Viajando por los municipios que forman parte de La Ruta del Vino Rioja Alta.
Para descubrir la historia que el tiempo ha tejido en torno al mundo del vino, con las características de sus propios avatares en forma de huellas sociales, monumentales, etnográficas y económicas que ha impreso este protagonista indiscutible.
Así es, en este territorio, el vino es leyenda y es realidad, no en vano, alberga el mayor número de bodegas centenarias del mundo. Bodegas grandes, pequeñas, monumentales, artesanales..., tantas, como han dado lugar decenas de generaciones dedicadas a cultivar y elaborar un vino que da nombre a su propia tierra.
Fe de ello suponen también los barrios históricos de bodegas, como el de Haro, en torno a una estación de ferrocarril; pero también los que están excavados en el subsuelo de numerosos municipios, o los lagares rupestres, presentes en otros tantos.
El vino es el hilo conductor de estas rutas que, no obstante, se complementa con otros atractivos turísticos de gran interés para los visitantes.
Uno de estos recursos es el Camino de Santiago, por ejemplo, cuyo trazado discurre por parte de este territorio, donde sus peregrinos son testigos y a la vez protagonistas de las huellas de este magnífico pasado patrimonial.
Otro trazado que se puede descubrir es la ‘ruta del románico’, en la zona más occidental, con joyas monumentales de gran valor cultural y patrimonial. Pero no sólo el románico dejó su impronta; también el barroco, el gótico, el plateresco y el renacentista impusieron su legado en numerosos edificios, eclesiásticos y civiles, ubicados en estos municipios. Igual de interesantes resultan los numerosos monasterios presentes en este itinerario, seis en total, de los que cinco están activos.
PRIMERA RUTA: EL CAMINO DEL VINO
HARO – OLLAURI – BRIONES - SAN ASENSIO - RODEZNO (extensión)
Nuestro primer itinerario estará inspirado por el elemento protagonista de esta guía, el vino. Y, aunque esté presente en todos los municipios de la ruta, hemos confeccionado un trazado variado y sencillo con estas cinco localidades.
No importa por dónde empecemos nuestras visitas, pero si lo hacemos en Haro, resulta obligado conocer su Barrio de La Estación que concentra el conjunto de bodegas centenarias más importante del mundo. Se llama así porque fueron construidas al lado del ferrocarril para facilitar la expansión internacional del producto. En la actualidad, los vinos de estas bodegas gozan de una excelente calidad y prestigio y, sus propietarios, han rehabilitado cuidadosamente sus instalaciones para poder ser visitadas
De aquí nos desplazaremos al resto de municipios, los cuales, además de sus propias singularidades, cuentan con tradicionales calados y bodegas históricas donde se elaboraba y almacenaba el vino. Algunas, incluso, están siendo recuperadas para el mismo fin, el enoturismo o el turismo.
En Briones, contamos con una extraordinaria colección de cultura del vino en el Museo de la familia Vivanco, mientras que, en Ollauri se encuentra la bodega más antigua de La Rioja. Por su parte, San Asensio alberga un barrio de más de 250 bodegas históricas que se comunican entre sí por pasadizos laberínticos que merecen ser visitados. Y, el de Rodezno, supone un bello y cuidado conjunto vinícola urbano que hay que visitar.
SEGUNDA RUTA: DE LOS SILLARES
HARO – BRIÑAS - SAN VICENTE DE LA SONSIERRA - ÁBALOS
El territorio de La Rioja Alta cuenta con numerosas casas solariegas que serán las protagonistas de nuestro segundo paseo. Están construidas con piedras de sillería y son originarias de los siglos XVI, XVII y, en menor medida, del XVIII.
La razón de ser de estos singulares edificios fue la de servir de pequeños palacios a familias nobles de la época. Con ellas mostraban su rango y distinción y, hoy, son sede de viviendas, establecimientos públicos, así como de hoteles y restaurantes que muestran el esplendor de antaño.
Buena parte de los municipios de La Ruta del Vino Rioja Alta, albergan estos majestuosos edificios. En Ábalos, por ejemplo, destacan el palacio del Virrey de Ábalos y la casona del Marqués de Legarda. Briñas, también es sede de numerosas casonas bien conservadas con la bella singularidad de sentir el río Ebro en el interior de sus cimientos. Finalmente, el municipio de San Vicente de la Sonsierra atesora numerosas casonas de este tipo además de un extraordinario puente medieval, construido en el S. XIII y rehabilitado en el S. XVI.
