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Las raíces españolas de Jamaica
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(Foto: Sshutterstock)

Las raíces españolas de Jamaica

Hablan inglés, tienen muchas costumbres norteamericanas y uno de los platos de la gastronomía nacional es el curry de cabra, instaurado tras la llegada de numerosos inmigrantes indios a la isla. No lo parece, pero el primer turista europeo que pisó tierra jamaicana fue nada más y nada menos que Cristóbal Colón, en mayo de 1494, en su segundo viaje a América. Y toda la historia del país está salpicada de influencias hispanas, desde los nombres propios de algunos de sus lugares a sus exportaciones comerciales, en muchos casos originarias de los cultivos que España introdujo en la isla (con la caña de azúcar a la cabeza).

El primer turista europeo que pisó tierra jamaicana fue nada más y nada menos que Cristóbal Colón

Crucemos una puerta del tiempo y vayámonos a visitar, hoy en día, los centros neurálgicos de aquella colonia española que Colón denominó Santiago y que, afortunadamente, recuperó parte del nombre original, Xaymaca, que le habían dado sus primeros habitantes, los taínos.

Discovery Bay

La entrada de Colón en Jamaica fue, como en muchos otros lugares, accidentada y agresiva: los marineros españoles atacaron directamente a los indios Arawaks con flechas según pusieron el pie en esta cala con forma de herradura, ahora llamada Discovery Bay (bahía del descubrimiento). Colón inmediatamente declaró que la isla era parte del Imperio Español y, poco después, los Arawaks volvieron con ofrendas de paz y festejos hacia los recién llegados. Jamaica se convirtió en propiedad personal de Colón, una herencia que pasó a su hijo Diego cuando él murió. Diego nombró entonces gobernador de la isla a Juan Esquivel.

Seville (Sevilla la Nueva)

Situada al norte del país, se la conoce como el punto de origen de la Jamaica moderna. El mencionado Juan de Esquivel fundó allí en 1509 el primer asentamiento europeo permanente en la isla. Hoy en día, el Heritage Park, un museo integrado en una amplia propiedad, explora a lo largo de más de 300 acres la historia de Jamaica. La mansión principal de la plantación se ha convertido en un museo y ofrece una ruta histórica desde el 650 a.C. hasta el siglo XIX.

Spanish Town

Colón vivió durante un año en la bahía de St. Ann, a la que llamó Santa Gloria, y su presencia se recuerda con una estatua conmemorativa

Francisco de Garay encontró en Villa de la Vega (actual Spanish Town) una capital adecuada para la nueva colonia, y así la fundó en 1534. Si bien había capital, establecer la colonia fue otro cantar. Una vez los españoles se dieron cuenta de que no tenía oro, la isla fue languideciendo y se convirtió en un lugar de aprovisionamiento para los barcos en ruta a Centroamérica. En 1872, ya bajo dominio británico, la capital se movió a Kingston. Hoy en día, la arquitectura histórica y los nombres de las calles dejan patente la historia colonial de la ciudad. Spanish Town es también hogar de un importante monumento arquitectónico nacional, un puente de hierro diseñado por Thomas Wilson que cruza el Río Cobre desde 1801 y que se ha convertido en una significativa atracción cultural del lugar.

Green Grotto Caves

Probablemente una de las tracciones locales y turísticas más importantes de Jamaica, las Cuevas de Green Grotto, con sus estalactitas y estalagmitas siempre en continua evolución, esconden grandes momentos de la historia jamaicana y sirvieron para el escondite de muchos de sus pobladores, entre ellos los españoles, que las usaron para huir de los británicos durante las batallas por la colonia, además de haber supuesto refugio para los tainos y escape para los esclavos. Aparecen en la película Vive y deja morir, protagonizada por el espía 007, y suponen una de las mejores aventuras para todos aquellos que se atrevan a adentrarse en sus recovecos y que no teman a las 21 especies de murciélagos que las pueblan.

St. Ann

Colón vivió durante un año en la bahía de St. Ann, a la que llamó Santa Gloria, y su presencia se recuerda con una estatua conmemorativa que se encuentra cerca del principal cruce de la ciudad. Hoy en día St. Ann es un área que se mantiene como un destino más tradicional y con un sabor más jamaicano que el cercano y popular Ocho Ríos, un lugar para respirar tranquilamente el ambiente de la isla, beber un buen café de las Blue Mountains y disfrutar de la isla que, aunque descubierta por los europeos en el siglo XV, es un paraíso que siempre ha estado ahí.

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