico y científico. Son estructuras precolombinas que datan de entre el 1000 a.C y el 1400 d.C, reconocidos internacionalmente por su avanzada ingeniería. Están abiertas al público y que proporcionan una visión de la historia de los siglos pasados.
La costa caribeña más secreta: Manzanillo
Manzanillo es un refugio de playas de arena blanca, aguas cristalinas y una impresionante biodiversidad marina. Este pequeño pueblo, ubicado en la zona costera del Caribe sur y que forma parte del Parque Nacional Cahuita, es perfecto para quienes buscan un ambiente más tranquilo y una zona de naturaleza en su estado más puro. Los visitantes que van a esta zona pueden explorar los impresionantes arrecifes de coral, practicar snorkel o simplemente disfrutar de las maravillosas playas que están poco concurridas. En la zona de Manzanillo, aparte de disponer de los paisajes paradisiacos, su cercanía afrocaribeña de la región también ofrece una experiencia cultural rica y vibrante.
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