TERCERA RUTA: PEQUEÑOS PARAÍSOS MONUMENTALES
HARO – CASALARREINA – TIRGO - CUZCURRITA DE RÍO TIRÓN - SAJAZARRA
Pasear por los pueblos que nos propone esta ruta es disfrutar de una gran variedad monumental y de estilos de diferentes épocas que muestran buena parte de sus avatares históricos.
Ermitas y puentes románicos; edificios eclesiásticos, murallas y fortalezas de los siglos XIV y XV y casonas hidalgas pertenecientes a las familias pudientes de otras épocas, componen buena parte de los tesoros que el visitante podrá encontrar en estos cinco municipios.
En Casalarreina, merece la pena conocer el monasterio dominico de La Piedad, de estilo gótico isabelino y plateresco, que fue declarado ‘Conjunto Histórico’ en 1975. También, en esta localidad, la iglesia de San Martín, el palacio de Pobes y el de los Condestables de Castilla. En Tirgo, destacan dos construcciones de los siglos X y XII, el monasterio de Santa María y la iglesia románica de El Salvador.
Por su parte, Cuzcurrita de Río Tirón merece un paseo por sus calles abrigadas por la sillería y la estratégica orientación de sus edificios, así como conocer el imponente castillo de los Velasco.
Acabaremos en Sajazarra donde, tras la visita a su coqueto y precioso casco urbano, disfrutaremos de su impresionante muralla (S. XIII) y de la puerta del Arco (la única que se conserva de las cuatro que tenía). Igualmente, disfrutaremos del singular castillo del siglo XV, completamente rehabilitado.
CUARTA RUTA: ENTRE VIÑEDOS E HISTORIA
CENICERO – URUÑUELA – HUÉRCANOS – NAVARRETE
Cenicero es una de las localidades con mayor tradición de vino, de hecho, buena parte de su economía se basa en la agricultura, la elaboración vinícola de sus grandes bodegas y en la industria auxiliar. Bodegas centenarias y calados tradicionales se distribuyen por el pueblo y conviven con yacimientos de las culturas celta, íbera y romana que son testimonio de su dilatada historia.
Siguiendo esta cuarta ruta, accedemos a la localidad de Uruñuela, donde dentro de su iglesia de San Servando y San Germán podemos disfrutar de cuatro bellos retablos de estilo rococó, realizados en madera.
Sin dejar el paisaje de viñedo, llegamos hasta Huércanos, cuya cooperativa vitivinícola nos advierte de la importancia del vino para la economía de sus vecinos. Ya en el casco urbano, merece ser visitada la iglesia de San Pedro y diferentes casas solariegas.
Desde aquí, nos dirigimos a Navarrete, municipio alfarero por excelencia y único que queda en La Rioja. La tradición y la vinculación con la alfarería se reflejan en las fábricas que todavía existen (la mayoría, de los años 80); en piezas artísticas como la escultura ‘Homenaje al alfarero’ del artista riojano, Óscar Cenzano; así como en la celebración anual de la feria alfarera NACE.
Además de esta especialización profesional y económica que mantiene su huella en el municipio, Navarrete alberga joyas patrimoniales en forma de edificios de los siglos XVI, XVII y XVIII, con destacados elementos heráldicos y herrajes. Destaca entre ellas la portada de su cementerio, de estilo románico tardío, una de las pocas construcciones que permanecen en La Rioja.
QUINTA RUTA: VINO Y GASTRONOMÍA
LOGROÑO – NAVARRETE – FUENMAYOR extensión – NÁJERA
Si el Camino de Santiago no pasara por La Rioja, habría que desviarlo, porque la hospitalidad de esta tierra es referente para los visitantes y peregrinos que se prestan a conocerla.
Los caminantes llegan a Logroño desde Navarra y cruzan el puente de piedra sobre el Ebro divisando la línea de la ciudad formada por las iglesias de Santa María de Palacio, la concatedral de La Redonda y Santiago, que luego deberán visitar. Es imprescindible la parada gastronómica en las calles más célebres de pinchos y tapas, que son Laurel, San Juan y sus aledañas y, por supuesto, frecuentar alguna de las bodegas de la capital de La Rioja.
