La región más rural de Portugal combina paisajes serenos de gran belleza con todos los servicios imprescindibles para una experiencia de alto nivel.
Quedan pocos destinos que todavía permitan aparcar a un lado el concepto de “aprovechar” las vacaciones y entregarse al dulce alivio de descansar por completo. El Alentejo, la región más extensa de Portugal, es un retiro de slow travel donde la elegancia y la ruralidad se unen en un exquisito matrimonio. Desde terapias de sueño hasta pausados paseos a caballo, aquí se encuentra todo lo necesario para regalarse paz.
Disfrutar de hacer nada en la cuna del country chic
Los amplios horizontes alentejanos salpicados de olivos y alcornoques invitan a descansar cuerpo y espíritu, conectando profundamente con la bella naturaleza lugareña y la vida tradicional del Alentejo sin tener que renunciar a una experiencia de diseño. Alojamientos como Herdade Malhadinha Nova ofrece retiros de bienestar para reprogramar la mente, dejarse llevar y reducir el estrés en la privacidad de sus instalaciones, mientras que Sleep & Nature, un singular refugio en Montemor-o-Novo, lleva a cabo terapias de sueño para recuperarse por completo de la rutina. El Hotel Vermelho, la ornamentada creación del célebre diseñador de zapatos Christian Louboutin, es otra de las joyas de la región.
Evadirse entre crines y herraduras
La serenidad que caracteriza a la región tan solo es interrumpida por el sonido de los pájaros y los cascos de los caballos de la raza lusitana. En la Coudelaria de Alter, una Yeguada Real dedicada a estos majestuosos animales, tanto los jinetes principiantes como los más experimentados pueden pasar un día en compañía de los caballos y hacer equitación, permitiendo que los ritmos de la naturaleza marquen los tiempos. Quienes prefieran la compañía de la brisa marina también pueden dar un paseo a caballo por la codiciada costa del Alentejo.
Tomar el sol en las aguas de espejo del lago Alqueva
Los viajeros que no conciban volver de sus vacaciones sin haber tomado el sol tienen una cita pendiente con las playas costeras y fluviales —muchas de ellas, con bandera azul— del Alentejo. En el lago de Alqueva, no hay nada como surcar sus 250 kilómetros cuadrados de aguas azules y deleitarse con el sol de la tarde desde la cubierta de una pequeña embarcación a motor como las de Amieira Marina. El verde de la naturaleza colindante completa la estampa para un relax absoluto
Descubrir las bondades de la vinoterapia
Los amantes de la vida doce -dulce- portuguesa no pueden pasar por alto los beneficios de la vinoterapia. Los distinguidos vinos alentejanos se conocen a través de las catas guiadas, talleres de maridaje o workshops para crear vinos personalizados que ofrecen las pequeñas y medianas bodegas de la región, afamadas por combinar un ambiente familiar y cercano con un producto de alto nivel. Para una experiencia completa, en hoteles-bodega como L’AND Vineyards se ofrecen masajes, tratamientos y otros selectos rituales en los que las uvas y el vino son los protagonistas.
Y, por supuesto, darse un homenaje gastronómico
Comer bien durante las vacaciones es un imprescindible para recuperarse de la rutina de prisas y tuppers, y en esto los alentejanos son expertos. La filosofía slow que toca todos los aspectos de la vida local es contraria a los ultraprocesados: la cocina tradicional es de proximidad, de temporada, y preparada con el máximo cariño. Las frescas elaboraciones marinas, los suculentos quesos o los dulces conventuales tradicionales son un regalo para el paladar. Cavalariça Comporta, restaurante recomendado por la Guía Michelin Portugal 2024, o Herdade do Esporão, con una estrella roja Michelin por la calidad de su comida y una estrella verde por su cocina sostenible, son algunos de los mejores lugares para degustar una gastronomía que une tradición y originalidad.