A partir de aquí, continuaremos nuestro itinerario siguiendo los pasos de los miles de peregrinos que lo hacen anualmente. Comenzaremos visitando la localidad alfarera de Navarrete (Ruta 4), que es hito del Camino de Santiago y, también del Camino Ignaciano. Desde aquí, nos desplazaremos a Fuenmayor, municipio de gran peso vitivinícola por su densa superficie de viñedo, que es clave en su economía, y por las bodegas que acoge y no debemos perdernos.
Desde aquí nos desplazaremos hasta Nájera, denominada popularmente ‘capital del mueble’, por su vinculación empresarial y comercial a la fabricación y venta de muebles. La actividad de esta localidad y su comarca también está basada en la agricultura, especialmente en el viñedo. Patrimonialmente sobresale el monasterio de Santa María la Real, que fue mandado construir por el rey D. García Sánchez III en el siglo X y se convirtió en sede episcopal y panteón real.
SEXTA RUTA: SENDA DE LOS MONASTERIOS
NÁJERA – BADARÁN – SAN MILLÁN DE LA COGOLLA – CAÑAS – SAN ASENSIO – CASALARREINA extensión
Pocos valles atesoran tanta riqueza patrimonial como el del río Cárdenas. Lo abordamos desde la cabecera de la comarca, Nájera, donde se asienta el monasterio de Santa María la Real, que fue impulsado por el rey D. García Sánchez III, finalizó en 1052 y refleja los estilos barroco, última época del gótico y comienzo del renacimiento. En su panteón real se encuentran doce tumbas de dos dinastías (los Abarca y García Ramírez) y, en su claustro de los Caballeros, están sepultados numerosos nobles.
Desde aquí y atravesando las localidades de Badarán y Berceo, alcanzamos San Millán de la Cogolla, con sus monasterios de Yuso y Suso, Patrimonio de la Humanidad y cuna de las primeras palabras en castellano escritas por el poeta más célebre de este valle, Gonzalo de Berceo. Suso (el de arriba) surgió de las cuevas que habitaron los eremitas discípulos de San Millán, en el siglo VI, y Yuso (el de abajo) fue construido para ampliar el de Suso en el S. XI y reconstruido durante los siglos XVI, XVII y XVIII. En él se conjugan diferentes estilos: renacentista y barroco principalmente. Esta impresionante construcción alberga tesoros como la biblioteca, que se conserva tal y como quedó definitivamente amueblada a finales del siglo XVII, y que, junto al archivo, pueden ser considerados de los mejores de España.
Finalizamos esta ruta en la abadía cisterciense de Cañas, que comenzó a construirse en el S. XIII y se prolongó hasta el XVIII, del que data su portada principal. Sorprende la gran luminosidad de la iglesia del monasterio, el gran retablo renacentista y la portada de la sala capitular
SÉPTIMA RUTA: DEL ROMÁNICO
TIRGO – CASTILSECO – VILLASECA – TREVIANA – CUZCURRITA DEL RÍO TIRÓN
Treviana y su Centro del Románico es el punto de partida para disfrutar y conocer en profundidad esta ruta. A través de proyecciones, exposiciones, piezas de cantería y un espacio para talleres educativos, asentaremos los conocimientos necesarios para disfrutar de cerca de estos parajes propios de la Ruta del Vino Rioja Alta.
Con el silencio que caracteriza al románico, partiremos hacia la localidad de Castilseco, donde conoceremos la iglesia de San Julián, un pequeño templo formado por una nave y un presbiterio rematado por un ábside semicircular de singular belleza. Desde aquí, nos dirigiremos hacia Villaseca, que alberga el mejor y más completo ejemplar del románico calceatense, la iglesia de San Román, un bello templo de estilo románico riojano de finales del siglo XII que destaca por su ábside. Bajo la plaza se halla una necrópolis con tumbas que hace pensar que el cementerio se situaba en torno a un templo de grandes dimensiones.
Continuaremos nuestro recorrido hacia Treviana donde descubriremos la capilla de la Concepción, una coqueta construcción románica inconclusa que ha sido restaurada recientemente. Y finalizaremos en Cuzcurrita de Río Tirón, en su bella ermita de Sorejana que data del siglo XIII y fue ampliada en el siglo XVI con tres tramos góticos. En 1981 fue declarada Bien de Interés Cultural.